Ahorita no, joven » Omegaverse YM.

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Jimin no pudo evitar sentirse incómodo cuando divisó el rostro de su madre frente a él. De todas las personas que pensó que podrían venir a visitarlo aquel día, nunca pensó que su madre se atrevería a hacerlo.

— ¿Qué haces aquí? — Cuestionó el omega no pudiendo evitar su mirada sorprendida sobre la mujer. — ¿Quién te dijo en donde vivía con mi alfa?

— Tu padre me dio la dirección luego de muchos días de pedírsela. — Anunció con naturalidad mientras trataba de ver hacia adentro. — ¿Puedes invitarme a pasar?

— Quisiera, pero en los hogares solo entran las personas que traerán consigo buenos recuerdos, tú no eres de esas personas mamá. — Mencionó secamente. — Pero soy una persona educada, así que te dejaré pasar solo por unos minutos, quiero ir al trabajo de mi alfa, se le olvidaron unas carpetas y debe estar esperándome. — Anunció. Soomin asintió mientras entraba al lugar y veía lo bonito y cómodo que este era.

— Ese chico, ¿Cómo se llama? — Cuestionó con pena al no recordar el nombre del alfa de su hijo. Jimin bufó mientras rodaba los ojos.

— YoonGi. — Susurró con una sonrisa. — Se llama Min YoonGi. — Concluyó mientras cerraba la puerta del apartamento e invitaba a su madre a tomar asiento en uno de los muebles individuales. — ¿Qué te trajo por aquí? — Cuestionó de nueva cuenta mientras observaba a su madre desde el cómodo sillón.

— Para mí no es fácil estar aquí. — Anunció la mujer. — Tengo tanta pena sobre mis pasadas acciones, sé que tú... Tú necesitabas tanto de mi en el pasado y yo no pude darte el amor que toda madre le entrega a sus hijos. — Jimin escuchó en silencio. — Y sé que tú y Chanyeol no me tienen en el mejor de los conceptos, pero te aseguro Jimin-ah, que... Si tú me das la oportunidad, yo puedo... Yo puedo demostrarte lo bien que podemos llevarnos, quiero que logremos crear el lazo que nunca pudimos tener.

— ¿Si sabes que es por tu culpa que no tuvimos ese lazo? — Cuestionó el omega. — Para ti es tan fácil mamá. — Rió sin gracia el omega. — Vienes un día porque el remordimiento de conciencia no te deja estar tranquila. — La omega se tensó ante la mención de ello. — Porque supongo que alguna pequeña parte de ti, debe dolerle el hecho de que dejó a dos cachorros desamparados. — Susurró el omega. — Quiero creer que realmente te importábamos mamá, que una pequeñísima parte de ti pensaba en el pequeño alfa y el pequeño omega que tuviste con papá, pero... ¿De qué sirve eso ahora? ¿De que me sirve tu arrepentimiento ahora mamá? — Cuestionó el rubio. — ¿No crees que llegaste muy tarde? — Preguntó el rubio. Soonmin tensó la mandíbula mientras sentía que sus ojos se aguaban. — Pasé mucho tiempo necesitando que vinieras de esta forma y me mirarás a los ojos pidiendo disculpas por tu abandono, el Jimin de hace mucho tiempo atrás necesitó esto, ahora no... — Sonrió mientras llevaba las manos a su vientre. — Tengo una familia, una familia en la cual no tienes lugar. — Reconoció. — Pero...

— ¿Pero? — Preguntó la castaña observando al menor de sus hijos. El rubio suspiró profundamente antes de hablar.

— Yoonie dice que no debo vivir con rencores eternamente porque al final de todo, quién se hará daño seré yo mismo... —Soomin asintió. — Con esto no estoy diciendo que aceptaré que estés en mi vida todo el tiempo, tú perdiste tu lugar como mi madre el día que me abandonaste. — La omega asintió. — Pero si te interesa y de verdad cambiaste... — Comentó con duda. — Puedes conocer al frijolito cuando nazca, aunque tienes que pelearte con la señora Min por el puesto de abuela. — Mencionó con una sonrisa divertida mientras recordaba a su suegra. La castaña sonrió agradecida mientras veía al omega.

— Tu papá hizo un buen trabajo contigo y con Chanyeol. — El rubio sonrió orgulloso.

— Mi papá fue lo único bueno que me dejaste. — Concluyó levantándose de su asiento. — Tengo que ir al trabajo de mi alfa, mamá. — Avisó. Soomin entendió claramente el mensaje oculto detrás de esas palabras. — Te acompaño hasta la salida.

...

YoonGi no comprendió el alboroto de sus compañeros, todos estaban hablando de una especie de ángel que había aparecido para alegrar su fría y gris mañana en el trabajo. Su curiosidad se despertó cuando escuchó a un beta describir al dichoso ángel.

— ¿Cómo dijiste que era? — Preguntó curioso.

— Es rubio, de mejillas abultaditas y sonrisa radiante. — Suspiró el castaño. — Huele tan cálido como el bosque y es tan esponjosito y adorable. — Comentó. YoonGi sonrió de forma turbia. — Lamentablemente ya está marcado y aparentemente está esperando un cachorrito, pero si me voltea a ver por cinco segundos estoy seguro que lo secuestraré.

— ¿Piensas secuestrar a mi omega, Ken? — Mencionó YoonGi sonriendo de forma aterradora. El beta palideció al ver la molestia brillar en los ojos del pálido. — Porque déjame decirte que eso es algo que no me agrada. — Gruñó. El beta iba a hablar cuando la voz del omega se escuchó detrás de ellos.

— ¡Yoonie! — Jimin corrió hacia el pálido lo mejor que pudo. — ¡Al fin te encuentro! — Exclamó. — Todos aquí están viéndome como si fuera una cosa fea de otro mundo. — Puchereó. El alfa sonrió al ver el tierno gesto por parte de su omega, sin embargo, su sonrisa se borró al distinguir la mirada de varias personas sobre ellos. — ¡Estoy seguro que escuché a alguien decir que me secuestraría! — Mencionó un tanto alterado. YoonGi negó mientras apresaba fuertemente el cuerpo de su omega y de forma un tanto indiscreta liberaba un poco de su olor sobre este.

— Tonterías, quién se meta contigo es hombre muerto. — Y como si aquello hubiese sido una orden, todos a su alrededor desaparecieron para gusto del alfa. — Ven conmigo, te mostraré en donde hago magia. — Jimin sonrió animado.

...

JungKook observó con curiosidad a TaeHyung y la rara forma con la cual veía todo su alrededor, el omega parecía paranoico y por más que el alfa intentara acordarse si el mayor se había metido en algún problema con algún gánster, no podía hacer memoria de ningún problema.

— ¿Qué te pasa amor? — Preguntó curioso. TaeHyung parpadeó confundido antes de ver al menor de ambos.

— Me metí en problemas con el tipo más peligroso del mundo, conejito. — Susurró aterrado mientras se lanzaba a los brazos del alfa. JungKook lo apresó fuertemente en sus brazos mientras pensaba en algún enemigo peligroso del omega.

— ¿Con quién bebé? — Cuestionó el menor. — Yo te defenderé de todo mal.

— Con Jimin. — Susurró TaeHyung. JungKook se tensó en su lugar mientras negaba.

— Estamos jodidos. — Mencionó el alfa.

...

Pinche TaeHyung, la valentía que tuvo al bloquear a Jimin se evaporó al otro día cuando se dio cuenta de lo que hizo jajaja.

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