— Tienes que tener más cuidado, Xayah. Ya es la tercera vez en la semana que vienes aquí con una herida peor.
— Te agradezco las vendas, Soraka.
En la enfermería, Soraka vendaba las manos de Xayah. Sus Palmas no estaban tan afectadas pero necesitaban recuperación.
No era de esperarse. Neeko pasaba por el pasillo, observó la manos de Xayah ensangrentadas y la acompañó junto a la carnero Shibun, a la enfermería.
En una banca alejada de cualquiera que escuchara.
—En serio, no entiendo tu afán al plantarle cara a ese oso. —Exclamó Shibun.
— Solo fue un episodio de ira. No volverá a suceder.
— No puedo creer que Grayson, el osito más amigable de la universidad, sea el cruel asesino. Y ahora va por Xayah. Uhhh, esto es malo.. —Exclamó Neeko intentando digerir toda la información que había obtenido. Toda la información que Shibun soltó a cambio de su silencio respecto a los accidentes en el club de teatro.
— No asegures nada antes de tiempo. Si no hubiera llegado la escena se hubiera puesto peor, tienes que controlarte... La paz interior, eso debes hallar.
— Uhh, como la aceptación del dolor. Eso sirve! Con todo y las poses —Dijo neeko mientras movía los brazos despacio de un lado a otro.
— Quiero enfrentarme a Grayson de manera justa. Por más redundante que suene, necesito estar pareja cuando le corte el cuello.
— Y bueno, niña lista, ¿cómo quieres estar pareja?
— Quiero volver a sentir esa sensación. Lo mismo que él sintió para estar tan calmado. Recuperar ese asqueroso recuerdo.
— ¿Entonces seria como "Eres virgen y él no" ? —Shibun rascó su pelo, mientras pregunta.
— Manejar tus emociones puede ser útil, mujer-ave.
— No, una comparación que yo tengo es como: él se comió a alguien recientemente y esta muy fresco. A mi me tomo años de recuperación, debo sentir lo mismo para cuando lo resolvamos con las garras...
— Ya no eres virgen y quieres volver a sentirlo para estar iguales. Es una comparación.
— Por última vez, Shibun, no es lo que tengo en mente...
— ¿Y qué es entonces?
—Bueno...
Xayah se levantó del banco, camino en dirección a un árbol y Rascó su corteza para abrirla un poco...
— Es algo, que debo hacer...
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— Es algo que me puede ayudar a saber lo que necesito.
— Mira, Xayah, no estoy muy seguro de esto.
Ya más noche, de vuelta al entrenamiento con El doctor Voli. Xayah trajo de entre la corteza de ese árbol una pequeña araña.
— Voy a comer a todos estos insectos vivos.
— No creo que poniendo una ceremonia espeluznante en mi clínica te ayude con eso. ¿Y por qué las velas?
— El fuego ayuda a las almas a subir al cielo. Eso lo sé muy bien.
Se abrazó a si misma, causa del frío de la habitación y la situación actual.