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Maratón 02/05📍

°•Mateo•°

Abri los ojos lentamente y me removi en la cama.

Sentía un fuerte dolor de cabeza y me sentía bastante aturdido.
Apreté los ojos con fuerza y lleve una de mis manos a mi frente.

Me senté en la cama y recordé todo lo de la noche anterior. Sobre todo que me tome la vida.

Me agarré la cabeza con las dos manos. Realmente se me partia, además de eso también sentía tremendas ganas de vomitar y sentia el estómago revuelto.

Busque a Luly con la mirada y no estaba en ningún lado, ni su ropa, ni sus zapatos, nada.
Se había ido.

Me levanté de la cama, me puse un pantalón deportivo y fui directo al baño. Me lave los dientes y me lave la cara.

Me sentía rre mal, eso me pasa por tomar tanto.

Salí del baño y baje a la cocina en busca de un alikal.

Baje con la esperanza de que ella estuviera ahí, pero no, definitivamente se había ido.

Sólo estaba mi papá sentado en la mesa.

—¿Qué onda viejo?

—Buen día perron. Que carita de matado que tenes.

—Me tome todo.

—Ya veo.- Ríe.

—¿Hay alguna alikal por ahí?

—Arriba de la heladera.

Asenti y busque dónde me dijo. Agarré una, llene un vaso de agua y me fui a sentar a su lado.

Abri el paquetito de la parte dónde va el polvo.

—¿No viste nada raro?- Le pregunté mientras echaba el polvito en el vaso  con agua.

Quería saber si habia sentido un ruido o si la vio salir nose algo.

—¿Te referís a Luciana?- Sonrió.

—La conociste.- Dije y me tome todo el vaso con la mezcla que hice anteriormente.

—Si, rre simpática la verdad. ¿Qué son?

Abri la parte dónde va la pastilla y también me la tome.

—Es mi amiga—mi papá me hizo cara de "dale no me mientas".— Es mi amigarche.

—¿Y qué onda?- Me hizo cara pícara.

—¿Qué onda que? ¿querés saber como se la meto tambien?- Reí.

—Que pajero que sos eh—se quejó.— Me refiero a si te gusta.

—Si me gusta. Pero no en el sentido de estar enamorado, amor y esas giladas.

—Sabes que no tiene nada de malo enamorarse ¿no?

—Si ya se, simplemente no quiero. Sabes como me fue la última vez.

—Si esta bien, te respeto. Pero, hace las cosas bien hijo, no te la mandes, es buena persona la piba, cuidala a ella también.

—Si, gracias viejo. Me voy a bañar.- Avise y me pare.

—Si al fin, un olor a culo tenes.

—Chupala.

Reímos y subí.

(...)

Estuve mucho tiempo abajo del agua. Necesitaba sacarme la tremenda resaca que tenía. Me estaba matando el dolor de cabeza.

Garche Fijo ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora