70; final

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°•Luciana•°

Capaz es la sensación del momento, pero estoy segura que este es el mejor beso que di, y que me dieron, en la vida.

Y si, ya nos habíamos besado anteriormente, y muchas veces, pero nunca así.

Esta era una verdadera demostración de amor, y removía todo en mi interior.

No nos importaba nada más, ni siquiera el hecho de que estábamos parados en el medio de la calle, y abajo de la lluvia, nada.

Terminamos el beso con un piquito al final, y juntamos nuestras frentes.

Lleve mis manos a sus mejillas, y nos miramos fijo. Ni siquiera puedo explicar lo que sentí apenas nuestras miradas conectaron.

—¿Me perdonas?—sollozó sin despegar su frente de la mía.

—Te perdono.—sonreímos y el se encargó de unir nuestros labios nuevamente.

Nos abrazamos, y así nos quedamos por unos minutos, sintiéndonos el uno al otro, hechos agua.

Lo mire y deposite un beso en sus labios.

—Vamos a tu casa—dije sin más.

El sonrió de costado, y volvió a atacar mis labios.

—Con vos... voy....a dónde sea.—hablo entre besos.

—Lo chamuyero no se te fue ni a palo eh.—rei.

El sonrió negando con la cabeza.

—Vamos.—me abrazo por los hombros, pegándome bien a el, y empezamos a caminar rumbo a su casa.

—Que loco.—hable una vez que estuvimos cerca de su casa, y en realidad de la mia también, ya que está ahí nomás.

—¿Que cosa?—preguntó él.

—Que estoy caminando abajo de la lluvia con alguien que le dicen Trueno.

Mateo se empezó a reír.

—¿De que te reís?

—Pense que ibas a decir otra cosa, como que loco todo esto que paso, o nose—rie—Vos y tus ocurrencias, me encantan.—sonrie y se inclina para dejar un beso en mis labios.

De un momento a otro, se agachó un poco y me agarró por los muslos para alsarme como una bebé.

—No Mateo nos vamos a caer.—dije rápidamente.

Pero el no me dió bola y empezo a caminar, con una sonrisa plasmada en su rostro.

—¡Mateo!—me queje intentado bajarme pero el me tenía con fuerza

—No pasa nada, ya llegamos.—dijo tranquilamente riendo.

Era verdad ya estábamos afuera de su casa.

—¿Cómo que no? Si vos te resbalas, nos caemos los dos y nos rompemos la cabeza, no es la idea que nos rompamos la cabe....—y me calló con un beso.

Garche Fijo ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora