Maratón 05/08📍
°•Luciana•°
Me acomode el vestido y me acerqué a mi cama.
Me senté en esta, puse mi celular a cargar y después le mandé un mensaje a mi vieja de que ya había llegado. También le contesté a Uriel que me avisó que había llegado. Y a Sasha que me había mandando una foto de el y Cami comiendo choripánes.
En ningún momento sentí la puerta de abajo abrirse asi que sabía que Mateo no se había ido y tenía que ir a hablar con el.
Salí de mi pieza descalza y fui directo al baño.
Ahí me desmaquille y me lave la cara. Tenía los cachetes calientes y clorados. Dios este pibe.
También me hice un rodete ya que con el pelo suelto me hacía calor.
Una vez echo todo esto salí del baño y baje a la cocina. Mateo estaba en el sillón mirando a un punto fijo.
Abrí la heladera y saqué la jarra con jugo. Agarre un vaso de la alacena, me servi y empecé a tomar.
—Perdon....—dijo el mirándome.
—¿Perdón por qué? ¿Por cagarme la noche, por arruinarme un chape, o por colarme dos dedos y después dejarme así como si nada?—pregunre irónicamente.
—Por todo.
—Te perdono, ¿Bien? Ahora hablemos de eso.—deje el vaso en la mesa y me senté al lado de el.
—Soy alto pelotudo—yo asentí haciendo una mueca—Soy así, un impulsivo del otro, actuó, la cago, la recontra cago y después pienso.
—Y la verdad que sí.
—Perdon, posta perdoname. No puedo controlar mis celos no me sale.
—Yo soy igual de celosa que vos. Pero yo entiendo que no somos nada y vos podés estar con otras pibas. Vos estás siendo egoísta, por qué claro en tu mente es así, vos podés y yo no, eso está mal.
—Si ya se. Y no quiero dejar esto acá, porque posta disfruto estar con vos... En todos los sentidos.
—¿Entonces?
—Entonces pensé, si esta vez pensé antes de actuar. Que mientras tengamos esto que tenemos, que no hace falta ponerle equiqueta, seamos solo vos y yo. Osea que ninguno de los dos este con nadie, que nos comprometamos el uno con el otro posta, para no pasar más estos malos ratos. Porque se que no voy a controlar mis celos nunca.
—Yo lo hago, sinceramente no me nace estar con otras personas. Desde que empecé a tener relaciones con vos no estoy con nadie, ni siquiera un beso. Y yo lo hago, pero mientras que vos también lo hagas posta, que no la cages, me respetes y entiendas que tenemos exactamente los mismos derechos.
—Te prometo que lo voy a hacer. Te voy a respetar yo también a vos y no la voy a cagar.
—Bueno, entonces echo.
—Una vez más, ¿Me perdonas?
—Te perdono. Pero no me hagas nunca más lo que me hiciste ahí arriba.
—¿No querés que te cole nunca más los dedos?—sonrio maliciosamente.
—Eso si—rei—Pero no me dejes con las ganas nunca más.
—Veni para acá.—sonrio y llevo una mano a mi cintura.
Yo me senté a horcajadas sobre el y unimos nuestros labios en un chape lento.
Me mordió el labio inferior suavemente al mismo tiempo que con su mano libre bajaba el cierre de atrás de mi vestido.
Y terminamos arreglando todo como mejor nos sale; cogiendo.
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