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Maratón 05/05📍

°•Luciana•°

Mateo. Y a su lado Camilo.

Me saqué los auriculares y los mire.

Después mi miraba se centró sólo en Mateo. Lo miraba con cara de nada, sin ninguna expresión.

Cami se aclaró la garganta.

—Bueno—empezo a hablar.— Yo voy yendo. Los dejo hablar tranquis.

Mateo asintió y Cami empezo a caminar.

Nosotros nos quedamos ahí mirándonos. Yo arquee una ceja ya que Mateo me miraba y no decía nada.

Me di vuelta y empecé a caminar.
Sentí sus pasos atrás mío.

—Para Lulita, hablemos.- Pidió empezando a caminar a mi lado, a la par mia.

—Y habla.- Dije totalmente seca.

El me abrazo por los hombros.

—¿Estás enojada?- Preguntó.

¿Enserio lo preguntaba?

Le saque la mano rápidamente.

—Sos un tarado Mateo.

—Tenes razón, pero dale, dejame abrazarte que te extraño.

—Uf si, se nota muchísimo lo que me extrañas.

Cami doblo y lo perdimos de vista.

—Si te extrañe y no quiero que estemos peleados, por eso estuve pensando......

Lo interrumpi.

—¿Pensaste?—me hice la sorprendida.— Mira vos, pensé que eras completamente pelotudo.

—Dale, no me hagas el vacío.- Se quejó.

—No te estoy haciendo el vacío Mateo, vos la cagaste, no te hagas la víctima.

—Si ya se, soy un salame y estuvo mal lo que hice, soy así actuó y después pienso. Por eso te queria pedir perdón, y después le voy a pedir perdón al wachin ese tambien.

Lo mire por unos segundos y después volvi a mirar para adelante.

El se adelanto y se paró al frente mío para no dejarme pasar.

—Dale, ya se que estuve mal y lo admito, ¿me perdonas?

—Lo voy a pensar.

—Veni para acá.- Me abrazó y yo se lo correspondí.

Después de unos segundos se separó y me miro.

Metió sus manos abajo de mi mochila para abrazarme por la cintura. Yo puse mis manos en sus hombros.

—¿Sabes que más extrañe mucho además de tus ojitos verdes?

—¿Qué?

—Tus chapes.- Sonrió.

Hice el intento de no sonreír pero fue más fuerte que yo.

Vamos a admitir que la rema demasiado bien.
¿Quien se le podría resistir?

Se acerco más a mi y unió nuestros labios en un tierno chape.

Después de unos minutos lo terminamos como siempre; con un piquito al final.

—Te queda rre fachera esta campera Lulita.- Dijo dejando otro suave beso en mis labios.

—A vos también la tuya.- Respondí.

Garche Fijo ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora