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°•Luciana•°

Estaban a punto de ser las seis de la mañana.
Íbamos caminando por las frías calles de mi barrio, con dos pelotudos demasiado en pedo, que se reian de absolutamente todo.

—Sasha—llame a mi amiga que se encontraba del otro lado de la calle intentando pilotear a Camilo.— Haceme acordar, de que nunca más me ofrezca para llevar a su casa a alguien en pedo porfa.

—Lo mismo digo.- Respondió ella.

—Eh mangas de gilas—acoto Cami.— Dejen de hablar de nosotros que seguimos acá. Y además no estamos taaan en pedo.

—¿Ah no? Camilo en una sola cuadra casi te caes cinco veces.- Le dijo Sasha mirándolo indignada.

Mateo se le empezó a cagar de risa.

—Y vos no te rias tanto, te quiziste agarrar a las piñas con un poste viejo, con un poste.- Le dije yo.

—Eeeeh Lulita que me batis la cana.

(...)

Primero llegamos a la casa de Sasha.
La de Mateo estaba un poquito más adelante.

—Luly avisame cuando lleges vos y cuidate.- Me dio un beso en el cachete.

—Usen forro.- Dijo Cami.

—Siempre manito.- Le respondió Mateo con los ojitos achinados.

Sasha metió a Cami de prepo en su casa, haciéndolo callar ya que se reía nose de que, pero se reía.

Me reí. Son unos personajes estos dos.

Empecé a caminar sola con Mateo, el abrazado a mi hombro para no caerse.

Llegamos a su casa, gracias a Dios en lo que faltaba fue en silencio.

—¿Tenes la llave?- Le pregunté ya que la puerta estaba con llave.

—Dame la llave de tu corazoooon.- Empezo a cantar.

—Shhh, Mateo vas a despertar a toda la cuadra callate. Y la llave de la puerta te digo tarado.

—Ah esa—soltó una carcajada.— Sinceramente nose dónde está.

—¿Me estas jodiendo?—pregunté indignada.— ¿Por dónde concha pensas entrar Mateo?

—Por la puerta.

—¿Cómo carajo pretendes entrar por la puerta si no tenes la llave?- Pregunté tratando de sonar "calmada"

—¿La llave de qué?

Conta hasta diez Luciana, hasta diez, no lo mates dale.

Suspire.

—La llave de la puertita mi vida, esta—toque la puerta.— ¿Dónde está?

—Ah esa. En mi bolsillo.

—¿Y por qué....?—estaba por cagarlo puteando pero me controle.— Damela corazoncito.

Metió la mano en su bolsillo, renego un poco pero termino sacando la llave y me la dio.

Abri la puerta y lo hice entrar.

Cerré la puerta atrás nuestro.

—Linda casa tenes eh.- Dijo mirando todo.

—Es tu casa, Mateo.- Dije poniéndole llave a la puerta.

—Ah tenes razon—camino tambaleandose por la casa, se frenó en frente de el espejo y se puso a hacerce el hermoso mientras se tocaba el pelo.— Na, que fachero que estoy, ¿enserio tengo tanta facha asi? En vez de Trueno tendría que llamarme tormenta de facha.

Garche Fijo ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora