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Maraton 02/08📍

°• Luciana•°

Dos semanas después....

Viernes 09:47.

Estábamos los cuatro, yo, Sasha, Mateo, y Cami, sentados en la mesa del comedor en el primer recreo.

—Che—hablo Mateo—Estaria piola que mañana vayamos a algún cheboli, ¿Qué dicen?

Con Mateo en estas dos semanas nos pusimos una regla. Ya que los dos somos bastantes celosos y los celos son naturales y siempre van a estar, dijimos que cuando estemos en algún lugar juntos no íbamos a estar con otras personas para no pelearnos.

Tenemos casi el mismo grupo de amigos asi que a las jodas que vamos en común no estamos con nadie más.

En realidad yo no estoy con nadie, ni siquiera cuando estoy en un lugar sin Mateo. Simplemente no me nace, desdé que tengo relaciones con el.

No se si será porque Mateo es con la única persona que estuve y estoy sexualmente y me da miedo estar con otra persona, o porque no quiero y ya está.

—Si mañana nosotros nosotros tres nos vamos.—dijo Sasha.

—¿A dónde se van sin mi?

La mire con cara de orto a Sasha.

—Todavia no le dije—hable entre dientes y le hice una mueca.

—¿Decirme qué?—Mateo arqueo una ceja.

Hace varios fin de semanas que Uriel me viene invitando a ir a alguna parte, pero yo siempre le digo que no porque tengo planes con Mateo. Está vez me volvió a invitar y ya que con Mateo no habíamos planeado nada le dije que si, me daba un poco de pena porque él es rre atento conmigo, no le iba a negar una salida.

Y a él se le ocurrió la brillante idea de invitar a Sasha y a Cami, los cuales dijeron que si.

—Uriel nos invitó a un boliche.... A los tres.—dije algo nerviosa.

Mateo asintió haciendo una mueca de "mira vos", se había enculado lo sé.

—Senti Cami, nos está llamando Valen.—le dijo Sasha a Camilo.

—¿Que?—pregunto el desorientado—Yo no escucho nada.

—Si—exlamo Sasha—Hay nos llamó de vuelta, vamos.—se levanto.

—Pero, nada que ver ni está Valen por acá.

—Vamos Camilo.—hablo entre dientes y le hizo una mueca.

—Ah—musito Cami entendiendo todo—Ahora si lo escucho—se paro y empezó a caminar con Sasha—Banca banca, mi sanguchito wacho—agarro el sánguche de miga que se olvidaba en la mesa—Ahora si, chau.

Y se fueron.

Mateo me miraba con un semblante serio.

—Te lo iba a decir.—dije por fin.

—¿Cuando?—pregunto seco.

—Cuando salgaramos del colegio.

—Salieramos.—corrigio.

—Es la misma chota. Y Sabía que te ibas a enojar porque no te invito a vos.

—¿Qué?—fruncio el ceño—¿Pensas que me enoje por eso? Me chupa un huevo si me invita o no a algún lado el salamín ese. Me molestó que no me dijeras antes, yo pensé que mañana íbamos a hacer algo y no hice planes con nadie, ahora yo quedo de cara al lado.

—Bueno perdón. La próxima te aviso antes.

—Listo.

—¿Está todo bien?

—Si.

—¿Seguro?

—Si.—asintio con una media sonrisa.

(...)

—¿A qué hora viene el wachin?—pregunto Cami mirando como con Sasha nos maquillabamos.

—En breve.—respondi.

Uriel nos iba a pasar a buscar en un remis y ahí nos íbamos a ir todos juntos al boliche.

Yo me puse un vestido negro brillante bien pegado al cuerpo y Sasha uno igual pero gris.

Y de la fecha que maneja Cami ni hablar.

—Che, ¿Por qué les gusta ponerse todas estas cositas a ustedes?—pregunto tocando las cosas de maquillaje.

—Para sentirnos más lindas.—respondio Sasha.

—Aja.—musite yo.

—¿Esto para que es?—pregunto agarrando el arqueador de pestañas.

—Es para arquear las pestañas.

—Uh rre piola—sonrio—¿Vos ya te lo hiciste?

—No.—respondio Sasha.

—¿Me dejas hacerte?

—Veni.

Camilo estaba como nene con juguete nuevo mientras Sasha le enseñaba a usar todos los maquillajes. Definitivamente amo está pareja.

Más tarde sentimos una bocina y supimos que el remis ya había llegado.

(...)

Todo iba bien. La estábamos pasando bastante piola. Hasta que una cosa, con nombre y apellido, me amargo la noche.

Vimos como se acercaban hacia nosotros; Mateo, con una rubia divina, con un cuerpazo, a su lado.

Sabía y estaba segura de que esto no era para nada una casualidad, estaba acá a propósito.

De todos los boliches que ahí justo a este va a venir. Y encima sabía muy bien quién le tiro la data; nada más y nada menos que su mejor amigo.

El cual no juzgo, lo llege a conocer bastante a Mateo y se que quiere algo y lo consigue, y Camilo es el mejor amigo es obvio que va hacer todo lo que le pida.

Se acercaron y los dos nos saludaron a todos. Pude notar la incomodidad que tenía Uriel al ver la "accidental" cara de orto que le hizo Mateo.

—Ehhh, que casualidad.—exclamo el enano hijo de mil puta haciéndose el soprendido.

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Garche Fijo ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora