°•Luciana•°
Domingo 20:42.
—Dale pa, nos vemos, te amo.
—Yo también hijita, cuidate mucho.
Le sonreí y le di el último beso en el cachete para proceder a bajarme del auto con mis cosas.
Afuera ya estaba mi mamá esperándome. Lo saludó a mi papá con la mano, el arrancó y se fue.
—Hola ma.— le di un beso en el cachete.
Ella me agarró de los cachetes y me empezó a dejar besos por todos lados. Si, mi mamá es muy exagerada, hasta diría que peor que yo.
(...)
—Recién venis y yo ya me tengo que ir.— dijo mi mamá haciendo una mueca de tristeza.
—No pasa nada ma, es tu trabajo y sabes que yo lo acepto.
Yo ya sabía que ella le tocaba trabajar de noche. Asique con Mateo quedamos en vernos. Apenas ella se valla, el va a venir.
—Por eso te amo hija.
—Yo más mami.
Sentimos una bocina. Era el remis.
—Chau bebe, cerra acá con llave, nos vemos mañana cuando vuelvas del cole.
—Chau ma, cuidate.— le di un beso en el cachete.
Salió y cerró la puerta.
Subi a mi pieza a buscar mi celular que se estaba cargando para avisarle a Mateo que ya se había ido.
Le avisé y el me dijo que ya venía.
Pero esperé por un rato y no venía. Tampoco esque viviera tan lejos ya tendría que estar acá. Le deje varios mensajes, los cuales le llegaban pero el no se conectaba.
Decidí irme a hacer de comer hasta que se digne a venir. Yo ya tenía hambre y bueno Mateo vive con hambre, seguramente iba a querer comer.
Puse el sartén con aceite para fritar unas milanesas. No tengo ganas de conplicarmela tanto asique voy a hacer sándwiches de milanesa y ya está.
En un plato puse unas servilletas, saque las milanesas ya fritadas y las puse ahí.
Metí dos más a fritar y subí nuevamente a mi pieza para ver si Mateo ya me había contestado.Agarré mi celular que se estaba cargando en la mesita de luz y abrí WhatsApp. Había leído los mensajes pero no contestó, ¿qué le pasaba al tarado?
—Hola Julieta.— senti su voz y me di vuelta exaltada, encontrándome con Mateo entrando por el balcón.
—La puta madre Mateo, ¿te encanta asustarme?— me queje.
—Hola Lulita, ¿cómo estás? ¿Me extrañaste? Si yo bien, si también te extrañe.— soltó una risita.
—Sos un tarado. Es mas fácil tocar la puerta, ¿no te parece?
—Si, es más fácil, pero le saca toda la diversión.— ríe.
—¿Qué diversión? No sos el hombre araña Mateo, mira si te caes y te desnucas.
—¿Quién dice que no soy el hombre araña?— sonrió y yo rodé los ojos.
—Cambiando de tema, ¿por qué tardaste tanto? ¿viniste en una tortuga?— reí.
—Cuándo me avisaste que se fue tu vieja justo me estaba por meter a bañar, pero preferí decirte que ya venía porque me ibas a decir que porque no me bañe antes y ibas a empezar con tus dramas.