°•Luciana•°
—Luly, ¿dónde estás?—pregunto el preocupado.
—En un baño—respondi mirando a mi alrededor—Para ser más exactos, sentada en un inodoro.... y para ser mucho más exactos, haciendo pis.—me reí a carcajadas.
—¿Estás en pedo?
—Le diste clavo en el justo.... digo, justo en el clavo.
—¿Dónde estás?—volvio a preguntar.
—En el baño te dije.
—¿En qué boliche, Luly?
—Ah..... que te importa.—solte otra carcajada.
—Estas muy en pedo, te quiero ir a buscar, ¿Sasha dónde está?
—Yo no quiero que me vengas a buscar.... y Sasha, anda por ahí.
—¿Anda por ahí? ¿no están juntas?
—No vamos a entrar a mear juntas Mateo, o bueno, ahora no entramos juntas..... ¿sabés que? me estás aburriendo, te voy a cortar.—avise.
—¡Para! decime dónde estás, así voy a buscarte.—pidio con exasperación.
—No quiero que me vengas a buscar vos.
—¿Por qué?
—Porque sos un salame, un pelotudo del culo, y no te quiero ver la cara nunca más.—solte con bronca, pero a la vez arrastrando las palabras por el pedo que cargo.
—Pero...
lo interrumpí.—Chau Mateo, déjame mear en paz.—corte sin escuchar una respuesta de su parte.
Yo me quedé ahí sentada, mirando a la nada. Hasta que minutos después volvió a llamar.
—¿Que?—pregunte alterada.
—Estoy yendo a buscarte.—aviso.
—Ni siquiera sabes don....—me corto—Ah, encima tiene el descaro de cortarme el culiadaso.—hable sola.
Me quedé ahí por un largo rato más. No me preocupa lo que me dijo Mateo, porque no sabe dónde estoy. Y tampoco tengo ganas de ponerme a tratar de entender lo que pasa por su cabeza.
Tengo mi cabeza apoyada en mis manos y estoy tratando de pensar claro. Realmente estoy muy dada vuelta. También hablé sola, si, sola.
Me acomode la ropa y me decidí a por fin salir del baño.
Cuándo abrí la puerta, las chicas que estában ahí esperando a que algún baño se desocupe, me miraron raro. Si seguramente porque me estaba riendo y hablando sola.
—Buen día.—salude y salí del baño.
Nuevamente la música me aturdió y camine como pude, tratando de no caerme, entre el monton de gente.
Después de dar vueltas más perdida que en clase de matemáticas, llegué por fin a la barra, dónde está Sasha.
Entrecerré los ojos, para analizar si lo que estoy viendo es real.