°•Luciana•°
La semana transcurrió normal.
Mateo no se me volvió a acercar. Eso me ayudaba muchísimo, ya que se me hacía menos difícil el poder olvidarlo, o al menos hacer el intento.
Eso sí, las miradas no faltaban.
Cada vez que lo veo, pienso como serían las cosas si todo hubiese sido diferente. Si cuando le dije que estaba enamorada de el, el me hubiese dicho que le pasaba lo mismo.
O si nunca hubiéramos hablado y el siguiera siendo mi amor platónico.
Nunca me habría echo amiga de Cami, el y Sasha no se habrían puesto de novios.
Ahora no lo tendría a Rayo.
¿Que pasaría si ese día nadie la hubiera empujado a Sasha? Si Máximo hubiera pasado de largo.
Que loco como por una casualidad podés terminar viviendo cosas que nunca te imaginaste, y podés terminar sufriendo, o riendo, todo depende del destino.
Nose si me arrepiento de haber vivido esto, capaz hace unos días diría que si, pero ahora no estoy segura. Con Mateo aprendí muchas cosas.
Me acostumbré a estar con el, me acostumbré a su presencia, a sus chistes malos, a sus piropos y chamuyos, a el en si.
Cualquiera se habría enamorado.... O capaz me quiero convencer de que no fui tan pelotuda.
En fin, cuando me baño pienso muchas boludeces.
Ahora mismo, es viernes por la noche. Y si, me estoy bañando.
O mejor dicho, estoy parada abajo del agua, mirando a un punto fijo con cara de tarada, pensando puras giladas.
Salí del baño envuelta en la toalla y fui rápidamente a mi pieza, ya que me cagaba de frío.
Me puse el pijama. Me saque la toalla de la cabeza, y empecé a cepillarme el pelo.
—Luly....
Me di vuelta y como toda estúpida que soy mire a Rayo que se encontraba en mi cama, lo mire sorprendida, pensando que el me había hablado.
Si, eso.
El fue más inteligente que yo, se bajó de la cama y se dirigió a la puerta de mi balcón. Empezó a rasguñarla y a llorar.
Se ve que yo no era la única que lo extrañaba.
—¿Mateo?—quería asegurarme.
—Soy yo.—respondió del otro lado.
Todos estos días le había puesto llave a la puerta del balcón, y está noche no era la excepción. Sabía que en algún momento se le iba a ocurrir treparse.
—¿Que haces acá?—pregunte con enojo.
—Espera, ya se que no queres escucharme, ni verme. Sólo vine porque quiero que sepas algo.
Fruncí el ceño.
—¿Qué?—pregunte curiosa.
—No me pienso rendir—dijo decidido—Y, se que vos ahora tenés pensamientos erróneos sobre mis sentimientos hacia vos, pero te aseguro que no es como lo pensas. Ya lo vas a entender. Descansa Lulita.
Sentí unos ruidos y supuse que ya se había eso.
Bueno, ahora tengo otro quilombo más en la cabeza.
¿Que se supone que significa eso?
¿Tengo que quedarme tranquila?
¿Que quiso decir con que no se iba a rendir?
¿Que quiso decir con que ya lo iba a entender?
¿Descansa Lulita?
¿Enserio esperaba que descanse después de eso?
Dios.
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Ya queda poquito, queda poquitooo