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[Luciana]

—Me tengo que ir.- Hable después de un rato acostados recobrando el aliento.

—No te vallas, durmamos una siestita y después te vas.- Pidió haciendo puchero.

A este pibe le encanta hacer pucheros, me vas a matar hermano.

—Bueno, esta bien.

Me volví a acostar a su lado.

(...)

—Mateo enserio, a un par de metros esta mi casa no hace falta que me acompañes.

—¿Y si en esos metros te pasa algo? No mi ciela, voy con vos.

Reí imaginando el meme del "pues no mi ciela"

—No me va a pasar nada. Además mi mamá no sabe que estoy con vos, ¿si justo sale y te ve? La cagada a pedos que me como.

—Sabes como es la sociedad de mierda en la que vivimos, en esos metros tranquilamente te pueden secuestrar, y en unos días te encuentran muerta, es feo pero es así. Y no es por exagerado, puede pasar. Aunque sea dejame que te mire desde acá.

—Si ya se, lamentablemente tenemos que vivir con miedo de no volver a nuestras casas. Y bueno dale, mirame desde aca, mientras que no te vea mi vieja todo piola.

—Dale, ¿no te olvidas nada?

—Tengo todo.

Abrió la puerta y salimos.

Caminamos hacia la vereda de su casa.

—Nos vemos mañana.

—Nos vemos Lulita.- Me dedico una sonrisa a boca cerrada.

Me di vuelta y empecé a caminar.

—¿No te olvidas de algo?- Pregunto.

—¿De qué? - Me di vuelta y lo mire.

—Mi chape.- Respondió arqueando una ceja.

Reí y me acerqué a el, pose mis manos en su cuello y uni nuestros labios en un chape tierno.

El me abrazo por la cintura.

Después de unos minutos terminamos el chape con un piquito.

—Cuidate.- Susurro encima de mis labios y me dio otro pico.

—Vos igual.- Hice lo mismo.

Me despege, me di vuelta, y empecé ahora si a caminar a mi casa.

Después de caminar un poco, me di vuelta y el seguia ahi parado mirándome.

En el mundo tiene que haber más pibes asi.

Me sonrió y yo igual.

Me di vuelta y seguí caminando hasta llegar a mi casa.

Abri la puerta encontrándome con mi mama barriendo.

—Hola ma, volvi.- Saludé cerrando la puerta.

—Hola princesa.

Me acerqué y le di un beso.

—Estas colorada hija-me tocó la cara con sus dos manos- Y estas hirviendo, ¿no tendras fiebre de vuelta?

No ma, acabó de tener dos tremendos polvos. Y después dormi la siesta tapada hasta la cabeza, abrazada a un flaco que hervia.

—Lo que pasa que en la casa de Valen estaba prendida la calefacción.

—Ah.- Respondio aliviada.

Deje mi mochila en el sillón y camine a la cocina a buscar algo para tomar.

—Valen te manda saludos, dice que ya va a andar por estos lados.- Dije abriendo la heladera.

—Que bueno, decile que cuando quiera.

Saque la jarra con jugo y me serví en un vaso.

—El sábado hace una joda.

—¿Me estas preguntando si te dejo ir?

—Se que me vas a dejar ir.

—Sabes que mientras te cuides, te portes bien y me mandes mensajes cada veinte minutos, por mi esta bien.

—Si lo se, por eso te amo.- Le sonreí y ella también.

—Yo más amor de la vida de tu madre.

Se acercó y me dio un beso en la frente, yo sonreí. Amo a mi mamá.

—Ahora contame que onda con el chico que me dijiste hoy.

—¿Qué chico?

—El de rulitos

—Mateo.

—¿Así se llama?

—Si, y conformate con saber su nombre y con haberle visto la cara.

—Por ahora.

—Por ahora.- Afirme.

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Cuidense mucho chicas💜

Garche Fijo ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora