Sky (ville) - HS

D O S

Seis meses después.

    Era de noche y miraba el reloj impaciente. 

    Intentaba disimular la emoción que sentía de verlo de nuevo. Recordaba esos fugaces momentos en donde nos desaparecíamos de la vista de su tío y de la vista de mi madre para besuquearnos a la orilla de la playa.

     Reconocía a Harry como uno de esos amantes de la adolescencia que se quedaban grabados en la memoria por siempre, simplemente porque fueron momentos hermosos.

    Observé a mi hermano. Se encontraba fumando al pie de la playa mientras hablaban con Sean, me miraba con detalle, parecía reconocer la ansiedad y la emoción por el regreso de Harry. Podía escuchar los murmullos de su conversación con Sean.

     El ambiente era tenso.

    El mismo ambiente que se siente cuando uno se halla en el cuarto funenario, esperando con impaciencia y desvelo la urna de un familiar muerto.

     Tomé del vino rosè y suspiré.

    ¿Por qué se tardaba tanto?

     — ¿Nerviosa? —Fiona, a mi lado bebió del rosè que recién había comprado, me miró con una sonrisa maliciosa—. No estarás pensando en la posibilidad de que revivan ese amor estúpido de verano, Sunshine...

    Volteé a verla, la miré de pies a cabeza, impasible. Di un paso lejos de ella y bebí de la copa.

    Ella se encargaba de hacerme sentir pequeña, como si yo fuera su marioneta. 

   — ¿O sí? —se mofó.

    Era igual que Sean, tóxica, siempre se esforzaba por recordarme los celos y la rabia que sentía cuando Harry la escogió a ella, sobre mí. Entendía y comprendía que Harry solo la usó, él estaba borracho, ella siempre fue una arpía... En fin, estuvieron juntos una noche y desde entonces, Fiona con aquel evento solo para hacerme daño.

    Sin embargo, no caí en su juego.

     Fiona a mi lado me miró de reojo, como si se sorprendiera de verme actuar indiferente. Honestamente, estaba cansada de lidiar con ella.

     — ¿Hace cuánto no lo ves? —Ella contestó con una sonrisa—. Está más atractivo que antes. ¿Lo sabes?

     Dios, no la soportaba. Ni a ella, ni a su hermano.

    Era una lástima siempre tener que lidiar con su actitud de mierda solo porque Kyle estaba perdidamente enamorado de ella y Sean, parecía tener una obsesión conmigo. 

    —Me pregunto, ¿como reaccionará al saber que eres de las peores mojigatas de este pueblo?

    — ¿Debería ser una ofensa?

    Sonrió maliciosa—: Deberías ser menos estúpida.

     Ella con una sonrisa orgullosa bebió lo que quedaba en su copa y la dejó en la mesa a mi lado, antes de irse hacia Kyle moviendo su delgado cuerpo cubierto por un pequeño bikini blanco. 

    ¿Cual era el problema en ser virgen?

     Uhg, la odiaba. 

     Tomé la botella de licor de la mesa y bebí de ésta sin temor. Estampé la misma en la mesa rabiosa mirando de brazos cruzados a la zorra de Fiona besar con suavidad a mi hermano.

     Sean lanzó el cigarrillo al suelo caminando hacia mí, así dándome una mirada casi siniestra.

   
   Una vez frente a mi, sentí su respiración en mi rostro y me tomó con fuerza de la cintura. Ladeé mi cabeza hacia un lado, apartando mi rostro del suyo. Observé sobre su hombro como Fiona metía poco a poco a mi hermano en la playa y entre risas se besaban