—¡Nos complace decirle que ha sido cordialmente aceptada en la Universidad de Nueva York, podrá empezar a crear su horario y asistir a sus respectivas clases dentro de dos semanas! ¡La felicitamos! —Elevé mis brazos al aire soltando gritos de emoción, John detrás de mí preparaba la cena y gritaba conmigo emocionado—. ¡No puedo creerlo!
Me levanté del comedor y fui hacia él, este sacaba dos copas de vino, así vertiendo del líquido en los pocillos de cristal con una sonrisa alegre.
Elevó la copa al aire con una sonrisa amplia.
— ¡Felicitaciones, te dije que lo lograrías! —le dimos un trago a su copa mientras yo me sentaba en una encimera de granito justo a un lado de la cocina, donde él cocinaba.
—Gracias por tu incondicional apoyo, John, no sabes lo mucho que significa para mí, —le dije luego de darle un gran trago al vino.
John tomó la paleta de madera dándole vuelta a la salsa con una sonrisa alegra, algo que jamás había visto en él. Luego de unos segundos, me miró con sus ojos azules encantadores, colocó una mano en mi pierna derecha con suavidad. Durante los últimos tres meses nos llegamos a conocer perfectamente bien; John era una persona cabezota, poco paciente, algunas veces muy mandón pero era dedicado y se esforzaba por llevarnos bien.
—Eres mi única familia, Sky, —él colocó su mano en mi rodilla—. Y te quiero mucho. Me has dado lo que muchas personas no han podido.
Sonreí y elevé la copa, chocándola con la de él.
—Salud por eso, —susurré sonriente.
El rubio musitó algo que no entendí pero aun así sonreí y me quedé embelesada mirando lo largo que ahora se encontraba su cabello, su cuerpo cada día se encontraba más musculoso—había guindado un saco de arena en su cuarto, por lo que a veces, me quedaba mirando su sudoroso cuerpo—, los músculos formados en su torso, los lunares en su piel, sus rasgos delicados. No me gustaba tanto la pureza que su piel blanca, por alguna razón encontraba a Harry mil veces más atractivo con ese aspecto de "malo" que me encantaba pero él no estaba aquí, y estaba segura, de que regresó a usar sus prostitutas.
Narco que no lo hacía, simplemente no era narco.
— ¿Por qué me miras así? —susurró con una sonrisa y yo, sonreí un poco tímida.
Llevé mi mano a su hombro musculoso, sintiendo la dureza de este, su piel caliente, sus músculos levemente tensarse ante mi toque y me miró con sus ojos azules profundos, llenos de algo que no pude identificar pero que me gustó. John apagó la hornilla cuando llevé mis manos a sus pectorales, remarcando su piel, sus músculos; se movió cerca de mí y pidió permiso entre mis piernas pero con delicadeza, sin notarse muy brusco.
Mis sentimientos se hicieron fuertes y recordé cuando lo vi duchándose desnudo hace dos semanas, su cuerpo mojado, su espalda marcada. Como si se tratara de un hombre cuando había sexo de por medio, me limitaba a pensar poco. Al parecer, el sexo, a mí no me dejaba pensar como a otras personas; una vez que sus manos acariciaron lentamente mis piernas hasta llegar debajo del blusón que llevaba puesto mi mente se bloqueó y actué por inercia.
Me incliné hacia él y me detuve cerca de sus labios.
—No quiero destruir nuestra relación, —susurré.
—Los mejores amigos, son lo que se conocen de pies a cabeza, —musitó con una sonrisa—. Me consta que es así.
Solté una sonrisa y negué con la cabeza—: Claro que no.
John me tomó de las mejillas con suavidad y me llevó a sus labios.
Lento, suave, no había posesión, ni lujuria, ni un torbellino de emociones, me gustó besarlo.
Pero no sentí nada de lo que sentía con Harry, sin embargo, lo abracé por el cuello disfrutando de la ternura que emanaba su beso y cuando se separó, susurró—: Hay algo que no te he dicho.
Elevé mis cejas y lo miré con ojos bien abiertos—: Los King y tu hermano, le están dando la batalla en Skyville a--
—No te detengas a hablarme de cosas que no me importan, —lo interrumpir y tras una sonrisa volvió a besarme, esta vez un poco más desenfrenado que antes pero igual de tierno.
Era oscuro pero desde adentro de la camioneta Harry podía ver como intentaban escapar de la inminente muerte que les esperaba, Jeremiah recostado del auto miraba la situación en aquella oscura playa a las afueras de Skyville, murmurando a Harry que había tomado una buena decisión. Los guardias de él le daban una muerte lenta pero segura a los King.
Observaba a Kyle gritando que se detuvieran, lanzaba maldiciones a Skylar, y el hecho de que su propio hermano desprendía odio en sus palabras hacia ella, provocaba que miles de pensamientos se le cruzaran por la cabeza. Por alguna razón, se la imaginó muerta, con los ojos abiertos, sangre saliendo de su boca, una bala en su pecho o en su frente.
Sintió la necesidad de saber dónde estaba, de protegerla, ¿Qué pasaba si Kyle la encontraba en un futuro? ¿Qué pasaría si Padrote la encontraba? Un dolor se desprendió de su pecho. No se perdonaría nunca de saber que pudo protegerla y que no lo hizo.
Los sicarios finalmente, luego una tortura poco usual, le dieron final a los gritos de Hannah y Harrison King. Fiona gritaba, mientras otro sicario enredaba las manos alrededor del cuello de Fiona, como ella lo hizo con Sky cuando intento ahogarla. Sean estaba moribundo en el suelo, siendo pateado brutalmente, desde su lugar podía verlo, escupiendo sangre.
— ¡TE LO JURO, STYLES, DONDE SEA QUE ESTÉ SKYLAR Y DONDE SEA QUE TU ESTÉS, REGRESARÉ DESDE EL INFIERNO PARA HACERLOS PAGAR CON SANGRE! —Kyle gritaba mientras era colocado de rodillas.
A él no iba a matarlo, Harry creyó en el hecho de que necesitaba mejor escarmiento que una muerte seca.
Necesitaba que sufriera, necesitaba descargar su furia en alguien y ése era Kyle.
Tres balazos después, Harry desvió la mirada, sacó una pequeña botellita de metal de su saco, colocó la cocaína en el dorso de su mano, tensó su mandíbula cuando se imaginó a Skylar pidiéndole que no lo hiciera. El hecho de habérsela imaginado pidiéndole con cariño que no lo hiciera, provocó un amargo sabor en su boca que intensivó a llevar más droga a su nariz.
Habían sido dos largos, solitarios y desdichados meses, se le pasaban las horas pensando en ella, no podía dejar de recordarla...
Él sabía que se estaba obsesionando con ella.
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Sky (ville) - HS
Fanfiction"Ella era la dueña, pero al final el que manda soy yo." portada hecha por mi ;) ----- Un amor, una mafia y un enemigo. MUCHO SMUT. - si lees y eres menor de 18 años, lees bajo tu propia responsabilidad. ¡Gracias por Leer! Contenido SEXUAL EXPLÍCI...