N U E V E

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   El patio delantero de aquella gigante y hermosa casa estaba repleto de autos, sobre todo de camionetas de lujo.

    Había escoltas hablando entre ellos, armados, observando con detalle cada carro que llegaba y las personas que entraban a la fiesta.

   Había escoltas armados en el porche de la casa, usaban intercomunicadores, en las manos tenían metralletas; y mientras yo esperaba que Harry terminara su cigarrillo para entrar en aquel lugar, observaba como un par de chicas voluptuosas bajan de una van, vistiendo ropa corta y reveladora.

    Prostitutas, o strippers, o las dos.

     No me sorprendió, era normal.

    Suspiré con fuerza, mentalizándome para enfrentar lo que venía, no había tenido paz desde bajé del auto, los recuerdos me dolían y mis piernas estaban temblando.

   Caminé de lado a lado alrededor de la camioneta intentando retener los extremos nervios que se me desataron. John vino a mí y me tomó de un brazo, al notar mi inestabilidad.

    —Sky, todo está bien, —John dijo con suavidad, murmurándolo para que nadie escuchara—. Nada va a pasar, tienes protección.

   Intenté respirar con normalidad pero me costó incluso hablar. No sabía si estaba asustada por Padrote o Sean, o Kyle y Fiona. O simplemente estaba por experimentar un ataque de pánico.

   —No estoy segura de esto, yo-

   — ¿Qué pasa aquí? —la voz firme de Harry nos interrumpió.

    John miró a Harry y suspiró soltándome.

    El ruloso le dijo que se alejara de mí con firmeza y así lo hizo, John me miró mientras se iba lejos de nosotros como dándonos nuestro espacio.

   —Me empieza a molestar su cercanía, ¿por qué estás tan nerviosa? —se acercó tanto a mí que tuve que dar un paso atrás.

    Miré mis pies intentando contener las emociones y los pensamientos oscuros. Sin embargo, él me tomó del mentón con firmeza, me hizo verlo a los ojos.

   — ¿Vas a hablar? —espetó.

   Apreté mis labios con fuerza.

    No dije nada por largos segundos pero luego de pensarlo bien, decidí afrontar las cosas con la verdad. Suspirando con fuerza y con mis manos apretando mi bolso, hablé.

    —Padrote casi me viola, —susurré suavemente con voz ahogada—. Mi madre me cedió a él como pago por una ruta, sin embargo no pudo lograrlo. John me salvó.

   Harry me miró con ojos bien abiertos, un extraño silencio se formó. Su cuerpo se tensó, su mandíbula se apretó, sus facciones se endurecieron; me apoyé de la camioneta, cruzada de brazos.

   De pronto, él me tomó de las mejillas haciéndome verlo de nuevo.

   —No pasará nada. ¿Me entiendes? —Murmuró en mi rostro, con mandíbula tensa y ojos llenos de coraje—. No te va a pasar nada, vienes conmigo.

   —No es que sienta que pasará algo, me da asco recordarlo, —susurré.

    Él acarició mis mejillas y se acercó a mí, de modo que sentí su respiración en mi rostro.

   —Reprime el sentimiento de asco, —susurró sobre mi boca—. Conviértelo en coraje, en rabia. Convéncete de que quien te hizo daño merece un castigo.

    Solté una respiración pesada y apreté mi mandíbula.

   —Vas a entrar en esa casa, y asesinarás ese momento de tu vida, —me apretó del mentón con fuerza, habló entre dientes, con fuerza—. Y cuando salgas de allí, vas a ser una nueva mujer. ¿Hmm? Nada va a interponerse en tu felicidad. ¿Me entiendes?

Sky (ville) - HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora