V E I N T E

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"¿Podemos vernos? Te paso buscando"; decía su mensaje, como si intentara torturarme. Jugué con el chip telefónico en mis manos apoyada de la ventana del departamento que John había comprado de anticipado en Nueva York. A penas llegaba a Nueva York y ya sentía que quería arrastrarme por él, de regreso a Skyville.

Miré a un lado de mí a John, durmiendo en un sofá cama, el pobre había manejado todo el camino desde la media noche hasta aquí sin parar, no sé cómo lo hizo, ni de dónde sacó la fuerza de voluntad pero suponía que estaba acostumbrado a aguantar el sueño. Roncaba y su camiseta negra, se elevaba en su espalda baja, revelando parte de su musculosa espalda.

"Lindo" pensé. Y luego, llevé mi mirada al chip de mi teléfono, antes de dejarlo caer al vacío, deshaciéndome de Harry, Kyle y mi pasado en Skyville.

Hudson Yards, observé a través de la ventada, era una de las mejore localizaciones de Nueva York a solo quince minutos de la universidad a la que pensaba asistir. El departamento tenía una cocina pequeña, una mesa de madera en medio del mismo y luego, un pasillo con dos habitaciones con sus respectivos baños, desde aquel lugar podía ver la ciudad de Nueva York y el sonido que esta desprendía.

Una vez que pisé aquel lugar no sentí que hizo falta más nada, sabía que la plenitud estaba de mi lado estaba vez. John se encontró muy receptivo desde el principio, y se encargó de que el departamento se encontrara a su nombre, no al mío, guardamos los millones que trajimos de Skyville en los gabinetes que no usaríamos en la cocina, no quería guardar dinero en ningún banco aún.

Al día siguiente, fuimos a comprar ropa, cosas para la casa, sábanas, utensilios, adornos que le dieran el toque hogareño a la casa. Fue divertido ir de compras con él, descubrí que John era risueño, cariñoso y se interesaba por mi bien estar; comimos helado ése día y... Bueno, no se tardó en coquetear.

Al quinto día, decidí tomar un trabajo, hablé con John seriamente y llegué a la conclusión de que no podíamos gastar el dinero que trajimos, a diestra y siniestra, así que, fui a buscar un trabajo. Todo estaba bien y me parecía tener un amigo bueno a mi lado.

Me hacía sentir menos sola.

Lo bueno de estar en una ciudad tan activa como Nueva York, era que la rapidez con la que esta era movida, me hacía olvidarme de algunas cosas, como Harry, Kyle, mi padre, mi verdadero yo.














Dos meses después, se colocó su saco y se miró al espejo con ojos cargados de frialdad, miró hacia su habitación y sus ojos pararon en las dos prostitutas, una dormía sobre su estómago y la otra tomaba de un champaña costoso sentado en su cama, desnuda.

Hizo una mueca de desagrado al pensar en lo que acababa de hacer pero no se molestó en tratar de ilusionarse, sabía que no encontraría otra chica virginal como Skylar, y que si ella lo había abandonado, sin dejar si quiera rastro o un mensaje, ha de ser por una razón.

Caminó hacia su gran habitación compuesto por ese salón gigante, llenos de lujos y cosas que al final no lo terminaban de llenar, se negaba a creer que era infeliz, prefería reprimir el sentimiento. Bueno, reprimió el sentimiento desde ella, se fue.

Sky (ville) - HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora