C U A R E N T A Y S I E T E

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Era como una película en mi cabeza, podía visualizarlo, podía sentirlo.

Estaba algo borracha pero lo recordaba a la perfección, no había apretado el gatillo pero sé que fui yo quien la mató. La imagen se encontraba nítida en mi cabeza; entre unos edificios de mala muerte, bajo la agradable luz del sol empezando a salir. Sabía que ella gritaba, pedía misericordia, me maldecía mientras que un par de hombres la bajaban de la cajuela de la camioneta.

Recuerdo haber bajado del Audi luego de que Harry bajó del mismo, Ryan le decía cosas pero no las comprendía, solo estaba concentrada en mis propios sentimientos, bebía del vaso de Harry un whisky caro y fumaba de su cigarrillo. El cual, era más fuerte de lo que parecía. Aquel sencillo cigarrillo, provocó más mareo.

Jeremiah y otros dos hombres llevaron a Daya hasta el bote de basura, así lanzándola en él, como si se tratara de un costal de papas. Jeremiah cargó la pistola, le quitó el seguro a la misma. Recuerdo sus últimas palabras, a la perfección.

"¡Traidora, Skylar, traidora! ¡Marissa no descansará hasta acabar contigo, como tú vas acabaste conmigo!" Ella me gritó, recordaba sus cabellos llenos de porquería, su rímel corrido, el dolor y la rabia desprendido de sus labios. Jeremiah disparó directo a la cabeza, ella gimió ante el impacto, se desplomó dentro del basurero con un brazo sobresaliendo del contenedor. Luego, volvió a disparar a su cuerpo, provocando el pequeño temblor del impacto en su cuerpo, Jeremiah tomó su delicada mano y la metió dentro del depósito.

Como si se tratara de algún desecho.

Harry acarició mi cabello y besó mi sien. Ryan con total frialdad celebró la muerte de Daya. Abrazó a Harry prometiendo que nunca, ninguna mujer iba a entrometerse en su relación con él, recordé que le dijo, lo mucho que lo quería y que, más que un hermano, él era como su padre, Harry palmeó su espalda asintiendo así abrazando a su hermano con cariño. Ryan besó mi mejilla, me nombró parte de la familia Styles ésa mañana.

Me sentí feliz.

Sentía que pertenecía, que lo que sentía era genuino porque no había necesidad de mentir.

Las imágenes no salían de mi cabeza, estaba borracha pero estaba consciente de lo que pasaba y de lo que hice. No recuerdo haber llegado a casa, no recuerdo haber tenido sexo con él pero me encontré desnuda en su cama en cuanto empecé a despertar.

La habitación estaba oscura y se notaba fría, al abrir mis ojos me encontré con los ventanales siendo tapados por dos paneles negros, que por las pequeñas divisiones de estos permitían ver la luz del sol en su máximo apogeo. Estiré mi cuerpo y metí mis manos bajo las almohadas, ya que me encontraba acostada sobre mi estómago. Restregué mi rostro contra la suave almohada.

Esta cama no tenía comparación con la cama que compartía con John.

De pronto, sentí dos manos recorrer mi desnudez de arriba abajo, largas y suaves. Sonreí tomando aire profundo, antes de sentir besos suaves y mojados en mis glúteos poco a poco subiendo hasta mi espalda. Sentí mordidas gentiles, lamidas largas y sensuales. Su cuerpo se recostó del mío, sus brazos se estiraron sobre los míos bajo las almohadas hasta que sus manos dieron con la mías, así entrelazándolas con firmeza, sentí la tela de su bóxer y su erección contra mi trasero.

Hizo a un lado mi cabello, besó y mordió mi nuca, dejando respiraciones pesadas allí, podía sentir los sonidos gentiles que su garganta desprendían a modo de satisfacción.

-No sabes lo sexy que es verte dormida en mi cama, sin ropa, -su ronca voz dijo.

Acaricié sus dedos con los míos, moví mis pies cerca de los suyos disfrutando de su cercanía, moviendo mi trasero contra su dureza.

Sky (ville) - HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora