Sky (ville) - HS

V E N T I C U A T R O

Coloqué mis pies en el tope del sofá-cama, mientras Daya tomaba una foto acostada en la cama para colgarla en su Instagram. John nos preparaba algo de comer y se encargaba de darle de comer al nuevo equipo de seguridad. Mientras tanto miraba algo en mi cuenta, no repartía likes o comenterios, no era lo mío, no quería dar con alguien de Skyville y que descubran donde me encontraba.

-Oh, Wow, mira esto, -Daya se apoyó en los codos de sus brazos y me mostró en su teléfono una foto de una celebridad en un conjunto bonito, seguramente en alguna pasarela de Hollywood-. Necesito un vestido así. ¿Tienes una idea de lo chick se ve? ¡Mañana iremos de compras en busca de este vestido! ¡Es Carolina Herrera!

Sonreí negando con la cabeza.

-No voy a gastar dinero en un vestido Carolina Herrena, Daya, -murmuré mirando mi teléfono-. Ya tengo suficiente ropa en mi armario. Hemos ido de compras, al menos dos veces por mes, desde que te conocí hace tres meses. ¿Eso hace cuento dinero mensual?

- ¡Marissa amará la idea y te llevará, no tendrás que gastar nada!-ella exclamó levantándose de la cama y moviendo su cabello marrón-rubio.

Fue hacia John que se encontraba a pocos pasos de nosotras, sin camiseta pero usando un pantalón bastante sexy, ella lo palmeó del hombro con cariño.

-Dime, que esto no le quedaría hermoso a tu jodida novia.

John miró la foto dejando la estufa y desde la cocina me miró con una mueca poco agradable-: Es algo... No me gusta.

- ¡Oh, por Dios! -Daya golpeó su hombro de nuevo provocando que John se riera un poco y yo sentada en la orilla de la cama, observaba la situación con una media sonrisa-. ¡Ustedes tienen "cero idea" de lo que es estar a la moda!

John se encogió de hombros sacando del horno el filete que cocinaba, alegando-: Ni Sky ni yo crecimos en Nueva York y su mierda de estar a la moda.

Daya se apoyó de una encimera y se cruzó de brazos mirándome, observé desde mi lugar su esbelto cuerpo pero al mismo tiempo curvilíneo y hermoso. Su cabello caía sobre sus hombros, su maquillaje ligero provocaba que luciera hermosa; por unos segundos pensé en Harry, estaba segura de que él, se volvería loco por una chica como ella, no sé por qué el pensamiento vino a mi mente, pero así fue.

Hace pocos días vi su foto e mi teléfono, la que le tomé en el muelle de Skyville y desde entonces, no había podido sacármelo de la cabeza. Quizá era porque quería buscar a un hombre que de verdad me satisficiera en la cama porque John...

Demonios, no lo estaba logrando.

-Me gustaría saber de dónde son ustedes, -Daya dijo frunciendo su ceño, quitándose sus sandalias-. Es decir sé que vienen de uno de los pueblos de Nueva York, pero... ¿Exactamente, de dónde?

-Qué afán de saber todo sobre nosotros, -me levanté del sofá-cama evadiendo la pregunta y caminando hacia John para ayudarlo a servir nuestra comida-. ¿Necesitas mi seguro para saber quién soy y que intenciones tengo?

Tomé un par de platos de la encimera y los puse en línea sobre la estufa mientras que a mi lado, Daya rodaba los ojos, dejó su teléfono, se dio media vuelta y colocó su brazo alrededor de mis hombros. La miré con una media sonrisa porque me gustaba saber que ella me entendía como lo hacía Marissa, las dos se habían convertido en mis hermanas, no íbamos a ningún lugar sin la otra, no íbamos a ninguna clase sin despedirnos antes, a veces dormían en mi casa, o en la de Marissa, o en la de Daya.

Simplemente, eran mi familia.

-Amiga, nos llegamos a entender muy bien, y es nuestro deber saber todo una de la otra. Lo sabes perfectamente, además... No hagas que te google, de encontrar algo poco usual... Te juzgaré y es algo que no evitaré, -ella besó mi sien con cariño, dejó raíz labial en mi mejilla pero no lo limpié-. ¿Me lo dirás o quieres que te busque?