Sky (ville) - HS

O N C E

    Se detuvo en seco al notar ese brasier sobre el suelo, sacó los audífono de sus oídos y tomó una toalla cercana para limpiar el sudor de su frente. Se acercó a la arena de la playa para observar aquel brasier de encaje blanco, la brisa fuerte de la mañana lo movía de lado a lado y lo único que lo detenía era una piedra en la que su broche se había atascado. Sean sintió que quizá había visto aquella prendra en alguien, o en Skylar. Al levantarlo, sintió lo llevó a su nariz. Y olió. 

Inmediatamente, su cabeza dijo: "Skylar". Apretó el brasier observando desde su lugar la casa de Styles, a tan solo un par de kilómetros lejos de la de él. Apretó su mandíbula y reprimió la rabia. 

      Al abrir los ojos, lo primero que visualicé fue la mano de él, reposando sobre la cama, su brazo cruzando justamente bajo mi cabeza, su otro brazo rodeaba mi cintura así cubriendo mis senos descubiertos, su pierna se encontraba sobre mi cadera y la sabana blanca cubría mi parte inferior. Sonreí de lado, tomando una respiración pesada y así, llevando mi mano a la mano del brazo bajo a mi cabeza. Inmediatamete, se movió hasta entrelazarla con la mía. 

Colocó su pierna más arriba de mi cadera, apretándome con más fuerza.

El día se notaba limpio, tranquilo, la mañana era fresca y el sol apenas empezaba a brillar, el sonido de la playa me trajo tranquilidad. 

—Sky, —su voz ronca susurró en mi nuca.

Estuve a punto de moverme para mirarlo de frente pero me detuvo en seco, me apretó y se movió hasta colocar su cabeza en mi oído. Me moví para poder verlo pero fue imposible, él dejó un mojado y sonoro beso en mi mejilla seguido de una mordida suave.

—No te enamores, —murmuró suave—. ¿De acuerdo?

Solté una respiración pesada porque sabía mis sentimientos, me conocía a la perfección y aunqye sabía que lo de Harry era solo sexual, ya había una parte de mí que le guardaba un cariño muy profundo. Acaricié sus dedos moviendo mi cabeza hacia él.

—Sé que esto no es nada serio, —susurré suave—. Sé que es solo un pasatiempo.

Volvió a acostarse y me apretó de nuevo.

—Bien, —dijo con voz ronca, escuché que tomó una respiración pesada—. ¿Quieres tomar el desayuno o quieres quedarte aquí otro rato?

—Abrázame, —pedí con una sonrisa, cerrando mis ojos.

Él me apretó con más fuerza y tras un suspiro, volvimos a quedarnos en silencio, únicamente escuchando la playa y la brisa. Las cortinas alrededor de la cama se movían de lado a lado por causa de la brisa. Yo volví a suspirar, sintiendo paz en ése momento, no sentía preocupaciones, no sentí miedo; si Harry me tomaba y me decía que quería tomar mi virginidad justo ahora, no me importaría.

Me encontraba tranquila. Me sentí protegida, querida, amada y deseada.

Quizá dormimos otro par de horas, o quizá solo fueron minutos pero la luz del sol simplemente nolo permitió, así que, aún con la necesidad de sentirme bien, me moví hacia él, abrazando su torso pero mirándolo apoyando mi cabeza en su pecho. Él me aceptó pasando su brazo bajo mi cabeza y acomodándose sobre su espalda con ojos cerrados; observé su rostro, sus labios, sus mejillas, su nariz.... Era hermoso. 

Él pareció sentir mi mirada y abrió sus ojos, mirándome con atención.

— ¿Qué pasa?

Me encantas.