V E N T I C I N C O

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Luego de la universidad, el trabajo y John, un buen curso de literatura era excelente. Lo impartía Marissa así que, decidí tomarlo. Me parecía que sería divertido.

-Me parece que a tu poesía le hace falta algo más, -Marissa dejó caer el lápiz contra la mesa e hizo su cabello lacio y marrón hacia atrás-. Quizá algo más auténtico, siento que ha sido muy cliché. Trata de mejorarlo para mañana, ¿puedes? ¡No me decepciones, querida!

Sonreí guardando mi hoja y suspirando ante al crítica que me había hecho mi propia amiga, dejé caer mis hombros sobre la carpeta donde guardaba todos mis bocetos. Hace una semana Daya me había dicho lo de su novio y desde entonces, mi mente no ha parado de pensar y pensar, y pensar; tenía miedo, sin dudas tenía miedo de que reapareciera. Con una persona cercana a él, iba a perder todas las posibilidades de pasar desapercibida en esta ciudad.

-Sky, -Daya colocó una mano sobre mi espalda-. Le decía a Marissa que estás distraída últimamente, ¿hay algo que necesites hablar o decirnos?

Marissa, quien era una chica de carácter fuerte e imponente me miró con cejas elevadas, los estudiantes a los cuales ella les impartía clases dejaron la sala y ni siquiera me había dado cuenta de ello. Acaricié la mesa marrón de madera mirando a Marissa frente a mí.

-Sabes que confías en nosotras, Sky, -Marissa dijo jugando con el lapicero en sus manos pero aun así, sentía algo de miedo, quería contarles la verdad, mi pasado, mi verdadera identidad-. Supongo que esto tiene que ver con el misterioso hombre que sabe cómo tocarte y donde tocarte, ¿eh? ¿Cómo es su nombre? Del que hablaste cuando estabas borracha en la fiesta de Rick.

Solté una respiración pesada-: No, no se trata de él... Es, es John.

-Es malísimo en la cama, -Marissa dijo con rapidez rodando los ojos-. También lo dijiste en la fiesta hace un par de semanas. ¿Quieres que te consiga a un chico que te baje la calentura? Rick sabe cómo hacerlo.

-Oh, no, Rick es un asco. Mejor llama a Franklin, el maldito sabe hacerlo, -Day golpeó el hombro de Marissa con delicadeza y esta última la miró con ojos bien abiertos.

- ¡Por supuesto! -Ella exclamó y me miró con una sonrisa-. Luego de que te dé lo que necesites, escribe un ensayo sobre lo que te hizo sentir. Te daré puntos extra por ello.

Marissa no solo era una especie de tutora, sino que también me daba clases en una de mis materias por ser de primer año y ella del cuarto, obviamente tenía más conocimiento que yo. Gracias a Marissa había cambiado mi estilo de vida, mi manera de ver el futuro, mis prioridades... De no ser por ella, seguramente John y yo estaríamos siendo una pareja feliz, viviendo en una casa como marido y mujer; pero ella se encargó de decirme que no necesitaba de un novio.

Con Marissa y con Daya, las cosas eran diferentes. Eran chicas empoderadas, criadas con una mentalidad muy abierta, poco inocentes, el sexo no era un tabú y la poco experiencia que yo tenía las enfermaba. Yo sabía escucharlas, ellas a mí, aun cuando no hablaba con la verdad.

-No, -susurré cerrando mis ojos por unos segundos-. No lo sé, no tenemos una relación cerrada pero tener sexo con otra persona, ¿ayudará?

Si fuera con Harry no me molestaría.

-Ayudará a bajarte la calentura, -Daya sacó una chupeta y empezó a comerla con una sonrisa-. Les haré una cita esta tarde.

-Quiero el ensayo para el miércoles, entonces, -ella me sonrió picarona, recogió sus cuadernos, su bolso, besó la mejilla de Daya y luego se acercó a abrazarme con fuerza, besando mi mejilla, sonreí-. ¡Ponle amor a tu poesía, Sky! ¡Eres la mejor de mis alumnas!

La abracé-: Recuerda que esta noche es la celebración de Gin. ¿Nos vemos en el bar a las ocho?

-Ponte el vestido que te regale, -Marissa me dijo con una sonrisa.

- ¡Acaba de decirme que le gustas! -Daya celebró mostrando el contacto de Franklin-. ¡Amiga, ponte sexy!

Marissa rió y besó mi sien-: Tengo clases, nos vemos. ¡Quiero el ensayo!

Mi teléfono vibró y pensando que era Franklin, lo tomé.

Era una notificación de Instagram, Daya preguntó si era él pero le dije que no, arreglé el escoté en v que llevaba y miré de nuevo a mi teléfono cuando el DM de aquella persona que me escribió se terminó de cargar.

Usuario: "GlenhsMaximus."

Era una foto, con las palabras: "En la orilla de la playa." Sabía dónde había sido tomada la foto, la playa podía reconocerla a kilómetros, casi podía jurar que la foto había sido tomada en casa de Harry, o al menos, cerca de allí.

Mi estómago se hundió, mis sentidos se agudizaron y mi garganta se cerró.

"???", envié.

Y en segundos, respondió con una nueva foto.

Era la misma foto, en la orilla de la playa con una tanga en el suelo, la misma tanga rosada de hilo que me había quitado Sean aquel día que Fiona me amenazó. ¿Será Sean?, mis manos empezaron a temblar.

"¿Sean?" envié.

"No," respondió.

"¿Quién es?" Insistí antes de bloquear el contacto. "¿Quién eres? ¿Kyle?".

"Encontré eso en casa de los King y supe, al instante, que me pertenecían."

El nombre de Harry brilló en mi cabeza.

Negué con la cabeza, una y otra vez, leyendo y releyendo los mensajes.

Al parecer era él, todo lo indicaba; no iba a averiguar si de verdad era él.

Fui al usuario, me di cuenta de que las mismas fotos que me había mandado se encontraban en la cuenta. Las revisé.

"Subidas hace dos minutos".

Dios eso estaba siendo aterrador.

"¿Bloquear usuario?"

Sí, mil veces, sí.

Una vez bloqueado corrí lejos de Daya, necesitaba pensar.

Sky (ville) - HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora