Sky (ville) - HS

C U A R E N T A Y N U E V E

No pude concentrarme.

Había cometido cinco errores en más de una hoja de cálculo, había confundido montos, facturas e impreso cosas que no necesitaban ser impresas solo porque necesitaba una excusa para levantarme del escritorio e ir a un lugar lejos del Benjamín y sus palabras hirientes acerca de lo ineficiente que estaba siendo hoy. Ser novia del mayor mafioso valía una mierda para Benjamín, así que me trataba como se le daba la gana, yo no me quejé con Harry. Me parecía que aquello era inmaduro.

Saqué mi teléfono dejando de lado el teclado y la tabla dinámica que había creado en la hoja de Excel. Miré la hora: 3.20 pm.

¿Debía ir? Estaba ansiosa, tenía dolor en mí y una preocupación terrible, ¿qué podría pasar si iba? No media las consecuencias con la certeza que requería en éste momento, no sabía qué males podría traer ésa reunión; se me metió en la cabeza la idea de poder conversar con Kyle, de evitar que siguiera con la loca idea de destruirme y así quitarle un peso de encima a Harry. Kyle estaba loco, loco por Fiona, seguramente extremadamente herido por la muerte de su «familia», pero yo era su hermana.

Él y yo nos queríamos, siempre tuvimos una relación de hermanos hermosa. Sin embargo, las imágenes de cómo me dejó hace poco tiempo me hizo daño, esa faceta de Kyle, la malvada y frívola me mataba. Sabía que yo podría ser igual o peor.

Pero, vamos, era mi hermano.

Mi papá de verdad estaría decepcionado de los dos.

Llamé a Carson.

— ¿Señora? —él murmuró a través de la línea.

¿Ya era señora y todo? ¿Los habrá mandado Harry a llamarme así? ¿Tenía yo pinta se "señora"?

— ¿Cuántos guardias hay abajo y quiénes son? —pregunté en un susurro y jugué con mis dedos así con el anillo que me regaló Harry.

Llevé mi mirada hacia Benjamín que se encontraba tecleando en su computador a metros de mí, sin mirarme, sin tomarme en cuenta.

—Yo, Bill, un par de pandilleros y Rex en el auto. ¿Pasa algo, Sky?

—A-alguien viene a verme, ¿de acuerdo? Pero tengo que ir sola, quiero ir sola.

Carson suspiró.

—No me gusta llevar la contraria a mis jefes, señora, pero sabe que Styles siempre se mantiene comunicado. De saber que irá sola, él--

—No necesito pedirle permiso para nada, Carson. Podrá ser mi novio pero no tiene derecho a controlarme.

Espeté rabiosa, odiaba que creyeran que era subordinada por él. Es decir, estaba bien que creyeran que era su perra, pero demonios, no me controla.

—Iré, —rodé los ojos—. Y no le avisen nada a Harry, que sepan que yo también soy jefe, no solamente Styles.

Colgué y estampé el teléfono contra la mesa.

— ¿A dónde vas? Harry dijo que venía por ti a las cinco, —Benjamin reclinó su silla sacando su cabeza del cubículo donde se mantenía trabajando y me miró curioso.

Lo miré, masajeando mi sien. ¿Él también?

—Estoy en medio de mi periodo. ¿Me vas a acompañar a comprar tampones? —Espeté borde, Benjamín me miró con ceño fruncido—. ¿Vas a decirle a Harry que salí por tampones? ¡Anda, comunícale!

—No te tardes—él hizo una mueca de desagrado.

Regresó a su trabajo.

Harry tenía un control sobre mí que no me gustaba, quizá solo era protección, quizá solo se preocupaba por mí pero en realidad, me molestaba que todos cuestionaran donde podía estar y dónde no.