— ¡No! ¡Qué Demonios vas a hacer! —Le gritó a través teléfono, caminando de lado a lado fumando de su cigarrillo—. ¡No actúes por impulso, maldita sea! ¡Ven aquí, ahora!
— ¡No voy a ir a ningún puto lado! ¡No me voy a quedar de brazos cruzados, maldita sea! ¡Ellos quieren que haga lo que ellos quieran! ¡Y no lo voy a hacer, Harry! ¡No más! —su voz sonaba ahogada, dolorosa, rabiosa—. ¡Haré lo que me da la gana por primera vez! ¿Me escuchas?
— ¡Ven aquí! —espetó—. ¡Te dije que no--
— ¡Vete al demonio! —Gritó a través de la línea—. ¡Ven o no lo hagas! ¡No me interesa, maldita sea! ¡Me conformo con que vengan las personas que encargue! ¡Tú te puedes ir al puto demonio, Harry Styles! ¡Al demonio!
Colgó. Styles miró el teléfono con mandíbula tensa y estrelló el teléfono contra la pared.
"Maldita sea", pensó.
Era extraña su forma de observarme. Lo hacía con anhelo y al mismo tiempo con dolor, rabia, desesperación; nunca, durante el tiempo que estuve saliendo con él me había sentido tan observada como en este momento. No me sentí bien, no me sentía cómoda. Hacía de cuenta que solo estaba maquillándome pero a través del espejo pude ver como sus ojos pasaban en mí a cada instante.
No habíamos hablado desde que llegué a su casa, no me miró directo a los ojos, no me gritó, no me golpeó, no me sonrió. Nada. Lo cual era mucho más extraño, sabía que Sean era super impulsivo, el hecho de verlo actuar tan tranquilo me mortificaba. Incluso, había mitigado el sentimiento de humillación, dolor y pena; solo sentía odio, curiosidad, rareza.
De pronto, lo vi caminar hacia mí acomodando su camisa de botones, colocó sus largas manos sobre mis hombros descubiertos, apretó allí por unos segundos y movió sus dedos en mi nuca, pues llevaba mi cabello recogido. Llevaba puesto un sencillo vestido que hacía mucho tiempo había dejado en su casa, corto, por encima de la rodilla, y un escote en forma de corazón muy bonito.
—Lo siento, —dijo suavemente mirándome por el espejo—. No pensé lo que hice, cuando lo hice. Me sentí muy herido y creí que hacerte sentir mal, te haría sentir lo que yo sentí cuando te vi teniendo sexo con él.
Dejé caer la brocha de ojos sobre la mesa en la que me estaba maquillando, lo miré con ojos bien abiertos, sintiendo que mi pecho se abría de nuevo, revelando más odio y rencor. En mi garganta se formó un nudo de rabia, y mis ojos estuvieron por hacer lágrimas; pero las contuve, solo lo miré suprimiendo cada sentimiento. Cada grito de dolor, cada lagrima, solo lo miré.
Sus ojos se notaban llenos de arrepentimiento, y él hecho de verlo como perro con el rabo entre las patas me provocaba un terrible ardor en el estómago. ¿De dónde venía esto? ¿Por qué ahora? ¿Por qué después de que manchó mi imagen en todo Skyville? ¿Qué le hacía creer que porque hoy estaba aquí, lo hacía porque lo amaba? ¿Qué demonios se le cruza por la cabeza?
De pronto se inclinó hacia mí y me abrazó por los hombros, colocando su mejilla contra la mía. Impresionada, fruncí mi ceño, llevando mi mano a su brazo, en donde este se encontraba con mi cuello, evitando que se acercara más. De repente, creí que solo era una jugada para asesinarme, como prometió hacerlo aquel día en la playa.
—No te haré daño, —susurró en mi oído, viéndome a los ojos—. No lo haré.
Besó mi sien mojado y delicado. Respiró allí, como absorbiendo el aroma de mi cabello, como solía hacerlo antes, como me encantaba que lo hiciera. Luego, una mano de él acarició mi mentón con delicadeza.
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Sky (ville) - HS
Fanfiction"Ella era la dueña, pero al final el que manda soy yo." portada hecha por mi ;) ----- Un amor, una mafia y un enemigo. MUCHO SMUT. - si lees y eres menor de 18 años, lees bajo tu propia responsabilidad. ¡Gracias por Leer! Contenido SEXUAL EXPLÍCI...