Sky (ville) - HS

S E I S

     Muchos pensaban que asistir a la universidad, siendo una hija de la mafia era ridículo.

     Sean, más de una vez, decía que no hacía falta estudiar, que la educación no iba encontrar el dinero de la droga que Harry despachaba anualmente.

     Yo no lo veía así, mi padre, más de una vez me dijo que la clave para saber qué hacer con el dinero, como manejarlo y saber controlarlo era estudiando.

    Mis abuelos lo obligaron a estudiar en su momento, también me dijo que nunca agradeció tanto a su familia como aquello. Por supuesto que cuando mi padre estudió aun no era un capo, por lo que, es muy diferente de mi caso.

    Sin embargo, yo creía en la educación y por ello, asistía todos los días a la universidad de Skyville. 

    No era una universidad prestigiada pero tenía lo suficiente para mí. 

   Atravesé lo amplios pasillos de la universidad, ignorando por completo las miradas de las personas. Pero sobre todo, la mirada de los amigos de Sean, quiénes eran un par de idiotas que lo único que sabían eran consumir drogas. 

    Caminé apretando mi bolso sobre mi hombro hasta estar en el aula de mi clase, me senté en el único puesto vacío, junto a Camile, la nueva y tóxica amiga de Fiona.

     La ignoré por completo y me sumí en mis pensamientos.

   No podía parar de proyectar las imágenes de Harry y yo juntos, sus besos, sus manos, la suavidad de su piel. Lo intenso que, de hecho, se sintió. 

    Fue como volver a nacer.

   No recordaba la última vez en la que había besado de esa manera a una persona. Con Sean nunca me pasaba, y desde que se convirtió en el ser tan desagradable que es, no recordaba lo que se sentía ser deseada, querida, tratada con—de cierta forma—, cariño.

    Harry me trató, como todo un hombre.

    Mi obsesión acerca de él había crecido tanto que había sacado una foto de él cuando lo vi esta mañana en el muelle. John tuvo que hacer una parada rápida, y desde la camioneta lo capté.

    En la foto se notaba de perfil, llevaba ropa sencilla, la misma del día anterior (cuando tuvimos ese desastroso desayuno), su cabello era removido por la brisa, la camisa ser movida por el viento.

    Me tenía loca. Lo deseaba demasiado.

    Mi teléfono sonó con un mensaje de Sean, el séptimo en tan solo una hora. "Te juro por Dios que si no sales de esa jodida universidad para el momento en que tu clase termine, vas a tener muchos problemas, Sky", decía el mensaje. "Te haré sufrir".

   Ni siquiera contesté, cerré el teléfono y saqué mi cuaderno dispuesta a no pensar en el imbécil de Sean por el momento. Justo cuando iba a tomar nota de lo que había en el pizarrón, la rubia de aspecto levemente gótico, escupió su veneno.

    — ¿Te contó Fiona, que Sean y yo pasamos una increíble velada ayer en la playa de su casa? —ella me miró con una sonrisa, sus perfectos dientes.

     —Me pregunto. ¿Por qué no me dejas el paso libre, Skylar? ¿No te das cuenta de Sean solo quiere de ti la posición que le das...

    Miró a su alrededor y se inclinó hacia mí con esa sonrisa maliciosa.

   — ¿Posición en el bajo mundo? —susurró.

     Tomé una respiración pesada, relamí mis labios inclinándome un poco hacia ella.