VacíoApenas había cumplido el primer mes de gira, y si bien había recuperado con creces lo invertido en aquellos conciertos de Seúl, aún tenía que cantar más, físicamente podría hacerlo con creces.
Mentalmente ya lo estaba dudando, cada día sentía un taladro que carcomía mi raciocinio.
Pese a que el esqueleto y huesos no tengan como tal nervios, podía sentir como ya no sentía nada, y aún así no podía dejar de sentir.
La mente tiene poder ante el cuerpo, es cierto, aunque no lo comprobé de la manera Shao Lin, lo comprobé bajando saliendo de los escenarios llorando.
Mi mente estaba en las nubes, así como mi éxito en la estratosfera rompiendo la capa de ozono.
De hecho, por tantos conciertos terminé por acostumbrarme a usar el micrófono y auricular de apoyo, ya que mi mente abandonó mi cuerpo por precaución, se acostumbró a aquella, haciéndome querer estar de esa manera.
Podría decir que solo dormía de esa manera, pero no, había perdido apetito y el sueño, me consolaban las pastillas por las noches.
Debido a ese circulo vicioso, perdí dos kilos más en dos semanas.
Por suerte, ya casi mi gira estaba en su fin. Solo restaba una semana más, tres conciertos.
Y el último era en el Madison Square Garden, el lugar del que tanto le hablé a mí mamá, lugar que llenaron la mayoría de los que me hicieron aprender música.
Y fué justo el lugar que más rápido se agotó, tardando solo un minuto para vender veinte mil entradas, y no precisamente las más baratas, ese lugar cobra y mucho, por lo que las entradas también tienen que subir.
Llegar hasta ese lugar fué el rayo de luz de entre todas las negras nubes.
Aún así de notaba el efecto de mi vida en ese momento, en el momento que me senté para tocar el piano pude notar como mi presión arterial traducida en la vibración de mis malos era pésima, incluso haciendo que fallara al presionar teclas o de plano no tener siquiera la fuerza para presionarla y hacerla sonar, pero al menos compensé con mi voz.
Pero antes de volver a mí hogar, tenía que ir al lugar que me dio la vida, principalmente porque tenía que hacer unos trámites de nacionalidades e impuestos.
Otro vuelo pero de alrededor de ocho horas y ya estaba en la capital de mi país natal.
Por suerte no muchos me conocían allí, así que pasé desapercibido y pude hacer unos trámites recién llegar, aunque tomé otro avión de media hora hacía mi estado de natal realmente.
Al llegar al frente del pequeño y mal construido aeropuerto recordé la única vez que lo usé, cuando ya no me quedaba más que una maleta.
Tomé un taxi hacia la casa de un amigo, al llegar toqué la puerta, un minuto después me abrió, quedando más en shock que la vez que BTS me contó algunas cosas.
—Vengo de visita y me miras mal, no cambias— Dije pasando con mi maleta.
El lugar era muy decaído y corroído con el paso de los años, y agua, mucha agua de lluvia.
Luego empezó a gritar se emoción, me abrazó un gran rato y empezamos a hablar.
—Ey, todavía conoces al que solía estar en nuestro grupo que decía que quería ser fotógrafo? — Pregunté. —Al final si compró una cámara, aunque se la robaron luego, pero con su celular hace maravillas— Respondió.
—Luego me dices la dirección para anotarla, voy a necesitarlo— Dije para seguir la conversación.
Investigué un poco para encontrar un estudio prestado para grabar algo que tenía en mente, y aunque tardé, lo encontré, tendría unos días movidos.
Al día siguiente compré una cámara profesional muy, pero muy cara, luego fuí al estudio, escribí una canción luego de crear una instrumental con voces de niños que vivían cerca de allí.
En esa canción plasmé si no fué toda mi historia, gran parte, más mucho de lo que me dijo mi madre antes de fallecer.
Y fué rápido, si bien no estaba desbordando de amor, al contrario, me sentía vacío, los malos sentimientos aún servían de catalizadores.
De paso, grabé otra, más enfocada en mi futuro y épocas que había vivido y que viviría, pero eso sí, aún siendo pilar mi madre, sus refranes y nuestras vidas.
Luego fuí a un hotel cercano, para el día siguiente sorprender a mi amigo más lejano con esa cámara, una propuesta de un videoclip y una paga lo suficientemente grande para cumplir uno o más sueños que ya tenía.
Y así fué como seguí mi especie de documental y aquel vídeoclip que subiría algún día.
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180 Grados - Tzuyu & Tú.
FanfictionFuturo incierto. Amor casi imposible. ¿Que podría salir mal?