Capítulo cien.

351 48 2
                                    


Euforia



Mientras veía como mi novia le ganaba a la primera a las personas probablemente de la liga más alta del juego, me iba reposando en ella, su hombro más específicamente.

Solo lograron acabar con ella entre toda una escuadra ya que de había quedado sola, sus compañeros habían muerto ya.

—Tu turno, espero que no dejes que tu novia sea mejor que tú— Incitó.

Tomé el control, esperé a que buscara partida, y justo en la sala de espera, ella se sentó en mis piernas y se dejó caer, a lo que pasé mis manos rodeándola, volteando mi cabeza también para ver mejor.

Y pese a la incomoda situación que tenía entre las manos, literalmente hablando, logré igualar su desempeño.

Luego de la masacre de la sala de espera, salto la escena del lanzamiento, a lo que me lancé en un área no tan caótica, pero si tuve suerte recogiendo un francotirador, aunque pesado.

Y así fué mi travesía apuntando y matando a distancia y defendiéndome con un subfusil a distancias cortas.

El juego fué siguiendo y gracias a una buena compenetración con mis compañeros de equipo logramos ganar.

—Sigo siendo mejor que tú— Me burlé de ella aunque por poco perdí varias veces.

Ella hizo un puchero en vista de mi burla.

Se volteó, sentándose en mis piernas pero viéndome.

—No es justo… solo te supero bailando— Expresó con un poco de tristeza.

—Al ritmo que vas, pronto serás mejor que yo en todo— Respondí, empezando a besarla.

El beso fué yendo lento, tal como nuestro ritmo.

Poco a poco ella empezó a bajar su mano hasta apoyarla en mi pecho.

Segundos y segundos hasta llegar probablemente a casi el minuto pasaron hasta que el beso terminó. Por suerte manejaba de manera demencial el aire, así que mientras ella estaba respirando y aspirando mucho, yo tenía casi mi respiración normal.

Quizá por eso mismo es que volvió a besar mi cuello, poniéndome torpe una vez más.

Ella empezó a mover sus caderas, yo mientras solo podía sostenerme de cojines aledaños ya que me estaba muriendo y no sabría decir de qué.

Una vez cansado de tener los pelos de punta por ella, me dispuse a hacer lo mismo, pero sin cambiar las posiciones, bruscamente puse mis manos en su cuerpo y empecé a besar su cuello, haciendo que parara en mi.

Unos segundos después de empezar empezó a mirar al techo, probablemente invitándome a hacer lo que estaba haciendo más.

Y así lo hice por un largo rato, hasta que ella se cansó y empezó a besarme con mucha más intensidad que las anteriores veces.

En medio de esos besos, empezó a tocar.

Y tampoco me quedé detrás.

En medio de uno de sus tantos roces, hizo que ambas intimidades empezarán a rozarse, cosa que no hizo que parara, al contrario, la motivo más.

Era un tanto sufrimiento y gozo el estar en esa posición con ella encima de mí, aunque de un momento a otro me tiró a un lado haciéndome quedar acostado, a lo que ella se tiró encima de mí, y en vez de rozarse conmigo, simplemente metió su mano.

Al sentir su mano allí debajo simplemente me dejé llevar yo, más cuando volvió a mi punto débil, el cuello.

Quería tocar yo también, pero mis brazos no me obedecían, ella tenía todo el control sobre mi cuerpo.

Cuando pensé que la luz al final del túnel estaba por llegar… se levantó,  y pude ver cómo iba a mi habitación, quitándose su blusa en el camino.

Básicamente me levanté e hice lo mismo.

Aunque cuando entré al cuarto la luz estaba apagada, por lo que al llegar a la cama tuve que dar pequeños golpecitos con mi mano para comprobar donde estaba, siendo uno de ellos en un sitio suave, pero a la vez haciendo soltar un gemido, volví a tocar en el mismo sitio pero más suave, notando la suavidad.

Con eso me bastó para deducir donde estaba, así que me metí a la cama y después de hallar su sujetador y hacer un milagro para desabrocharlo con una mano y sin luz, se lo quité, justo cuando empecé a lamer, ella tocó mi estómago para volver a meter su mano debajo.

Con mi otra mano empecé a dibujar un camino desde si cuello hacia abajo, encontrando el borde donde chocó mi dedo con su pantalón, al cual hice lo mismo que ella con el mío, lo ignoré y pasé por debajo.

Empezando a tocar y dándome cuenta de lo húmedo y caliente que ya estaba.

Empecé a hacer círculos, a lo que momentos después sentí como empezó a contraerse por un segundo.

Cuando recobró su fuerza, me volteó, luego de la nada me quitó los pantalones y ropa interior del tirón.

Sentí como sus manos lentamente iban subiendo y ahí fué cuando empecé a sentir el cielo.

Empecé a sentir una caliente y húmeda sensación, a lo que tomé su cabello y lo sostuve para evitar problemas.

Luego de un rato si que vi la luz al final del túnel, y si que llegó.

Cuando ya estaba recuperado y luego de unas cuantos besos, sentí como se propuso a terminar lo que había empezado, pero justo en el momento que ambas intimidades estaban juntas, empezó a sentir dolor y se acostó a un lado.

— ¿Estás bien? — Pregunté inmediatamente y buscando su cuerpo.

—Lo siento… tengo miedo— Respondió, a lo que tomó mis manos.

—No te preocupes… ya este es un paso muy grande— Respondí.

—Está bien…

180 Grados - Tzuyu & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora