Capítulo setenta y cinco.

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Un lugar reconfortante



(Alerta de spoilers)

Un tenue brillo anaranjado iba apareciendo aún teniendo mis ojos cerrados.

A la lejanía escuchaba una aguda y bien entonada voz cantando alguna melodía.

Abrí mis ojos teniendo una experiencia que prácticamente no había tenido hacia media década, el despertar con rayos de luz solar directos.

Y eso se debía a mi solitaria vida en todos los sentidos, siempre era el que se levantaba a oscuras y abría las cortinas.

Solo esas fracciones de segundo de aquella experiencia me transportaron a unos años atrás, donde sentía la calidez de un verdadero hogar.

Luego todo se volvió frío, vacío y oscuro.

Me senté en la cama aún procesando. Acomodé mi cabello detrás de mis orejas y miré al baño por un momento, para luego entrar, lavarme la cara y cepillarme los dientes.

Volví al cuarto, tomando mi celular, volviendo a escuchar aquella voz.

Caminé otro poco hasta llegar a la sala, escuchando la voz mucho más clara y distinguible.

Terminé por ir a la cocina, lugar donde eran originados todos esos sonidos.

Me asomé, viendo cómo Tzuyu hacia panes tostados y cantaba 180 Degrees de Ben, canción que fué la primera que canté en televisión.

Caminé intentando no hacer tanto ruido no hacerme notar, para colocarme a un lado de Tzuyu y verla cocinar más de cerca, además de escuchar más de cerca su voz.

Ya que estaba usando auriculares no me escuchó realmente, menos con su volumen medio alto.

Mientras buscaba algo a su izquierda me vió apoyado en lo que aún era parte de la construcción de la cocina viéndola.

Cuando reaccionó se quitó un auricular. —Oh, ya despertaste, ¿Tienes hambre? — Preguntó. Asentí sin mucho más.

Terminó con lo último que tenía, colocando dos platos en la mesa.

Ambos desayunamos a la fuerte luz de las ocho de la mañana através de las ventanas que nunca me había preocupado por abrir.

Cambiando la iluminación fría del foco de la cocina, a una mucho más cálida.

Juntado a la presencia de Tzuyu era como si aún no hubiera siquiera despertado, era tan perfecto que seguía pareciendo un sueño.

Aún estando sin maquillaje, con ojeras e imperfecciones, seguía la encarnación de mi tranquilidad y felicidad dentro de aquel infierno que se estaba volviendo la tierra.

Aunque era triste de cierta manera.

Algún día volvería a dormir y recordaría su lugar en la cama, también su lugar frente a mí en la mesa.

— ¿Te sientes bien? — Preguntó salvándome de ahogarme en pensamientos premeditado. —Si, es solo que soy más tonto recién levantado, lo siento— Dije sonriendo y restando importancia.

—Ya que no encuentro nada interesante que hacer hoy, ¿Quieres ver películas? — Pregunté mientras ambos limpiabamos los platos en los que comimos.

—Estaba pensando en eso— Dijo neutralmente, ya ambos sabíamos la lista de cosas por hacer.

Terminando de lavar los platos, nos dirigimos a la sala, en donde nos sentamos en el sofá tal cual habíamos hecho ayer.

— ¿Alguna película que quieras ver? — Pregunté intentando encontrar alguna con su ayuda. —Tú eres el dueño del cine, te dejo la elección— Respondió siguiéndome un juego recién empezado.

180 Grados - Tzuyu & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora