Capítulo setenta y dos.

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De vuelta a casa

Ya terminados todos mis asuntos y luego de una típica fiesta al estilo latino, tomé el avión con escala en Nueva York otra ves, luego una más en Berlín y que ya me llevaría a Corea, así pasé todo un día, aunque abusé de los medicamentos para dormir por lo que dormí casi todo el viaje.

Así es como muchos habían muerto, pero así de tanto manejaba de importancia mi vida.

Ya que estuve fuera de las cámaras por casi dos semanas luego de Nueva York, nadie sabía dónde estaba, mi llegada al aeropuerto iba a ser fantasma, y Tzuyu me recibiría allí.

Estaba aún medio somnoliento por el efecto de las pastillas, pero ya estaba en la puerta de abordaje y salida, y no la reconocía, quizá aún estaba medio dormido, pero de pronto alguien me abrazó a mi costado, miré y entre el sombrero de pescador y un tapabocas vi sus distintivos ojos, solté mi mano de la maleta y correspondí como nunca a un abrazo.

Así estuvimos quizá un minuto entero, y me seguía aguantando las ganas de llorar, cosa que fué difícil, ya que antes había bostezado mucho. Pero por primera vez en meses mis ganas de llorar eran de felicidad.

—Te extrañé mucho… — Dije con mi voz empezando a quebrarse. —Yo también te extrañe mucho… — Respondió ella casi ahogando si sonido en mi hombro.

Deshizo el abrazo al ver que realmente estaba empezando a llorar ya.

— ¿Pasa algo malo? — Preguntó al verme así. —Es solo… quería ya por fin verte… — Dije para empezar a llorar más.

No me dí cuenta cuando ya se había quitado su tapabocas y se acercó a mí.

—Ya estoy aquí, estaremos más juntos ahora— Dijo.

En ese momento un avión despegó, estando tan cerca que se escuchaba igual que el ruido de un concierto, la cosa es que todo ese ruido se suprimió cuando sentí que ya no había distancia entre nosotros, nuestros labios estaban juntos.

Recién abrí los ojos después de ese beso, ella se encargó de limpiar mis lágrimas.

Según el dogma nihil, o nihilismo conocido más comúnmente, reniega de todo, dios, política y personas mismas, y su infierno es la propia tierra.

Y pese a mis horribles experiencias, podría confírmalo firmemente, pero en esos quizá dos millones de kilómetros cuadrados que tendría la tierra, estaba en el único metro cuadrado que era el cielo, junto con la única angel existente.

—Lo hiciste bien, ya estás en casa— Dijo para volver a abrazarme, dejándome mucho más sereno de todo.

Nos tomamos de las manos, fuimos por mi otra maleta, la pesada y luego nos montamos al coche de su manager, que nos dejaría en la compañía.

—Te dije que una canción podría ser simple y gustar mucho— Dije refiriéndome al enorme éxito de "Changes"

—Ademas, solo usé dos octavas en esa canción— Dije refiriendome a otra cosa.

—Cierto… — Dijo. — ¿Es normal que ganes tanto dinero con una canción? — Preguntó luego, le acredité todas las ganancias, por lo que se llevó el beneficio de un millón ventas netas y quinientas millones de reproducciones.

—Mas o menos si, ya podrás calcular todo el dinero que hago sin hacer nada— Dije en broma.

—Solo con eso ya gané más de lo que con el grupo en estos años— Dijo, cosa que creí, saqué gastos y si, la vida de TWICE es costosa, por lo que no ganan tanto ya que más de la mitad de sus ingresos es gastado en mantener esa vida lujosa.

—Todo lo que hago ya es amor al arte, tengo más dinero del que siquiera pueda gastar en una vida— Dije otra vez en broma.

En ese momento pasamos por el rio Han. —Tenía mucho que no veía el rio, sigue siendo lindo verlo— Dije mirando por la ventanilla.

Luego de un rato llegamos a la compañía, en donde desayuné y almorcé a la vez.

—Deberías de comer así de ahora en adelante, estás demasiado delgado— Dijo ella cuando terminé de comer.

—Tenía ansiedad, no comí muchos días en la gira, la vida de giras y conciertos no es tanto lo mío— Dije para recostarme más en el asiento.

180 Grados - Tzuyu & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora