Capítulo 65. Una verdadera Astram

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—Despertar a la reina del mal, es lo único que nos va a salvar—Dice Ader con rabia.

—Tamirá no pudo matar a la bestia...—respondo con la misma rabia.

—¡Anta! No te hagas del tonto que sabes a lo que me refiero.

Me levanto de la silla, en lo que Hugo me sigue con la mirada, claro que sé a lo que se refiere, y no, no estoy de acuerdo, no voy a hacerlo, no voy a pedirle eso.

—Prefiero morir mil veces más, vivir otras mil vidas condenado al sufrimiento, a pedirle a Zafiro que se convierta en la reina del mal... ¿quieres que la mate y luego la reviva?

—¿En dónde dice que la reina del mal debe ser una Astram? Es más, Helios, te apuesto mi alma, que ella ya lo pensó...

—No, no es posible....

—¡Carajo!—Hugo se levanta de la silla—Helios ¡Claro que lo pensó! ¿por qué crees que no está aquí?

—Por que... ¡Joder! Usaron la energia de Joel...—Apunto a Ader, quien sonríe —¡Ya lo sabias!

—Obvio, ahora mismo esa chica debe estar matando a la bestia.

Ader se mira las manos, como si estuviera revisandose  la manicura.

—¿Nos distrajiste todo este tiempo?—mi voz sale con rabia, o quizás impotencia.

—No, no, la verdad es que necesitaba saber todo lo que me contaron, para poder ayudarlos de verdad, lo de las chicas, fue pura intuición.

—¿Qué es lo que pretendes entonces Ader?—Hugo apaga su 5to cigarrillo botando al suelo la colilla y pasándolo con fuerza.

Ader se voltea hacia la ventana, sonrie, de nuevo, mostrando ese aire de superioridad absoluta.

—Ordenar las fichas del juego, por ustedes... alineados las cosas.

—No lo comprendo...—me paso la mano en la nariz, para evitar estallar, por que de verdad estoy al borde de la locura.

La mujer hace que algo en mi interior se revuelva, como si me metiera recuerdos no gratos, sentimientos de incertidumbre me invaden logrando sacudir por completo a quello que creo ser yo.

—Si quieres enfrentarte al joven y ganar, no se nos debe escapar ni un sólo detalle—Ader pareciera dar más un discurso, que hablarnos. —Necesitamos a los hermanos de Dara, para pasar su energia a Alex y a Ebe... necesitamos a Aracy, y que esté en este campamento 24/7 vigilada por los mejores dominis de tu campamento.

>>Muy a mi pesar, Lucia debe estar aquí, y esa su discipula, Hiandra?

—¿Y si lo que quieres es destruirnos a todos?—pregunto desconfiado.

—Uy, Anta, si quisiera, tú ya no estarías hablando conmigo, créeme... ¡ufff, ya cayó!

Hugo y yo no comprendemos la expresión, hasta que ella chasquear el dedo, y ante nosotros aparece Moles, quién en su mano trae la manzana medio mordida que Ader había hecho desaparecer hace rato.

—¡Lo sabia!—exclama tirando la manzana—El olor que expiden es único Ader... sabia que eras tú

El naim se voltea, para vernos con asombro, luego gira hacia Ader, de nuevo hacia nosotros. Está confundido, al igual que Hugo y yo.

—¿Qué es lo que sucede?—pregunta él.

—Tú, escuchas todo lo que pasa en los bosques Moles...

—¿A caso me cazaste por un rumor?

—Sí...

—La orden de las rosas está avanzando en los bosques, matando todo lo que pueda, recolectando almas para Beatriz. —Confiesa de inmediato.

—¿ Ella sigue siendo parte de la orden?

Con esa pregunta Moles gira a verme, parece consternado, y duda en responder, vuelve a mirar a Ader, para finalmente afirmar con la cabeza.

—¿De quién estamos hablando?—pregunto con la voz en alto.

—Señor Anta...

—Tu madre—Dice Ader sobre la voz de Moles, y con la confesión, no tengo idea de cómo reaccionar.

Doy un paso atrás, niego con la cabeza, porque no puede ser, sin embargo, al cabo de unos segundos, unos recuerdos horribles llegaron a mi mente, pintandome el rostro de mi madre bajo actos atroces.

—¿Anta?—Pregunta Hugo

—Sólo un segundo—Suplico, mientras cada detalle se revela ante mi, sí, mi madre, era parte de la orden, siempre lo fue, ¿cómo no lo vi antes? Mamá usaba pretextos y pretextos para evitar que entrenara con Abigail, siempre actuaba extraño conmigo, y cuando supe lo de mis poderes, simplemente, me dejó de lado.

—Señor Anta—la voz de Julia sonaba en mi cabeza, pero aún estaba en shock.—Su hermana.

—¡Dios! No seas fastidiosa Julia. El protocolo con el resto—La voz de Gizah llegó hasta mi, y escuché sus pasos.

¡Mierda! ¿Cómo se lo digo a mis hermanas? Intento respirar, mientras me paro firme, intentando comprender mejor el panorama, pero un sentimiento de odio hacia mi madre terminó instalándose en mi pecho.

—¡Carajo! ¿Estás bien?—La voz de Hugo llegó hasta mi, cuando sentí manos que intentaban sostenerme... ¿qué es este dolor? ¿por qué odio tanto a mi madre? Como si me hubiese arrebatado algo, como si hubiese sido la culpable de una terrible perdida.

—Helios, hermano.

—Estoy bien... estoy bien.

—Pues más  vale que lo estés, necesito tu ayuda...

Miro a Gizah, quien me está sosteniendo con fuerza, la interrogo con los ojos, y ella finalmente habla cuando se da cuenta que no debe dar vueltas.

Estamos bajo la atenta mirada de Ader, pero al fin y al cabo. Creo que ella nos ha solucionado mil huecos de un tirón, así que, no desconfiaría de ella, al menos no aún.

—Volvieron, Zafiro y Ebe están muy mal heridad... Berenice ya fue a ayudarlas, pero necesitamos de tu energia...

—¡Yo los ayudaré!—Moles habla con rapidez, sé lo que las hirió, y sé cómo curarlas, Ader también lo sabe.

—Yo no salvo...—protesta.

—A decir verdad—comenta Moles—ya no eres oscuridad, querida Astram, estoy seguro, que ahora puedes salvar a las personas.

—No quiero hacerlo...

—Pues, lo vas a hacer. —ordeno, ella sólo levanta las cejas, para hacerme una mueca de sorpresa—Lo quieras o no Ader, perteneces a nosotros, eres una... Astram, parte dominis, parte nemosorum, y ahora somos un equipo, y como tal, vas ayudarnos a salvar... a tu reina del mal.

—Esto, si es nuevo—ríe pero en vez de verse reacia, se ve motivada—Me gusta esta versión de ti Anta, eres más un líder, real, decidido, el viejo no estaba mal, pero le faltaba creerse el cuelto... a veces la inteligencia no lo es todo, hay que tener carácter... y sí que lo tienes ahora.

—No hay duda—Moles se adelanta a nosotros y va saliendo de la habitación —O simplemente, no tiene idea de que podrías matarlo con un solo chasquido....

—Quizás... al fin ybal cabo, ahora soy una verdadera Astram, sin embargo, podré mi voto de confianza, y no haré caso a Moles... vamos a salvar a tu Yeru, a mi Amit.

Salimos de la habitación, y antes de continuar, detengo a Gizah y a Hugo.

—Vayan por Lucía, no sé que harán, o cómo lo harán, pero la quiero aquí, lo antes posible, ¿Hugo algún nemosorum puede ir por los hermanos de Dara?

—Hablaré con Ross y Dana, no te preocupes, volveremos pronto...—Hugo y mi hermana están por irse, hasta que Hugo se detiene en medio del pasillo de golpe —Anta, quiero que sepas que en verdad, te puede matarde un chasquido.

Lo sé, pero para ser honesto, entre eso, y ver desmoronarse mi realidad, prefiero obviar ese pequeño gran detalle y ver hasta donde puedo guiar la situación a favor del equipo, de Yeru y encontra del Joven y Beatriz.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora