Capítulo 44. Claro

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Desperté y resulta que estaba tapado en mi cama. Dara está sentada a mi lado, aparentemente  vigilandome.

No voy a negar que me sentí algo inseguro al verla allí  pero también sentí agradecimiento por despertar al fin. Me siento rápidamente y la cabeza parece querer estallarme. Llevo ambas manos hasta mi cabeza, cuando ella se apresura en pasarme un vaso de agua.

Lo bebo, y eso me ayuda un poco, mi conciencia se enciende y recuerdo los últimos acontecimientos.

—¡Yeru!—Exclamo e intento levantarme.

—¡Ey! Debes tranquilizarte—Dice mientras me ataja para que no me levante de la cama, llevándome de nuevo hasta la cabecera para que me recueste. — No importa cuanto escándalo hagas, no podrás verla aún Helios .

—¿Cómo?—la boca se me seco al instante y mi alma se hizo nada al escuchar esa expresión.

—Está siendo atendida por Berenice, Etiel y Ebe, tuvo un golpe muy fuerte en la cabeza, tenemos prohibido ir a distraer hacia allí... ¿ok?

—Si ella está tan mal herida...

—No podrás hacer nada—me asegura poniendo una mano en mi pecho.

Yo la miro con enojo, porque sentía que no tenia derecho a atajarme, yo tenia derecho a ir a ver a mi novia. Intento levantarme, pero la puerta se abre y veo ingresar a Gizah y a Tamirá juntas.

Ambas me miran como si fuera a cometer un delito, y la verdad es que quizás lo estaba por cometer.

—Te dije...—Gizah mira a Tamirá—,Mi hermano necesita vigilancia 24/7 es un impulsivo y si algo le importa, no piensa.

—Mmm, ya veo, y aquí tenemos la prueba. Bien  hecho Dara, pudiste detenerlo...

La chica no mira a Tamirá, y supongo que tiene que ver con el hecho de que la considera una de las razones por la que nuestra amistad haya terminado.

—Tu novia ya está fuera de peligro—Gizah habla mientras viene y se sienta a mi lado en la cama, lo que provoca que Dara se levante de su silla, con la cara larga por supuesto.

Tamirá también viene a sentarse a mi lado, y esta con toda la intención de hacer sentir mal a Dara se recuesta en mi regazo.

—¿No te unes?—Pregunta a la chica quien solo me dirige la mirada a mi, y mordiéndose los labios decide salir de la habitación.

Una pequeña risa se escapa de mi hermana y de Tamirá, quienes terminan chocandose las manos, yo no lo puedo creer, aprovechándose de un momento tan delicado para hacer pasar mal a la pobre chica.

—Ustedes son malvadas, creo que se han juntado mucho tiempo con  los nemosorum.

—Quizás...—Tamirá se acomoda a mi lado para finalmente recostar su cabeza contra la pared. —Pero Dara no me da buena espina Helios... esa chica me huele a problemas, siento que por celos a Zafiro, seria capaz de hacer cualquier  cosa.

—Comparto con Tamirá... ¿sabes que la muy perra se peleó con Liza?—Gizah me mira con enojo

—¿Y eso?

—¿Quién crees que debía estar cuidándote?

—No lo puedo creer...

—Mmmm—Tamirá ríe al escucharme—Eso no fue nada bebé... la muy tonta se atrevió a pelear con Alex ¿lo puedes creer? Culpó a las trillizas por los ataques de Ámbar... ya te imaginas el resto...

—Tristemente, y yo que estaba feliz, porque sentí su ayuda en la batalla...

Tamirá se pone de pie y se acomoda el cabello tras las orejas para finalmente dirigir su fría mirada a mi.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora