Capítulo 18. Jazmin y coco

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Estaba con la guitarra ensayando, sí, la verdad sólo ejecutaba algunos acordes sin sentido, esperando a que llegara, a que apareciera ante mi, no tenía otra cosa en la cabeza más que verla.

La puerta de mi habitación se abrió abruptamente, y el miedo me llenó, al ver a Gizah, la verdad es que rece para que Zafiro no apareciera.

—Oye...—Gizah entrecierra los ojos—,¿Por qué te asustas? Estabas practicando alguna serenata para Rebecca?

—¡Qué va Gizah! Sólo que abriste la puerta de golpe, y estaba a punto de dormir, ya son las 23:00, rápido ¿en qué te ayudo?

—Mañana es el examen de matemáticas...

—Examen diagnóstico... no inside en las notas.

—Aha, en tus notas, para mi es entrenamiento de la vida ¿me prestas tus apuntes del año pasado?

Salto de la cama, y la verdad que con mucho miedo de que Zafiro llegue en cualquier momento, por lo que me apresuro, voy hasta mi biblioteca y busco mi bibliorato del año pasado y se lo paso.

—¡Eres el mejor!

—Lo sé...

—¿Me averiguas  el número de la amiga de Rebecca?

La miro extrañado, porque no estaba conectando la pregunta, hasta que recordé a Zafiro.

—El numero de la chica...

—Por la que botaba baba...

—Te gusta ser inoportuna.

—Capaz... pero hablando en serio esa chica me cayó muy bien...

—Ok lo haré, ahora... me dejas hermanita? Quiero dormir...

—Adelante hermanito... hasta mañana.

Ella cierra la puerta y yo quedo en la penumbra de mi habitación, pero me pego  el susto de la vida al ver a la chica cruzada de brazos cerca de mi armario.

—¡Dios! Zafiro ¿Qué demonios? Casi me sacas el corazón del susto.

Ella solo queda quieta observando cuando llavero la puerta.

—Hay cosas que no entiendo de ustedes, de su código de lenguaje, hay cosas que las tomo muy literal ¿qué significa botar la baba?

Comienzo a toser, y la vergüenza se apodera de mi, la chica escucho a Gizah ¡Dios agradezco no haber dicho más!

—¡No es nada importante Zafiro!

Me tiro en mi cama mientras ella se muerde el interior de la mejilla, la verdad que prefiero que se quede con la duda.

—Bien... —dice, pero yo levanto la mano en el aire para callarla.

—No señorita, hoy tengo muchas preguntas... muchas, cómo ¿Qué mierda fue lo que pasó hoy a la tarde Zafiro? Tus hermanas saben quién soy? El tipo ese Joel ¿lo sabe?

Ella se encoge de hombros y eso es suficiente.

—¡No vas aguardar silencio Zafiro! Por qué yo no voy a seguir arriesgandome  ante Abigail por que tengo que protegerte... ella sabe que oculto algo, hoy me dio la paliza de la vida...

—Pues yo te veo bien—dice mirándome  y girando alrededor de mi cama.

—Yo siempre me veo bien, ni la tonta, y la razón por la que no tengo heridas...

—Es por que hay una excelente curadora en tu equipo, se nota... pero bueno, te diré la verdad, Rebecca también es mi hermana...

—¿Cómo? Ella también viene de tu universo.

Zafiro ríe y se acomoda el cabello tras su oreja.

—Que pensamiento plano de parte de un guardián, pensé que eras inteligente.

—No puedes juzgarme —le ofrezco una mirada cargada de ofensa— acabo de iniciar... al menos da una pista.

—Es mi hermana de sangre... solo que nació en otro lugar...

La miro sorprendido, no lo entiendo hasta que mis neuronas traen a mi las habilidades de los naims, pero ellas no son naims... pero eso no quiere decir que no puede existir alguien con ese poder... o... ¿será? Abro los ojos, porque cada segundo mi teoría tiene más sentido.

—Dos lugares al mismo tiempo, no necesariamente se refiere al mismo universo—finalmente digo en voz alta—Tus padres están aquí...

—Y allá... mira Helios, no sé porque de entre todos los universos estoy conectada al tuyo, pero Alex y EBE dicen que hay una fuerza gigante que nos ata al suelo, y cada segundo que pasamos aquí todo se nos hace tan familiar... pero no logramos entender aún por qué.

>>No sabía que te ibas a encontrar con Rebecca hoy... te juro que no tenía idea.

Me friego los ojos y no me queda otra más que creer a mi visita, así que solo aprieto mis labios con mis dedos y la observo, obviamente, babeando por ella, aunque no se de cuenta.

—Bien...—respondo—¿Saben quien soy?

—Obviamente, estamos hablando de las personas más inteligentes de otro universo Helios, no es casualidad que vivamos ante la casa de tu novia...

—No es mi novia...—me apresuro en decirle—Un momento  ¿Esos fueron celos?

—No, sólo quería saber si era tu novia, o iría con la historia de como mi hermana planea robarle el novio—Río y la apunto con el ego inflado.

—¡Estas celosa de tu hermana! Esto sí es para levantar mi ego ¡Helios Anta lo hace de nuevo!

—Eres un idiota... ¿no que esto iba a ser serio?

—¿crees que no es algo serio para mi saber si estas celosa?

—No vamos a hablar de eso, ¿O yo debo poner sobre la mesa el hecho de que casi matas a Joel con la mirada? Te haces del rey, pero vamos que bien estabas botando baba por mi.

Me quedo con la boca abierta y la chica me acaba de humillar, y en mi propia casa.

—¡Eres una tramposa! Pero sabes qué tienes razón. Hablemos de cosas importantes ¿qué vino a hacer Rebeca aquí? Ella sabe que sé... ¡Dios esto es un enredo!

—Ninguno tiene idea de que te estoy viendo Helios, ninguno. Y ella realmente vino, porque es la encargada de ayudarte en tu misión de encontrar las piedras.

—Pero ustedes yavlas tienen...

—¿No eras el más Inteligente de tu salón? Me decepcionas...

La miro de nuevo ofendido, pero no me voy a excusar con lo que no sé, sin embargo mi sentido común se activó.

—Cada universo tiene sus piedras...—Digo levantandome de la cama y yendo hacia la ventana.

—Bieeen! Estamos avanzando... sí señor... cada universo tiene sus piedras y tú debes encontrar las tuyas.

—Me ayudarás?

Zafiro se acerca a mi y muy, muy, muy cerca de mi rostro se queda quieta, su perfume, a jazmín y coco invade mis fauces y remueve ni interior, todo lo que tengo dentro mío me ruega mantenerla allí para siempre.

—¡No!—susurra y me vuelvo aire con SUS palabras. —Eso lo haces tú, yo voy por Zarag, pero me ganas esta guerra niño bonito.

—¿Nos vemos mañana?—pregunto casi susurrando, y ella vuelve a reír contra mi.

—Nos vemos luego de tu bautismo Helios, ahora no me sirves sin conocimiento.

Se voltea y la sangre me hierve por atajarla, pero uso todo lo que me queda de autocontrol para sólo cerrar mis puños en el aire.

—Suerte con tu entrenamiento Helios—Habla y su voz parece una caricia— Y deja de encerar  el piso con la baba. Nos vemos luego de Ojo de mar.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora