Capítulo 52. Entre los enemigos

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Hugo me observaba, y no podia hilar mi idea, estaba seguro que intentaba entenderme, pero le parecía tan contradictorio el hecho de que le estuviera proponiendo atacar la nada.

—Entonces... los quieres llamar.— Se apoya a la mesa poniendo ambas manos sobre la superficie vidrio—Helios, es una verdadera locura, yo no puedo creer que estés solicitando usar a todos los nemosorum y a los dominis en una misión tan...

—Explosiva, ingenua, descuidada, poco prolija y nada bien pensada mision— Abiagail me observaba con un aire de superioridad, claro, ahor que recordó cada detalle de su pasado es más que obvio que me tiene en la mira.

—Abigail, yo confío en el chico—Berenice habla a su hija, mientras Etiel mueve la cabeza indicando que apoya también la idea— No es la primera vez que es líder de los dominis.

—Pues... —Aldebaran se apoya contra el marco de la puerta y se encoge de hombros.— Tampoco es que haya hecho un buen trabajo...

— La verdad Helios, me sorprende que sigamos vivos— Ander me gasta la broma y lo que yo no puedo creer es lo insoportable que son con memoria incluida.

Me paro en medio de la sala, llevo mis manos a los bolsillos, mientras camino en círculos esperando poder encontrar las palabras adecuadas para defenderme.

—Pues, juzguen como lo juzguen, él tiene razon— Yeru estaba parada tras mio, sus manls estaban también en sus bolsillos y en su rostro veo la severidad de alguien que ha vivido mucho y que está cansada de todo, veo la búsqueda de una verdad y las ganas de solucionar el problema, antes que encontrar una traba.

—Sonará a locura, pero la verdad es que apoyo a Zafiro — Alex habló y a continuación Ebe.

—Apoyo a Zaf y a Helios, tomamos caminos por algo, y tengo el presentimiento de que que esto es lo correcto.

Finalmente mi público parece convencido con las palabras de mis soldados más fuertes, la verdad es que no había más que discutir, tenia a la reina de mi lado, y al parecer con ello también ya tenia a mis opositores.

—Bien, supongo que ahora, solo resta hacer un plan... —Hugo mira a Lior, quien por cierto no ha despegado los ojos de Zafiro.

—Me alegra que estés de mi lado—Anuncio— porque lo que les voy a pedir es una locura, nosotros, no es que solo vamos a atacar... usaremos su elixir... Tamirá, puedes explicar qué es lo que vamos a hacer.

Mi amiga sonríe, se acerca hasta la mesa, pasa su mano sobre el vidrio y de este se proyecta un cerro, específicamente, el lugar en donde se encuentran el caltro.

Lior y Hugo me miran extrañados, pero finalmente hacen un gesto de aceptación.

—Necesitamos abrir la bóveda... y es exactamente el momento para hacerlo... tenemos la llave, las piedras...

—Pero no la balanza...—Se apresura a hablar Lior. — ¿Qué es exactamente lo que pretenden lograr? A mi no me engañan.

—Necesitamos un Astram...— Yeru habla y mira fijo a Lior quien no puede evitar poner cara de idiota cada que Mi novia lo mira.

—¿Te vas a sacrificar?— pregunta indignado.

—No— Se apresura Tamirá a Hablar— Lo haré yo.

El silencio se hizo en la habitación, y nadie entendía de que iba nuestra conversación, mucho menos porque Tamira se tiraba al frente.

Lior sacó un cigarrillo y antes de que pueda encenderlo, Dana se apresura en hacerlo por él.

—Y sólo tú puedes revivirme muñeco.

Lior saca el cigarrillo de su boca, para mirar a Tamirá extrañado, entrecierra sus ojos, sin embargo antes de opinar nada vuelve a mirar a Yeru quien le hace un gesto con la cabeza para indicarle que Tamirá no va de bromas.

—Así que soy el elegido—Lior da una Calada al cigarrillo cuando Abigail se acerca, le quita, lo tira al suelo y lo pisa.

—No puedo creer que quieran volver a formar un Astram, cuando está más que claro que no deberían existir.

—Abigail—Interrumpe Tamirá — Una cosa es que tú nunca debiste ser uno, otra cosa, es que si queremos ganar  definitivamente, debe haber una, y debo ser yo, quien traiga a Beatriz a este mundo.

—¿Por qué hay que traerla?— Aldebaran pregunta con ira, y lo puedo entender, la mujer le quito a su esposa, y convirtió su vida e  un infierno — Beatriz es la que nunca debió existir.

—Quizás tengas razón, pero la verdad es que estamos aquí,  y nos toca, traerla, por sobretodo si queremos destruir de una vez por todas a la orden de las rosas.

Estoy por secundar a Tamira, cuando de la nada senti como el estómagos se me resolvía, a los pocos segundos ya estaba de rodillas en el suelo.

Zafiro y Ebe vinieron hasta mi, para sostenerme y que no me desplomara completamente.

Por un instante creo que son los efectos secundarios de mis heridas si  sanar, pero cuando mis oidos se llenan de la voz de Dara, caigo en la cuenta de que estoy en una bifurcación.

—¡Mi niño favorito!— Dice ella, los dos estamos en el bosque, yo estoy de rodillas, atado mientras que ella está acompañada de Joel, quien actúa como su escolta. Al igual que Ambar.

—Mi designada traidora...

— vamos, apuesto que ahora que lo sabemos todo, no te sorprende en absoluto que sea una desalmada... nunca te sorprendió mi maldad, y aun así me protegias.

— A decir verdad, es algo que no logro comprender, quizás y tenia la esperanza de que podia ser capaz de salvar tu alma...

—mi alma no necesita salvación Helios... sin embargo la tuya si... he notado que haz puesto un escudo en mi conexión  de hilo, al igual que en la de Joel, no está bueno que interfieran en la comunicación de desiganda y guardián.

—¡Hay, lo siento! Pero solo quería evitar que entraran justo cuando estaba ocupado, en cosas de pareja, ya saben.

—¡Mereces estar bajo tierra!— Grita Joel quien viene hasta mi con la intención de golpearme. Pero Ambar lo detiene a medio  camino.

La chica mira a Dara, luego inspecciona el lugar, para finalmente hablar con rapidez.

—Es una trampa—Ambar habla con rabia, mientras Dara intenta comprender coml se supone que cayeron en una trampa si fueron ellos los que entraron aquí. —¡Carajo! Eres muy astuto Anta, no solo eres atractivo...

—Gracias Ambar, por reconocer que sé usar la cabeza.

Ambar hace una mueca de rabia, toma a Dara y a Joel, pero antes de que puedan desaparecer me levanto, les arrojo a los 3 una especie de espina que los atraviesa y estos simples dejaron de estar frente mio.

Me pongo de pie, y festejo el hacho de que las cosas salieron tal cual las pensé. Ahora, quien sabe donde estarán, seré  yo...

Es hora de caminar entre los enemigos.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora