Capítulo 67. Las luces.

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Alex fue por unos cigarrillos en cuanto tuvo la oportunidad, su tic nervioso se hace cada vez más evidente, y algo en ella realmente se me hace mucho más familiar, más cercana.

Yeru y Ebe por otro lado, no han hecho más que estar en silencio, como si aún no pudiesen emitir palabra alguna, ambas parecen estar estudiando alrededor, nuestros rostros, la escena.

Es increible como el estado de shock es capaz de volverte prácticamente un zombie, cómo puede palidecer las mejillas rosadas de la persona más amigable, y destruir la sonrisa de la más risueña.

-¿Quieres algo?-pregunto a Yeru casi susurrando.

-Helios...

Mi nombre salió de sus labios, como si acabara de encontrarme luego de mucho tiempo.

Debería estar molesto, por que me mintió, y fue a la nada a enfrentar a la bestia, pero la verdad es que estoy más consternado por su estado actual, que cualquier cosa.

Acaricio su rostro, mientras veo que Alex toma con fuerza a Ebe en brazos, luego Rebecca hace lo mismo, y parece que el patrón acaba de repetirse.

-Helios...-De nuevo sale la voz de Yeru, y un enorme agujero se hace en mi interior, como sí esa voz fuera diferente, sin embargo suena igual a siempre.

-¿Qué pasa Zafiro?-Pregunto estudiando su rostro, como intentando encontrar el origen de todo.

-¡No puede ser! Todo lo que hice. Todo lo que dejé atrás, las niñas... Iriel, mi Iriel.

Esos nombres se clavan en mi cabeza como flechas, que se fijam con dureza y precisión.

Vuelvo a acariciar la cabeza de Zafiro, y esta vez ella se deja llevar, acomoda su rostro en la palma de mi mano, y la sensación es sumamente extraña, es como si todo lo que siempre he sentido por ella se hiciera mil veces más intenso.

-Las perdí en vano... renuncié a todo, en vano... Helios, perdimos a nuestras luces...

-Mi amor, te juro que no tengo idea de lo que hablas.

Yeru mira a Alex, quien rápidamente se levanta de la cama de Ebe y viene hasta su hermana y la abraza con fuerza.

-Renunciamos a toda nuestras vida en vano, Alex, hice que te sacrificaras conmigo por nada, Ebe... ¿Y Gizah? ¡Por un demonio! Gizah... Ander.

-Sonnia, Aila... todos-Alex se muerde el labio, y se prende otro cigarrillo. - Lo único que rescato de todo esto, es que están vivos todos.

-Eso solo significa que su venganza será realmente dolorosa-Habla Yeru-Nos quiere quitar todo.

Inclino la cabeza, para ver de nuevo a Zafiro, ella me toma de la mano y la presiona ligeramente, para mirarme directo a los ojos y con profundo pesar habla.

-Lo siento tanto Helios, lo último que vimos, lo último que vivimos, te juro que no tenía idea de que iba a ser tan doloroso para todos...

-Por favor dime de qué hablas...

Zafiro está por abrir la boca, cuando un golpe sordo, nos sobresaltó a todos.

Ante nuestro, apareció Ader, sonriente, con el sonido de su reloj interno alineandose de nuevo.

Su ropa estaba manchada de sangre, y sus manos se veian sucias, entre una mezcla de negro y granate.

Tal como lo había prometido, 30 minutos después de su ida, volvió. Moles no dudó en pasarle un vaso de agua que estaba sobre la mesita de luz, la cuál ella no dudó en beber.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora