Capítulo 64. En medio de la nada

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Zafiro, Ebe, Alex y Rebecca fueron a un sitio lejos de nosotros para poder despedir el cuerpo de Joel, ellas insistieron, de que debían ser solo ellas.

No discutí, no protesté, ni las molesté, para ser honesto estaba más pendiente de Andree y Saskia, y por supuesto, de Tamirá.

Gizah y Ander están sentados a mi lado, y me miran como si me estudiaran, cómo si analizaran mi comportamiento, los entiendo, deben querer respuestas, supongo, pero la verdad es que estoy tan cansado mentalmente para pensar en nada más que la misión, y tal vez en cómo vencer al joven.

-Helios, no has comido nada en todo el día -Reclama Gizah, a lo que respondo con una mueca, que considero es suficiente para explicar que no tengo hambre.

Ander sólo jugaba con su energia, girando unas rocas que teníamos delante nuestro. Imaginaba que esas rocas eran las nuestras, las que desaparecieros. ¿Habrá sido Dorot? No, ya nos habriamos enterado. Quizás fue el Joven, con ayuda de Nuria, tiene más sentido.

-Helios-La voz de Aldebaran se alza sobre el silencio de la casa. Volteo, con total indiferencia, como si nada más ahora mismo podría herirme, lastimarme o sorprenderme.-Es Ader...

-¿Ader?-el nombre sale no solo como pregunta, si no como incertidumbre, preocupación.

-Ader...-Repite mientras se muerde el labio-Quiere hablar contigo... y con Hugo.

Miro a Ander y a Gizah, los dos quedan quietos, por que al igual que yo, están aterrados, mucho tiempo el nombre de Ader me perforó la cabeza, y supongo que a ellos también.

Aldebarán sigue parado en frente, está pálido, y es comprensible, el fantasma de una vida lejana, lo acaba de visitar.

No digo nada, sólo me levanto y con las manos en los bolsillos camino hasta la habitación en la que está el Astram, Hugo ya estaba delante, esperándome, mientras que Oksana y Julia, aguardan una orden.

Les hago un gesto, y estas liberan la entrada de energía, la puerta se abre, y sin dudar ingresamos.

La habitación está fría, y por más de que entre luz por las ventanas, se siente sombría, como si estuviésemos en la penumbra absoluta.

En el fondo, estaba la Astram, vestida de blanco, de ella se desprendía un destello único, y en su rostro se dibujaba una sonrisa, una que reconozco tan bien, la misma que aparecía en ella cuando tenia las de ganar.

A pesar de todo, el recuerdo me suena lejano, como si el chico que le tenia miedo a esta mujer no estuviese aquí, como si sólo hubiese sido un personaje de un cuento con el que ne identifique alguna vez.

-Helios, Hugo... tanto tiempo...-Su voz, tiene otro hilo, otro tinte al que tenia cuando se convirtió en Astram, suena a alguien que estaba durmiendo profundamente y al fin despertó, a pesar de que Abigail y Ader son la misma-¿No están felices?

-¿Por qué deberíamos estarlo?-Pregunto, en lo que Hugo se cruza de brazos.

-¿Por qué siento esto contigo?-Hugo habla acercandose a la mujer con algo de miedo-Mis sombras quieren ir hasta ti, como si, fueras su dueña.

-Por que lo soy.

-No...-Asegura Hugo-mis sombras las heredé de mis padres, padres que tú mataste Abigail.

-¡Ay! ¿Así fue la historia aquí? Que asco de trama.

-¿De qué hablas?-pregunto atajando a Hugo quién estaba por lanzarse hacia la mujer.

Ader sonrie de nuevo, y como sinla energía que detenía sus brazos se hubiese desvanecido ella se levanta de la silla, causando que todo mi cuerpo se paralice, ¿hace cuanto que está libre?

-Yo dudaba del plan de Amit, les juro, que lo dudaba. Pero tenia fe, en ese mundo mejor que me prometió, y de hecho, me lo dio, el único problema es que yo, no lo recuerdo.

-¿Cómo? No lo entiendo-Me paso la mano sobre la nariz para cruzarme de brazos, en un acto de desesperación y nervios-Abigail y Ader son la misma persona.

-Obviamente somos las mismas, pero. Yo soy la del otro universo, la que no vivió su cuento de hadas, pero también soy la Abigail que disfrutó de su familia, de su esposo, de ser la líder de los domis domo...

-Pero al convertirte en Astram... tu yo de este universo ¿desapareció?

-No,-Responde-Sólo, se siente como un sueño, y lo que de verdad está instalado en mi ahora, es mi vida pasada.

>>Cada maldito recuerdo, cada maldito dolor, pero, debo admitir que me siento renovada, no escucho las voces molestas, ni siento al mundo venirse por mi... al menos eso, es bueno.

-¿Qué fue lo que sucedió?-pregunto-No estabas así cuando hablamos sobre tu predicción.

-¡Puta madre!-La voz de Hugo arrancó una sonrisa de la cara de la mujer, quien con un chasquido invocó una manzana en sus manos. -Beatriz... ¡carajo! Su presencia en este mundo hace que tu realidad no sea la de este universo, si no del que viviste anteriormente.

-La perra de Beatriz... -Ader da una mordida a su manzana.- ¿Ella sabe que estoy aquí?

-Quizás y Dorot ya se lo dijo...-Respondo.

-Genial... ¿Dónde está Amit? ¿Las Alex, Ebe, Ander? ¿Iriel, Elena, Eleonor....Elaine?-antes los últimos nombres yo sólo terminé negando, al igual que Hugo, nunca los habia escuchado.

>>Claro, tienen el rostro muy tierno como para saber ahora mismo quienes son... ¡Puta! Amit, esto ya no deberia pasar.

-Ellas es Zafiro ahora, y no es tu hija.-Dice Hugo

-Sí, me imagino, se supone que no estaban destinadas a ser mis hijas.

-¿Qué se supone que quieres hacer Ader?

-Evidentemente ya no me queda de otra que vengarme de la estúpida de Beatriz, y ver si logro evitar que nuestras vidas se han miserables. Pero necesito saber ¿Cómo es que el deseo de Amit se hizo mierda y esa mujer está aquí?

-¿Qué deseo?-Pregunto sin comprender nada.

-¡Joder! Parece que estoy hablando con una pared, Amit intercambiaria su existencia, su amor, su historia, pidiendo que Beatriz nunca encuentre el camino a este universo.

-Suena a un buen plan-Habla Hugo.

-¡No, suena horrible! -reclamo-Pero, la razón por la que Beatriz está aquí. No es otra que por el Joven, rompió su promesa... mejor dicho, encontró una forma de hacerlo.

>>Zafiro vino de otro universo, y se supone que nunca debió haber llegado aquí, pero él le dió el paso, y con ello...

—La potestad de hacer lo que se le antoje, ¡mierda! Ya veo a qué nos vamos a enfrentar. —Ader hace desaparecer la manzana medio mordida, mientras se acerca a mi. —¿Dónde está Amit?

—Fue a enterrar a su guardian...

—¿Cómo?

—Larga historia—Dice Hugo mientras se cruza de brazos.

—Bien, la verdad es que creo que me interesa escuchar esa larga historia, por que tengo una idea, pero necesito a Amit aquí.

—Ya no se llama Amit—Digo—Se llama Zafiro, Ader, recuerdalo.

—Por nuestro bien, querido Anta, espero que los recuerdos de Amit. Regresen, completos e intactos, o no podremos ganar a tantos enemigos.

Ader se vuelve a sentar en la silla a la que se supone está atada, coloca de nuevo los lazos de energia y me mira fijo.

—Tengo una idea, pero necesito saber con lujo y detalle, quién, qué y porqué son y hacen lo que hacen cada uno de ustedes.

—Bien, iré por café, estamos de vuelta en la nada, y esto va a durar mucho.

—Yo voy por mis cigarrillos—Dice Hugo, quien me sigue, y sé qué a él también le aterra la idea de estar aquí, oír lo que vamls a oír, y contar lo que vamos a contar a esta Astram ¿pero tenemos otra opción acaso? Por el momento, es la única luz,  en medio de tanta oscuridad.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora