Capítulo 68. Nosotros

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Con el corazón en las manos, con la cabeza hecha pedazos y el alma aniquilada, así, llegué hasta aquí.

Me paré en la vereda que daba ante la casa, el viento del verano golpeaba mi rostro, mientras que los sonidos de las voces llegaban hasta mis oídos.

Finalmente la vi salir de la casa, traía una bolsa de basura, e iba decidida a colocarla en el cesto.

— ¡Mannaggia!—El italiano de Andrea siempre me sonaba suave a pesar de que esté maldiciendo. — Helios ¿Qué estas haciendo aquí?

Ella mira a todas las direcciones, como si se estuviese ocultando de alguien, o de algo.

Era lo único que realmente me hacia falta saber, era la única pieza que me faltaba unir, y aquí, la tenía, a los dos segundos de haber llegado.

—Entonces, lo sabes...

Andrea mira a un costado, como intentando excusarse, sin embargo, decide mostrarme algo antes de emitir palabra alguna, ella se aparta la playera del hombro y me deja ver el símbolo nemosorum, eso si es una sorpresa.

—Ven, vamos adentro, es peligroso aquí.

Andrea me toma de la mano, y me estira dentro de la casa, la cuál es muy diferente a la que tenia cuando vivía en Paraguay, no hay lujos, ni habitaciones gigantes, sólo una pequeña y modesta casa.

Miré a todas las direcciones, en busca de algo que me recuerde a Andrea, a la Andrea que alguna vez fue mi novia, a esa chica que exigía que todo fuese brillo y glamour, pero la casa era sombría, lúgubre y fría.

—¿Tus padres?—pregunto cuando llegamos a la pequeña cocina, ella va directo a la cafetera, para preparar algo, pues sabe que me gusta.

—Con tu madre...—Dice algo dolida— No sé si sepas...

—Son parte de la Orden de las rosas.

—Sí, al igual que casi la mitad de los ex nemosorum que conozco, los ex antiguos de mi clan, hasta los dominis domo que alguna vez estuvieron en nuestra contra.

—Eso, es un giro inesperado...—Aseguro mientras observo los detalles de este lugar.

—¿Te sorprende?

—A decir verdad, sí, muchas cosas. ¿Siempre fuiste nemosorum entonces?

—Sí...

—Entonces tu y yo, nunca hubo algo.

—Tu ego siempre es más importante —Dice ella riendo cuando comienza a poner el agua en el saco de tela colgante lleno de café. —Sí, te quise, es más aún lo hago, y si me alejé no fue por ser nemosorum, fue por esa chica... ¿Nuria? En este mundo, y en nuestras vidas pasadas...—La miro extrañado cuando dice esto—Sí, también lo recuerdo Helios, lo que vivimos antes, en el otro universo, aunque de verdad eso fue más humillante, ver como Dara picaba poco a poco lo que éramos...

>>Y eso me daba mucho coraje ¿Sabes? Por que aunque nunca me lo dijeras, sabía, estaba segura que tu estabas loco por Zaf. A decir verdad, a mi también me gustaba ella, claro, no como tú.

La confesión de Andrea me deja perplejo, más cuando me pasa la tasa de café y continúa con su relato.

>>Cuando supe lo de Dara, y cómo te iba envenenado la cabeza, haciéndote creer que estaba bien ser como eras con Zafiro, frio, distante, haciéndote creer el cuento de que siendo fuerte e ignotandola la ibas a superar... estaba por encararte, porque no soportaba que te mintieras así... pero allí apareció Nuria.

>>Amenazó con hacer pública mi estatus, lo mismo en este universo, aunque aquí se esforzó un poco más. Me dijo que debía alejarme, que ese no era mi sitio.

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora