Capitulo 30. Desapareció

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—No puedo dejar de pensar en ti...—Solté sin más, sin pensar, y con enojo acumulado, y no es que me enoje que esté loco por ella, me enoja en verdad saber que quizás no podamos estar juntos.

—Helios...—,Ella retrocede dos pasos y lleva su mano hasta su pecho, sus mejillas están tan Rojas que estoy seguro, debe sentirse acalorada.

—Si tú me dices que sientes algo por Joel  yo, haré lo posible para sacarte de mi cabeza, para no sentirme enojado, triste o para sacarte de mi sistema... pero es la verdad Zafiro... te tengo clavada aquí —Apunto a mi cabeza y ella se cruza de brazos al fin para mirarme con dolor.

Zafiro viene hasta mi, toma mi mano, y en ese momento, sentí como si volvieran a existir, como si la fuerza de su agarre me diera de nuevo una razón de ser, como si mis manos volvieran a ser mías.

Ella negó con la cabeza, y juro que el aire volvió a alimentar mis pulmones, mire a sus ojos, y hay algo en mi que debe salir y ya.

—Sé que viste lo mismo que yo...—Los ojos de Zafiro se abrieron tanto que su sorpresa se vio derribada por mis palabras. —¿Tienes idea de qué es?

—No...—Me contesta, y sus ojos se cristalizan —Pero tengo miedo... igual que tú, por que hasta donde sabemos... podríamos estar viendo el futuro... y en verdad, si lo que sentí es Real, no quiero pasar un segundo más así...

—¿Qué fue lo que sentiste?—pregunte desesperado.

—Desesperación, incertidumbre, y un gran dolor en el pecho... en mi cabeza sólo se repetía que lo hacía por ti, y por el bien de los demás.

>>Mi pecho se achicaba, por que sabia que me iba a alejar una vez más  de ti, y a pesar de que me dolía, lo hice.

Negué con la cabeza, rogando que lo que ella vio no sea el futuro, o al menos que nos den una alternativa para cambiar eso.

—Zafiro, si tu sentiste eso, quisiera hacerte sentir lo que yo... verte allí, desintegrandote, mientras mi piel ardía, mientras te ibas, me perforaba el corazón, era como si alguien estuviese quitándome el Alma con una pinza y sin anestesia...

>>No lo quiero volver a sentir, y si ese es el futuro, y si es inevitable, yo no quiero que esto sea platónico. No quiero tener que volver a ver en mi vida que otro chico te bese  te juro, que estoy furioso por ello ¿Pero quién soy yo para reclamarte?

—Helios, yo... no siento nada por Joel. Pero no puedo prometerte nada, no puedo pasar esto de lo platónico a lo Real...¿me entiendes?

—No— muerdo mi lengua y sostengo con más fuerza su mano—No lo comprendo... de verdad, tú viste lo mismo que yo, viviste esa misma sensación horrible, te sentía, sentía que te perdía...

Los ojos de Zafiro se cristalizaron, y podía ver como el agua se acumulaba en ellos, mi corazón se hacía más vacío y triste, el Alma se me volvía pesada y el aire no me llenaba.

—Yo... sentía que no te iba a volver a ver nunca más —,sus palabras colisionaron contra mi, haciendo que mi cerebro comenzara a escuchar el barullo de la nada, sus palabras me aniquilaron, y nisiquiera se por qué—En mi cabeza sabia, estaba segura que no te iba a volver a ver nunca más... y si eso es realmente así, Helios, si lo que veo es Real, no lo quiero volver a sentir. Por eso...

—No lo digas...—Suelto su mano por que sé s donde va su discurso. —,por favor... no lo digas.

—Lo siento, pero la única forma de que no duela, es que no pase.

—¿Te estas escuchando?—Susurre enojado, cuando las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, no sé si sentirme culpable, o indignarse.—No, no es así Zafiro... no lo entiendes ¡Estoy loco por ti! No... no puedo sacar de mi cabeza el hecho de que te hayas besado con Joel, me carcome la idea de que esto no pueda ser...

—Nos conocemos de hace 5 minutos Helios...

Me tomé el rostro con ambas manos, respire profundamente y controlando toda mi ira, deje escapar el aire que tenía contenido en mis pulmones.

—Tienes razón, nos conocemos de hace 5 minutos... pero yo siento como si fuera toda la vida, y mis vidas pasadas también. Zafiro... sé que sientes lo mismo, y quisiera decirte que lamento ponerte en esta situación, pero no puedo.

>>La designada más poderosa del universo...le tiene miedo a lo que siente...

—¿Y tú no tienes miedo?—pregunta desafiante, mirándome con odio casi. La verdad es que sí, tengo miedo, y mucho.

—No tienes idea... pero le temo más al hecho de que me gustas demasiado, y que haya desperdiciado mi tiempo, sin estar contigo.

Ella comienza a negar con la cabeza y se lleva las manos a los bolsillos, sus lágrimas aún caían de sus ojos, pero se  veía más tranquila que hace unos minutos.

Se rescoto contra la pared  miro al techo, y en ese instante supe que no solo me gustaba, más bien, estaba perdidamente enamorado de una total desconocida.

Me acerqué a ella, coloque cada brazo mío a sus costados, a la altura de sus hombros, ella me vio fijo, y instante sus  mejillas se corearon de un rojo intenso.

Soltó un suspiro, como de esos que sueltas cuando has corrido mucho, vio directamente a mis ojos y yo hacía lo mismo.

—Te juro... que si es por mi, ya no tendrías ahora mismo el aire suficiente para suspirar—,No sé de donde Quito el valor para decirle eso, por que en verdad, por dentro estoy muriendo de miedo.

Nunca he sido tan directo, ni con Andrea, con quien estuve de novio tanto tiempo, nunca me había lanzado al abismo por ninguna chica.

En verdad siento que cada fibra de mi cuerpo la desea, la desea tanto como si fuera una necesidad de mi cuerpo tomarla en mis brazos de una buena vez.

Ella se mordió el labio, y en ese segundo mi cuerpo se prendió el fuego puro ¿por qué me enloquece tanto?

—Si quieres dejarme sin aliento...—,responde al fin mirándome a los ojos por un segundo y a los labios al siguiente, no voy a negar que se siente como si estuviera en medio de la carrera madre importante de mi vida.—Deberías hacerlo de una vez...

Cuando la última letra salió de su boca, yo ya estaba sobre su labio, mi peso sobre su cuerpo, una mano en sus cintura  y la otra sobre sus cabellos.

No hay una sola palabra en el universo entero que pueda demostrar lo que siento en este momento. Sentí como si mi cuerpo hubiera explotado y vuelto a hacerse. Mis pies no se sentían, mi cuerpo, esta pendiente de ella, de su aroma, de su piel, de sus labios.

Cada segundo la traía más y más hasta mi, cada segundo sus manos se hacían más atrevidas bajo mi remera, y yo estaba a punto de serlo también, pero cuando mi dedo fue bajo su blusa, ella se separó bruscamente de mi cuerpo.

Yo quedé quieto, haciéndome una pregunta, y estoy segura que ella también. ¿Cómo me pude descontrolar?

—No voy a decir que lo siento—Confieso—Por que lo disfrute... cada maldito segundo.

—,La verdad... es que me ofendería que lo hicieras,—Suelta el aire, mientras una mano la pone sobre su estómago y la otra sobre sus labios. —No voy a negar, que fue, lo más explosivo que me ha pasado, y que me ha encantado... pero ese es el problema, me ha gustado demasiado... y eso no es bueno.

—¿cómo que no es bueno? Zafiro... no puede ser malo sentir lo que sentimos, estar locos el uno por el otro... quiero volver a...

—Yo también... pero hoy no. Hasta mañana Helios.

—No te vayas, por favor...

—Si no me voy... estoy segura que esto se irá haciendo más y más grande, nos vemos mañana... Anta.

Desapareció, me dejó mil mariposas en el estómago, la cabeza hecha un lío y mi vida de cabeza, pero ella se fue, y me dejó, con el único recuerdo hermoso de la noche, y ese beso mágico que me hizo tocar el cielo.

¡Dios! Solo quiero volver a besarla!

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora