Capítulo 74. El regreso de la reina

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Mi cabeza hacia un ruido horrible, bombeaba tan fuerte la sangre de mi interior que sentía saltar las venas de mi cráneo.

De todas maneras me puse de pie, y por instinto, lo primero que hice, fue posar mis manos sobre mi vientre. Estoy segura que una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro luego de hacer eso.

Mientras sonreía, negué con la cabeza, para que el sentimiento de felicidad se hiciera añicos en menos de un segundo.

Las imágenes del mundo hecho cenizas se puso como un fondo único en mi cabeza, mientras el dolor de cada parte de mi cuerpo se intensifica.

Un quejido se escapa de mis labios, y fue lo suficientemente alto, como para qiien este por aqui lo haya oído.

La puerta de mi habitación se abre con rapidez, y sin mediar palabras, tenia a Lior y a Ebe tomándome en sus brazos, por que estaba a punto de desplomarme.

—¡Zafiro!—Lior en verdad suena preocupado, pero no necesito que alguien esté preocupado por mi ahora, y Ebe lo entiende.

Ella le brinda una sonrisa amable al chico, y con la ddlicadeza que sólo ella sabe tener, le pide que nos deje solas.

Lior se niega en un comienzo, sin embargo, al ver que yo no decía más nada y simplemente estaba esperando a que Ebe regrese junto a mi, reteniendo el dolor.

—Lior, ella me necesita, solo a mi, ahora, te prometo que estará bien, y que tendrás tu momento de estar con ella.

—Ok... estaré atento, por favor... avísenme lo que sea...

—Lo haré —Asegura mi hermana cuando ella cierra la puerta y viene hasta mi.

Ebe gira bruscamente, solo para apuntarme con un dedo cuando vuelvo a retorcerme de dolor.

—¡Son los malditos custodios verdad!— Exclama enojada, y creo que es la peimera vez en la vida que ella me habla con ese tono, olvidando su dulzura y femineidad.

—No lo digas...

—¿Qué no lo diga? Oh! Estás muy equivocada si crees que no lo haré ¡Se los dije! ¡Se los dije!

>>Tu plan es arriesgado... y para más en tu condición Zafiro?

—Desearía que vuelvas a ser mi hermana la tímida que apenas hablaba...

—Desearía que ustedes dos me tomen en serio de vez en cuando...

—No digas eso Ebe, claro que te tomamos en serio...

—Pues no lo parece...en fin, ya estamos en el baile... acuéstate, te voy a sanar, veré si puedo bloquearlo... pero creo que sólo hay dos personas que en verdad lo van a lograr...

—Julia o Helios... sí, lo sé, pero no quiero que nadie más sepa de esto, mejor sigamos con el plan y dejemos a los demás fuera...

Ebe me regaña con la mirada, yo solo levanto las cejas  en señal de protesta.

—La vez que mantuviste un plan sólo para ti, te llevo a que tengas una vida que pagar al mismísimo joven... pero bueno, una vez más, confiaré en ti, porque eres mi hermana.

—Gracias...

Mi voz sale apenas y con mucho dolor, porque Ebe no esperó y fue directamente a colocar sus manos en la boca de mi estómago.

Comencé a retorcerme de dolor, y es más que obvio que aisló la habitación de sonidos, o si no, ya tendría a todos los de la casa aquí.

—¡Puta! ¡Ebe, esto duele demasiado!

El Sol y el Universo [Libro 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora