DEVIL

33| Pesadillas

Tras terminar la pequeña fiesta que sus hermanos organizaron, la joven Malfoy descansaba en su cama, su respiración era lenta y en su sueño todo era perfecto.

Se encontraba en Hogwarts tomada de la mano de Angel mientras caminaban hacia el gran comedor, ambos se veían sonrientes, luego, la joven se giro hacia otro lado y al regresar sus ojos a su acompañante este hacia muerto en piso. Lucifer grito ante ello y al pedir ayuda con desesperación se encontró con que todos estaban muertos, el gran comedor estaba lleno de sangre por todos lados, los profesores no estaban y los ojos abiertos de sus hermanos desespero a la joven intentando despertarlos sin éxito alguno.

Sentada en la silla del director estaba Igna con una sonrisa en su rostro.

-¿Viste lo que me hiciste hacer?

-¿Que has hecho?- susurro Lucifer con un hilo de voz al punto de soltar el llanto.

-Si no me hubieras dejado, nada de esto estuviera pasando. Me apartaste de tu vida y yo tuve que volver a ganar tu atención matando a los que más amas- Igna se levantó de la silla con una gran sonrisa- Ahora solo quedamos tu y yo, juntas hasta el fin de los tiempos. Por qué nadie podrá separarnos, soy tu sombra, tu vida. Sin mi no eres nadie.

-¡Quiero que te vayas!- hablo Lucifer con lágrimas en los ojos- Déjame ya. Déjame vivir con felicidad.

Igna soltó una risa y nego con la cabeza, sus ojos rojos la miraron atentamente.

-¡Tu jamás será feliz! ¡Tu eres un monstruo! ¡Los monstruos no pueden ser amados!

-¡No soy un monstruo!- grito la rubia con desesperación- ¡No lo soy!

-Solo hay una forma de que te deshagas de mi- hablo Igna acercándose a ella- ¡Mátate! Y no le haré daño a nadie, ¡Mátate! Y todos estarán bien ¡Regresa al infierno!

-¡No!- grito la joven con temor- ¡Aun no quiero morir! Si yo muero tu también lo haces.

-¡Y si tú sigues viva mataré a cada ser que te felicidad. Mataré a tus padres, tus hermanos y tú querido novio! ¡Todo lo vas a perder si no te alejas de ellos ahora! ¡Si no vuelves a ser maldita ahora!

Los cristales del gran comedor se rompieron en mil pedazos y cayeron al piso como una cascada, Igna alzo sus brazos y los cristales comenzaron a flotar, luego cerro el puño de su mano y los trozos atravesaron el cuerpo de la chica encajandose en todo su cuerpo.

-Esto te pasará, si no me obedeces...

Lucifer grito incorporandose en la cama, apretó la almohada que estaba a su lado y miro la habitación oscura, su cabello se pegaba a su rostro debido por el sudor y sus manos temblaban de miedo.

-Solo fue una pesadila, una pesadilla- se repitió Lucifer una y otra vez para convencerse de ello.

Una risa sonó en la oscuridad, la joven miro fijamente el lugar donde salió aquella risa y luego Igna se apareció con sus ojos rojos brillantes y sonrió.

-¿Estás segura que solo es una pesadilla?

Y luego desapareció de la vista de la rubia.