First golden trio.[1] 《H.P ÉPOCA MERODEADORA 》

23. La Gloria de Gryffindor

Narrado por Alexandra:

Desde temprano que estamos Eli, Zack y yo levantados. Tuve una pesadilla, y me desperté gritando. Los Merodeadores también fueron a ver que sucedía, pero a los minutos se fueron a mi petición.

Soñé nuevamente con aquel chico de gafas, pero esta vez era diferente. Algo malo le pasaba, y a mi me afectaba. Pues había una guerra, no pude ver bien donde, pero estaba en el mismo bosque de los sueños anteriores, una mujer rubia le informaba a unas personas que no pude identificar (Incluso tenían a Hagrid como prisionero) que el joven que estaba tirado en el suelo,estaba muerto.
Me desperté sudada y gritando, Eli me samarrio por minutos para que abriera los ojos, luego llego Zack con cara de pánico. Dijeron que mi grito fue desgarrador y que sonaba a muerte, los cristales de las lámparas se rompieron. Espeluznante.

Ya cuando fue la hora del desayuno, bajamos a comer y principalmente ver que Zack coma bien, pues estaba nervioso y en todos los partidos se le cierra el estómago.

—Vamos, come un poco más.—Pedí yo, el castaño se negaba rotundamente a comer otro pedazo de tarta de fresas.

—Zacarías Robert Abbott, o comes otro poco más, o le digo a Wood que no puedes ir a jugar porque estarás en la enfermería por un fuerte traumatismo cerebral del golpe que te daré.—Amenaza Elizabeth, era ruda cuando quería y jamás mentía en las amenazas, era más que capaz en cumplirlas.

Zack sin chistar se tragó tres tartas más, con la boca llena trataba de tomar chocolate caliente. Parecía desesperado por comer, o más bien, asustado. Hasta yo comencé a comer más por miedo a que la peli negra me amenazara.

Entre risas y chistes, despedimos a Zack en la entrada de la carpa donde estaban todos los jugadores. Luego fuimos a las gradas, Remus y Peter se sentaron cerca de nosotras, el partido era Gryffindor Vs Ravenclaw.

—¿Cómo estás Alex?.—Preguntó Remus. Volteé a verlo, ya que estaba detrás de mí.

—Estoy bien, fue una pesadilla, gracias.—Respondí con una sonrisa débil.

—No sé porque Canuto actuó así, pero quiero que sepas, que nosotros no tenemos nada contra ti o contra los chicos. Tu eres mi amiga Alex.—Dice Remus con una mirada llena de preocupación.

—Tienes razón Rems, ustedes no tienen la culpa de que Sirius sea un idiota. Perdón por alejarme.—Dije apenada. El sonrió y me abrazó por detrás.

—Todo por la paz.—Reímos por ese comentario, luego Peter me contó que si Gryffindor ganaba, habría fiesta en la sala común.

El juego comenzó, un tal Daniel Jordan, de Gryffindor, era el que relataba el partido. Cada dos palabras lanzaba un insulto a las águilas, o hacia comentarios demás que eran muy graciosos.

Los chicos eran rápidos, Zack anotó varias veces. Ya íbamos 50 a 10, íbamos ganando. Sirius golpeaba las Bludsher con tanta fuerza que parecía que llegarían a América. Y James, el Miope, buscaba la Snitch. La cual aún no había aparecido.

—¡Otra anotación para Gryffindor! ¡Si me escuchas Abbott, quiero que sepas que te amo cazador!.—Grita Jordan desde las gradas donde estaban sentados los profesores. McGonagall lo regañaba, y el se disculpaba para luego volver a decir algo fuera de lugar. Es un buen narrador.

—James ya vio la Snitch.—Informa Remus. Y así era, el Miope la vio, y con su escoba costosa, fue en dirección de la pequeña bola dorada con alas.

El día era nublado, decían que podría llegar a llover. El viento era frío y feroz, parecía que en cualquier momento volaría a los jugadores. Zack iba a velocidad máxima, Sirius golpeaba con fuerza y James iba tras la Snitch. A mi en lo personal, el Quidditch no me gusta, me parece un deporte peligroso y yo que no se volar en la escoba, era el doble para mí. Pero por mi amigo,venía a los partidos, debía apoyarlo.

—¡JAMES POTTER TIENE LA SNITCH DORADA! ¡GRYFFINDOR GANA!.—Escuché el grito de Jordan, las gradas de Gryffindor se enloquecieron en gritos y festejos. Zack hacia piruetas con la escoba, Presumido. James parecía que bailaba en su escoba y Sirius hacia cosa por el aire con su bate.
A lo lejos vi a McGonagall sonreír y festejar como la jefa de casa que es,incluso parecía que se burlaba de Slughor, quien solo sonreía por cortesía. El próximo partido era contra las serpientes, y ese era el último partido del año.

Corrimos con los chicos a buscar a nuestros jugadores estrellas que ya se habían ido a la carpa, Elizabeth y Remus iban tomados de la mano, y puedo asegurar que ambos estaban igual de rojos. Peter iba idolatrando a los chicos, en especial al James.

—¡GANAMOS! ¡GANAMOS!—Escuché gritar a los del equipo dentro de la carpa. Estábamos esperando afuera, ya que debían cambiarse. Después de unos largos minutos de esperar, y escuchar a los del equipo vitorear, Zack y los dos peli negros salieron de aquella carpa.

Corrí a mi mejor amigo y me lancé sobre el, abrazandolo con las piernas en su cintura. El gritaba y yo reía, parecíamos niños que ganaron un sorteo. Me bajé del el y fui a James.

—¡Felicidades Primo!.—Le Grité con una sonrisa, el azabache me miró enternecido y me abrazó.—Perdón James.—Susurre en su oído. El me abrazó con más fuerza.

Me acerqué a Sirius una vez que me separé de James, le ofrecí una mano para que la estrechara.

—Buen Partido Black.—Dije mirándolo a los ojos, el tomo mi mano y la estrechó, dándole un ligero apretón.

—Ganaste la apuesta Smith.—Escuche a mis espaldas. Volteé y me encontré a Liam con cara de ofendido.—Buen partido chicos, felicidades, destrocen a las serpientes.—Dijo mirando a los tres jugadores, y dos de ellos les sonrieron mientras que uno solo lo ignoró.

—Siempre gano Mccoy.—Dije tendiendo mi mano para mi premio por la apuesta. El tomo mi mano, miro a los chicos y les dijo.

—Ahora se las devuelvo.—Dijo para luego arrastrarme por el pasillo. A lo lejos oía a los chicos diciendo "Usen protección" "Cuidado con lo que Haces Mccoy" "No quiero ser tía tan joven", entre otros.

Llegamos a un pasillo vacío, y saco una cajita blanca.

—¿Creés que le guste?—Preguntó inseguro, hoy se iba a declarar. Tome la cajita y la abrí, un hermoso collar con un diamante azul como el cielo con algunos destellos en plateado estaba dentro de la pequeña caja.

—Es perfecto.—Dije con una sonrisa y lo abracé. El parecía nervioso, así que le di un beso en la mejilla.—Ahora ve y dáselo campeón.—Anime, el sonrío sonrojado y corrió en busca de su futura muy futura señora Mccoy.