29. Sueños.

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Narrado por Alexandra:

Desperté en la madrugada, mi cabeza dolía. Miré a mi alrededor algo pérdida, estoy en la sala común.
Me levanté perezosamente del sillón, ¿Y EL DIARIO? Mierda, debí de tirarlo al suelo.

Me agache a buscarlo, nada bajo el sillón, nada debajo de la mesita, entre la cobija y nada. No estaba por ningún lado, y yo estaba segura de que lo tenía antes de dormir.

—¿Alex?—Escuche detrás de mi.—¿Qué buscas?.—Pregunta Zack. Volteé a verlo, aún seguía con pijama.

—Mi diario, cuando me dormí lo tenía,y ahora no esta.—Dije desesperada mientras buscaba entre los cojines.

El se quedó callado, observandome. Se acercó a mí y comenzó a buscar conmigo. En algún lado debía estar.


[•••]


—Tranquila, lo encontraremos Alex.—Dijo Eli tratando de tranquilizarme.—Come un poco, en dos días nos iremos de vacaciones, quizás en lo que guardamos todo lo encontramos.—Me extendió una tostada.

—Betty tiene razón, come un poco.—Siguió Zack mientras tomaba chocolate caliente.

—¿Y esas caras?.—Dijeron detrás mío.—Parece como si alguien murió.— Era Peter, tomó asiento a mi lado y comió una porción de tarta de fresa.

—Robaron mi diario.—Dije mirando la tostada que aún estaba en mi plato intacta.

Peter  se atragantó con la tarta, y se tensó. Golpee su espalda, tratando de que pueda dejar de toser. El me miró y frunció el labio, algo tenía que ver este tonto.

—¿Tu no sabes donde está o si Peter?.—Pregunté enarcando una ceja. El se tocó el cuello, sabía que iba a mentir.

—No, ¿Tienes un diario?.—Pregunta tratando de sonar natural.

Zack y Elizabeth me miraron, los tres sabíamos perfectamente que el pequeño no sabía mentir.

—Oh claro, es un diario donde cuento muchos secretos, pero la tinta es invisible.—Dije, los chicos trataron de ocultar una sonrisa.—¿Me ayudas a buscarlo?

Pet me miró y luego miró a ambos lados, tembloroso se acercó a mi y susurro.

—Anoche Sirius lo llevo a nuestra habitación, pero dijo que hoy te lo daría.—Confesó.—El lo encontró en el suelo.

Lo que me faltaba, Sirius metiéndose en mis cosas. Me levanté y salí del comedor en busca de esa cabellera negra y ojos grises.

Lo encontré, pero no era un buen momento, estaba compartimento saliva con una Ravenclaw de cuarto año. Caminé para otro lado, no iba a interrumpir eso, me encontré a Remus en el camino. Sonreí y caminé hasta el.

—Remusin.—Dije con una voz chillona. El me miró y abrió los ojos. Me acerqué a el.

—Te juro que intente hacer que te lo devuelvan.—Defendió antes de que lo ataque con preguntas.

—¿Sabes donde esta?.—Pregunté. El debía saber el paradero del diario. Cerro los ojos cansado y asintió con la cabeza.—Bien, Iluminame.—Dije.

El comenzó a caminar a la torre de Gryffindor, me guió hasta la habitación de los chicos. Una vez ahí, vi el desorden que había, ¿Cómo es posible que haya tanto desorden en una sola habitación?.

Caminó hasta la cama de Sirius, y de abajo de la almohada, sacó aquel libro rojo que tanto buscaba. Me lo entregó y yo le sonreí.

—Lo siento Alex, te juro que no sabía que lo habían tomado.—Murmuró apenado.

—No es contigo la pelea Rems, Tu hiciste bien.—Dije dándole una palmada en el hombro. La puerta se abrió, volteé a ver, y ahí lo vi. Su cara mostraba miedo y desesperación.—Black ven aquí, Remus ¿Puedes dejar que mate a Black sin testigos?.—Sonreí como una psicópata. Remus río por lo bajo y camino hacia la puerta, empujó a Sirius adentro de la habitación y cerró la puerta.

—Marie no sabi..—Lo interrumpí.

—¡Es mi diario Sirius! ¡¿POR QUÉ LO TENIAS TÚ?!—Grité molesta.

—¡Porqué hace días que nos están ocultando algo!.—Paso una mano por su cabello en forma de desesperación.—¡¿Qué está pasando con tus sueños?! ¡Me preocupas joder!

Respire hondo cerrando los ojos. Me acerqué a el.—Solo son sueños Sirius. Solo eso.—Dije más calmada. Me miró y se acercó más a mí.

—No me mientas, algo extraño pasa y no me lo estás diciendo.—Dice mirándome a los ojos.

Cerré los ojos nuevamente, me alejé y caminé hasta la cama más cercana. Me senté y el hizo lo mismo.

—Estuve teniendo sueños, donde un niño que es igual a James, siempre está en problemas.—Suspire.—Pero últimamente no solo veo esos "Sueños" cuando duermo, sino que en el día mientras estoy haciendo algo o equis, los veo igual.—Mire al suelo.—Dumbledore me hizo tener un encuentro con una mujer que es vidente, creen que tengo el don de la Clarividencia.—Levanté la mirada y me encontré a Sirius desconcertado.

—¿Por qué no nos contaste?—Preguntó.

—Porqué no quería creer que era verdad, suficiente con que soy una metamorfomaga, y ahora ¿Vidente?.—Dije, vi un mechón negro que estaba entre mis ojos. Mi cabello últimamente cambia más de color, dependido de mis estados de ánimo o sentimientos. Según Zack, el negro es tristeza.

—¿Y qué es lo que te molesta Marie?.—Preguntó corriendo ese mechón de mi cara.

—Me da miedo que sea verdad, y que algún día vea la muerte de alguien que quiero.—Ese era mi miedo, perder a alguien más.

Me tomó del brazo y me abrazó, me acurruque en su pecho. Me sentía tan segura entre sus brazos, era como si nada malo estuviera pasando fuera de esa habitación.

—¿Puedo hacer algo?.—Preguntó.

Yo me enderece para poder mirarlo. Asentí con la cabeza confundida. Se acercó a mi despacio, sentia su respiración, nuestros labios estaban a nada de finalmente rozarse, PUMM la puerta fue abierta de par en par, haciendo que nos separemos rápido.

—¡POR FAVOR ALEX! PIEDAD, PIEDAD.—Gritaba James con los ojos cerrados y arrodillado.—¡NO LO MATES! ¡MATAME A MÍIII!.—Estiró la ultima letra.

—James.—Murmure.—Sirius esta vivo.—Dije mirando confundida al azabache.

—¡POR FAV... ¿No lo mataste?.—Preguntó confundido.—Pero si te robo el diario y te llamo "Bestia".—Cuando dijo eso James abrió los ojos al percatarse de que había metido la pata.

—Ahora que lo pienso.—Hice una pausa, y saque mi varita—¡LOS MATARÉ A AMBOS!.—Grité haciendo que ambos comenzaran a correr. Y así estuvimos. Corriendo por el castillo y jugando como niños pequeños.

First golden trio.[1] 《H.P ÉPOCA MERODEADORA 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora