First golden trio.[1] 《H.P ÉPOCA MERODEADORA 》

38. La cita de Colagusano.

Narrado por Alexandra:

-Entonces iremos en cubierto por si algo sale mal.-Dijo James.

Estábamos hablando de la cita de Peter, pues invito a una niña de Hufflepuff a Hogsmade. Y por si algo salía mal o si el pequeño Gryffindor la cagaba, teníamos que ir y rescatarlo como damisela en apuros.

James armó el plan, Eli y Remus irían como si fueran una cita normal (Aún estaban peleados); James iría con Zack, Sirius y yo, como si fuera una salida de amigos. La cita sería en tres escobas.

-Y Peter.-Dije.-Trata de no decir cosas inapropiadas como que Gryffindor les ganó en el partido del año pasado. No conoces a los tejones enojados.-Aconsejé, pues la chica es la capitana del equipo de Hufflepuff.

-Y si trata de sacarte información del equipo, tócate la nariz.-Dijo James. Según él, la chica aceptó por el único motivo de que ella quería ver si Peter sabía las jugadas del equipo.

-Basta James, Solo muéstrate como tú eres Pet.-Dijo Eli con una sonrisa amable.

-Si sí, eso también.-Murmuró James.

-Vamos, los carruajes esperan.-Habló Remus algo irritado, en unos días sería luna llena.

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-Llevamos dos horas y Peter no le ha dicho nada.-Se quejó Zack mirando a la pareja que estaba a unas cinco mesas de nosotros.

-Falta una hora para irnos, ya lo hará.-Contesté mientras tomaba mi cerveza de mantequilla.

-Yo podría estar hablando con mi pelirroja, y sin embargo estoy aquí Zack.-Se quejó ahora James.

-Y yo hablando con alguna belleza de Hogwarts.-Se quejó Sirius. Eso me dolió.

Zack, quien sabía que me iba a molestar aquel comentario, disimuladamente tomo mi mano bajo la mesa y dio un apretón.

-Pues si es tanta molestia el estar apoyando a su amigo, váyanse. Yo me quedaré.-Dije con un tono de molestia.

Los chicos se miraron, pues nunca les hablo así.

-Lo siento Alex.-Dijo James apenado.

-Lo siento Marie.-Murmuró Sirius. A las únicas personas que les dice "Lo siento" es a los padres de James, sus amigos y a mi.

-Necesito aire, ahora vuelvo.-Dije soltando a Zack y levantándome.

Salí como alma que lleva al diablo de aquella taberna, el aire frío golpeó mi cuerpo violentamente. Ya estábamos a mediados de octubre y los días de calor ya no eran muy recurrentes.