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Hoseok temblaba levemente, solo que no lo sabía pues se encontraba dormido. Sus ojos se movían rápidamente en sus párpados cerrados y su piel sudaba levemente bañando su cuerpo. En su sueño estaba desesperadamente buscando algo entre los pasillos de una extraña casa, su boca sangraba. No eran gotas de sangre, eran chorros de sangre los que sentía bajar por su rostro y garganta.
Llevaba sus manos a su rostro con miedo, metiendo sus dedos en su boca y cuando los sacaba miraba sus dientes. Hoseok encontró una puerta abierta y se metió en esta, el sabor a sangre le estaba dando ganas de vomitar. Por suerte era un baño.
Se miró a sí mismo al espejo, abrió su boca solo para ver cómo sus dientes parecían aflojarse, uno tras otro. Abrió más su boca y metió sus dedos tocando uno, éste se desprendió y quedó entre los dedos de Hoseok.
Comenzó a llorar con miedo y pensó en ir a un dentista. Sí, un dentista sabría qué hacer, ¿no? Hoseok sintió cuando su último diente se desprendió y fue entonces cuando se levantó asustado. Estaba oscuro y su cuerpo dolía, cielos, dolía demasiado.
Sus ojos estaban llenos de lágrimas mientras intentaba calmarse, se sentó en la cama y luego se paró, caminando tambaleante hacia su baño. El conocido sentimiento de líquidos deslizándose entre sus piernas le dio ganas de vomitar, pero se detuvo mirándose al espejo.
Su boca estaba ensangrentada, sintió su aliento acabarse, pero al mirarse de nuevo se dió cuenta que era su labio lastimado... aún tenía sus dientes.
Se sostuvo del marco de la puerta de su baño cuando se sintió caer, pero no había forma de detener sus lágrimas.
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Hoseok ya se encontraba en el carro con su padrastro, éste lo llevaba a un nuevo día escolar, fingiendo demasiado bien. Parecía cómo si nunca le hubiera puesto un dedo encima a Hoseok, cómo si el chico no tuviera un gran golpe en el rostro y su labio roto. El menor tragó saliva cuando el auto se detuvo frente al colegio.
─ Ten un buen día. ─ Le dijo su padrastro extendiendole dinero para comprar comida.
─ Gracias... ─ Susurró tomandolo y saliendo del carro, intentando disimular el dolor que parecía incrementar por haber sucedido dos noches seguidas.
Hoseok tenía ganas de doblarse, abrazarse a sí mismo y no moverse más. Pero con los expectantes ojos de sus compañeros en el chico malo de la escuela, no podría hacer eso. Con una mano sostuvo su mochila y comenzó a caminar hacia el interior.
En los pasillos se dirigió hacia su salón y no fue hasta que miró a Jungkook esperándolo otra vez que su corazón se aceleró. Cómo si volviera a la vida, porque Hoseok estaba seguro de que estaba muerto de alguna forma.
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En Tus Sueños |Junghope| [Disponible En Físico]
FanfictionJungkook es el chico de último año que tiene la mala suerte de tener que sentarse junto al chico muro del salón. Hoseok era un chico feliz hasta que algo lo convierte en lo que es hoy: un malhumorado, serio y solitario estudiante con el que nadie qu...