❀ Capítulo 32

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Jimin se desperezó tranquilamente y abriendo sus brazos a lo largo de su cama. Bostezó y cambió de posición cuando un aroma inundó sus fosas nasales.

Frunció el ceño y buscó aún con los ojos cerrados de dónde procedía. Entonces se dio cuenta de que su cama no era tan grande, y que mucho menos olía a Alfa.

Abrió sus ojos de golpe, un dolor intermitente en su cabeza le hizo marearse pero no fue obstáculo para observar a su alrededor y casi desmayarse al descubrir el envoltorio abierto de un condón.

— ¿Ya despertaste?

Se sobresaltó de inmediato y su cuerpo tembló en cuanto reconoció la voz de la persona que hablaba.

Ahora entendía porque le resultaba familiar esa habitación. Era el antiguo apartamento de Jungkook.

Y el mismo Alfa le miraba desde el umbral de la puerta con el cabello húmedo y una toalla envolviendo su cintura, como si acabara de salir de la ducha.

— ¿Sorprendido? —Preguntó de nuevo al ver que el Omega no era capaz de emitir palabra.

Quiso reír al ver su cara de espanto y confusión, pero se abstuvo y cruzó sus brazos en su pecho. Jimin no pudo evitar darle un ligero —no tan ligero— repaso con la mirada. ¿Esos abdominales eran los mismos que hace meses o estaban más ejercitados? Definitivamente esos biceps eran más grandes ahora.

— ¿Q-Qué pasó a-anoche? —Preguntó con miedo.

Jungkook se acercó a él sujetando la toalla de su cintura y se subió a la cama, quedando casi encima de Jimin.

— Perdona el desorden. —Habló con voz ronca, tirando el envoltorio al suelo desde la cama—. No me ha dado tiempo aún de recoger.

— ¿Q-Qué hicimos anoche? —Volvió a preguntar.

Jungkook esbozó una sonrisa.

— Pensaba que la situación te daría a entender.

Jimin entonces quiso llorar. ¿De verdad él había estado tan ebrio como para...? No, no, no podría ni imaginarlo. ¿Dónde estaba Taehyung?

— Es la última vez que bebo. —Avisó. Jungkook rió y le acarició la mejilla.

— La pasamos muy bien ayer en la noche como para que digas eso, el alcohol te ayudó a soltarte bastante. —Mordió su labio inferior.

— N-No recuerdo nada. —Murmuró.

— Lo sé. ¿Quieres comer algo? No tenía nada aquí pero salí a comprar cereales y batidos.

— Q-Quiero irme. —Jungkook asintió y se apartó de encima de él.

— Deja que me vista y te acerco. —Jugó con la lengua en su mejilla—. Es una auténtica pena que no recuerdes nada.

— ¿Me puedes explicar, por favor, qué hicimos o cómo llegamos aquí?

— Saliste con Taehyung y yo salí con Seokjin. —Explicó—. Terminamos bastante rápido de hablar así que me alisté y salí a beber algo de alcohol.

Jimin le miraba con ojos expectantes y agarrando las sábanas con sus manos intentando taparse lo más que podía, la camiseta que llevaba probablemente de Jungkook le quedaba enorme, pero no pasaba más allá de sus muslos.

— Entonces los encontré. Estaban ambos en la pista bailando y Taehyung se perdió por un momento para bailar con alguien más. Me acerqué a ti y rápidamente comenzamos a bailar al ritmo de la música. —Continuó—. Pocos minutos después ya soltabas feromonas de excitación, me pediste intimidad y llamé a Seokjin para que se hiciera cargo de Taehyung. Tú viniste conmigo hasta mi apartamento y lo que sucedió después está de sobra contarlo. —Sonrió de lado.

— No puede ser. —Se tapó la cara con ambas manos avergonzado—. ¿Por qué Taehyung siempre tiene que dejarme solo?

— Él estaba más concentrado en besarse con un Beta, Seokjin no sabe eso. —Rió—. Con tu permiso, mientras que asimilas todo eso, voy a vestirme. En el suelo está la nueva muda de ropa que dejé para ti.

Jimin asintió tímido y Jungkook desapareció por el pasillo aún con su cabello mojado y sus pies descalzos.

Minutos después, Park salía de la habitación con las prendas tres veces más grandes que él y miró a su alrededor buscando a Jungkook.

— ¿No quieres comer nada? Debes tener hambre. —Jimin negó inmediatamente—. ¿Ni una pastilla para el dolor de cabeza?

— No, gracias. Llévame a casa por favor.

— Como digas. —Alcanzó las llaves del auto y se las mostró—. Te hubiera enseñado el auto ayer, pero estabas más entretenido con mi bragueta mientras conducía.

Las mejillas del Omega se tiñeron de rojo rápidamente y miró hacia otro lado. Jungkook si que había cambiado, antes él no sería capaz de decir algo así sin tartamudear. Ambos se levantaron y se acercaron al auto para que Jungkook condujera tranquilo.

— ¿Aquí vive Seokjin? —Preguntó cuando se bajaron del auto.

Jimin asintió.

— No quería ir a mi casa, quiero hablar con Taehyung.

— No te pedí explicaciones.

Seokjin abrió la puerta con una sonrisa pocos segundos después de que el Omega llamara y deslizó su mirada a Jungkook con la ceja alzada.

— ¿Dónde estabas?

— Eh... Taehyung me dejó solo y creo que cometí muchas locuras. —Se abochornó.

— Taehyung está aún dormido, entra y despiértalo como el castigo que se merece.

Jungkook sujetó su brazo y tiró de él acercándole a su cuerpo.

— ¿No me vas a dar las gracias por todo? —Murmuró.

— G-Gracias. —Jungkook sonrió entonces arrogante y el Omega salió corriendo en cuanto tuvo ocasión.

Seokjin se apoyó en el umbral de la puerta y no pudo evitar reír junto al menor.

— ¿De verdad funcionó?

— Solo tienes que mirar sus expresiones. —Rió Jeon y le tendió una bolsa—. Ahí está su ropa, vomitó antes de quedarse dormido. Espero que después de esto deje de beber.

— ¿Qué hago ahora con Taehyung?

— Él va a tener su propia remienda. Le dije a Jimin que Taehyung estaba besándose con un Beta y que tú no sabías. —Se encogió de hombros—. Seguro le riñe y se siente mal por no recordar.

— Gracias, mocoso. —Jungkook sonrió y abrazó al mayor.

— Espera un tiempo para decirle la verdad, déjalos que piensen un rato en lo que hicieron.

Seokjin no pudo evitar reír.

— También dile que el envoltorio del condón no estaba usado.

Flowers Boy ❀ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora