❀ Extra 2; Inseguridad & voz de mando

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— ¿Ha estado bien el día de hoy? —Preguntó Jungkook entrando por la puerta seguido del otro Alfa.

Jimin asintió sonriendo.

— Disculpa a mis amigos, sabes como se ponen y no quería que te incomodasen o algo por el estilo.

Jeon se calló abruptamente cuando Jimin llevó su índice a sus labios en señal de que había hablado demasiado. Tragó saliva sonoramente.

— Lo siento, hablé demasiado.

— Deja de disculparte. —Ordenó—. También son mis amigos, Jungkook, no me molestan.

— Pero es que a veces se ponen pesados y...

— ... y les queremos así de todos modos. —Terminó por él—. No te estreses, ellos sólo tenían mucha energía porque estamos en Navidad y es época de felicidad y amor, es normal que estuvieran emocionados.

— Pero yo quisiera haber tenido al menos un rato a solas contigo para ver la nieve o mirar la Luna. —Murmuró bajando la cabeza.

— Oye. —Le sujetó el mentón—. Que sea el favorito y todos intenten llamar mi atención no quiere decir que yo no la tenga para ti, de hecho eres el único que logra captarla.

— Pero...

— Ahí vamos de nuevo. —Volvió los ojos.

— ¿Y si algún día llega un Omega del que realmente te enamores y decidas dejarme? —Preguntó sintiendo el corazón en su mano.

— Eso no pasará. —Habló con voz dura, acercándose a él y empujando su pecho levemente—. ¿Sabes por qué no pasará? Porque yo te elegiría a tí sobre todos ellos. ¿Tú lo harías por mí?

— Si, claro que te elegiría.

Jimin sonrió de lado y terminó de empujarlo cuando llegaron a la cama del menor, se subió sobre sus muslos y sujetó su rostro.

— Quiero que tengas eso claro. Me da igual cuantos Omegas vengan, yo siempre me quedaré contigo. —Le miró a los ojos. Jungkook asintió como un niño pequeño siendo regañado—. Tú eres del único del que me he enamorado y no va a haber nadie más.

— Está bien...

— No te escucho, Jeon. —Arqueó una ceja.

— Está bien. —Repitió con voz firme.

— Ahora quiero que digas que soy tuyo y nadie más me alejará de tí.

— Jimin...

Repite lo que dije, Jungkook. —Ordenó con voz de mando.

El Alfa de Jungkook dio un respingo asustado y sometido, pero desde luego ese sentimiento le parecía muy... atractivo. A Jimin le encantaba someterlo con su voz de Alfa cada vez que podía y él se dejaba hacer totalmente guiado, sabía que no podía luchar contra eso, su instinto demandaba ser sometido ante el otro Alfa y disfrutar de ellos.

— Eres mío. —Aseguró—. Y nadie me alejará de tí.

Park sonrió.

— Utiliza tu voz de mando.

Eres mío, Jimin. —Volvió a repetir, tomando su cintura y apegándolo más a su cuerpo—. Nadie me alejará de ti, no lo permitiré.

El Alfa soltó un gemido satisfactorio de sus labios, inevitable ante esa voz ronca y demandante. Tal vez era solo un juego que mantenían entre ambos, uno en los que cualquier Alfa se sentiría sometido y avergonzado, pero más que eso, a ellos le llamaba la atención aquello y le excitaban de sobremanera.

Desde que habían comenzado a conocerse más íntimamente, descubrieron el fetiche sexual que ambos compartían con la voz de mando del otro, así que siempre que podían la utilizaban para someter y tentar al contrario.

— Mereces un premio por ser un buen Alfa, bebé. —Coqueteó Jimin acariciando su mejilla.

Se inclinó hacia delante y capturó sus labios a la vez que realizaba un suave vaivén con sus caderas sobre la erección ya formada en los pantalones del menor. Jimin sabía donde y como besar y tocar para volverle loco. Jungkook sabía exactamente que hacer y qué rincones estimular para llevarlo al cielo y de vuelta. Eran increíbles juntos y de eso no había duda.

Rápidamente, la ropa fue sobrando y tirada por el suelo de la habitación, los cuerpos de ambos Alfas se enredaron entre ellos sin dejar de besarse y tocarse, y los dedos del mayor yacían preparando a su chico a la vez que le hacía ver las estrellas cada vez que rozaba con la punta de sus dedos aquel punto sensible dentro de él.

Sintió el temblor del pelinegro bajo él y se apresuró a atrapar de nuevo el lubricante de la mesita para expandirlo por su erecto miembro y repartirlo para una mejor penetración. Se colocó entre sus piernas y empujó cuando lo sintió listo. Al principio siempre iba a ser doloroso, estaban seguros de eso porque eran Alfas y no mantenían esa lubricación natural del Omega, así que los primeros minutos siempre eran lentos y llenos de amor, besos y caricias.

Poco tiempo después, el rubio comenzó a mecer sus caderas contra la pelvis de Jeon y éste jadeó sin pudor, volteando sus ojos y mordiendo su labio sin tener un soporte firme al mantener sus manos agarradas por las de Jimin sobre su cabeza.

— J-Jimin... —Gimió—. Ahgm... n-no puedo m-más...

Park gruñó al sentir las paredes del chico bajo él apretarse deliciosamente alrededor de su extensión, así que antes de venirse en su interior, salió apresuradamente para masajear su miembro un par de veces y dejar caer su esencia sobre las blancas sábanas. Podrían aguantar todo a la hora del sexo, pero un nudo era demasiado doloroso para un Alfa, no podría soportarlo.

Jungkook gruñó insatisfecho cuando Jimin se separó de él antes de llegar a su orgasmo, pero lo que no esperó fue que al mismo instante en el que la esencia del rubio caía a su lado, Jimin llevaba sus propios dedos a su entrada y comenzaba a prepararse solo para subirse sobre él y pocos segundos después dejarse caer sobre su hombría.

Jeon dejó salir un ahogado gemido de su garganta cuando esto pasó y el más bajo comenzó un suave baile sobre su pelvis. Sujetó su cintura sintiéndose al límite y quedó sentado sobre la cama para alcanzar a besar y lamer el cuello del contrario.

— J-Jimin... —Logró avisar de su nudo.

Jimin entendió perfectamente y salió, quedándose sobre sus muslos aún para sujetar su erección y masajearla rápidamente. Se miraron a los ojos por unos segundos y asintieron a la vez que buscaban en el cuello del otro la antigua marca, hecha algunas semanas. Relamieron sus labios casi al mismo tiempo y clavaron sus caninos en el otro a la vez, haciendo que ambos se dejasen ir, Jungkook sobre su mano y Jimin sin necesidad de tocarse siquiera.

Respirando agitados y felices, se recostaron uno al lado del otro y se miraron por un largo período de tiempo.

— Yo no te cambiaría por nada ni por nadie, Jungkookie.

Flowers Boy ❀ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora