❀ Capítulo 43

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Jimin abrió sus ojos lentamente inhalando el rico aroma que inundaba su apartamento. Buscó por alrededor al Alfa pero no había señales de él por ningún sitio, estaba solo en la cama.

Bufó como un niño pequeño pero sonrió al instante que recordó el dolor en su cuello y la marca que Jungkook le había hecho horas atrás. Aún no estaba consciente del todo, así que se levantó cubriendo su cuerpo con la camiseta que permanecía a sus pies y se aventuró en busca del Alfa.

Lo encontró nada más atravesar el pasillo, preparando algo en su cocina y contando solo con sus pantalones, dejando ver su esbelta espalda y esas muestras de Jimin en ella, al aire libre. Trotó como un cachorro y le abrazó por la espalda apoyando el mentón en su hombro para poder aspirar su aroma y sonreír ante ello.

— Hola. —Sonrió el Alfa volviéndose—. ¿Estás bien? ¿Te duele la marca?

El Omega negó inmediatamente y le abrazó para poder enterrar su rostro en su cuello.

— Ahora llega la face mimosa, ¿eh? —Rió—. Estoy haciendo ramen, no es que sea buen chef, ya te lo dije, pero lo intento. Luego veremos alguna película animada.

— Vale. —Asintió dócilmente.

— ¿No me vas a soltar? Tengo que seguir cocinando. —El Omega refunfuñó y negó—. ¿Estaría bien si te subo aquí arriba del mueble y te soy atención mientras espero a que se terminen de hacer los fideos?

— ¡Sí!

Jungkook sonrió feliz y lo alzó subiéndolo a la encimera para que llegara a estar a su altura. Jimin sujetó su rostro y dejó un sonoro beso en su mejilla en forma de agradecimiento.

Jeon entonces buscó entre las cosas que había traído en su mochila y sacó unas pastillas y algunas gominolas.

— ¿Te gustan las gominolas, nene? —Jimin asintió repetidas veces, el Alfa se las mostró—. ¿Las quieres? —Ante un nuevo asentimiento y un intento de robo, el Alfa sonrió divertido—. Si te tomas la pastilla son todas tuyas.

Abrió la boca y sacó su lengua consintiendo aquello. El menor colocó la pastilla sobre su lengua y le instó a cerrar su boca. Cuando iba a volver por agua, el Omega la volvió a abrir sin nada esta vez.

— Nene... ¿Cómo es que no te has ahogado por no haberla tomado sin agua? —Preguntó incrédulo. Jimin se encogió de hombros y estiró sus brazos abriendo y cerrando su mano para atrapar las gominolas—. Está bien, todas tuyas.

Se las tendió en cuanto abrió el pequeño paquete y Park se llevó la primera a la boca.

— Procura comer pocas, ya es casi hora de almorzar y luego no querrás comer.

— Alfa Jungkookie le dará de comer a Jiminie. —Asintió para sí mismo masticando con pesadez.

— Si eso quieres, por mí está bien. —Sonrió y abrió las piernas del peligris cuidadosamente para colarse entre ellas, sin dejar de echarle vistazos a los fideos—. ¿De qué sabor es esa que estás comiendo?

Jimin miró el trozo entre sus dedos y relamió sus labios.

— Uva.

— ¿Rica? —Asintió—. ¿Me dejas probar? —Volvió a asentir y le acercó el otro trozo a Jungkook.

El Alfa lo degustó con expresiones exageradas y Park rió ante ello.

— No me refería a eso, pero estoy satisfecho. —Murmuró acercándose al mayor y relamiendo sus labios—. ¿Me dejarías probar se nuevo?

Jimin dejó la bolsa de dulces a un lado y actuó por instinto de cercanía subiendo sus brazos hasta la nuca del Alfa. Asintió y Jungkook no esperó más para besarle lento mientras acariciaba su cintura con sus dedos.

Park suspiró sobre los labios contrarios y succionó con ímpetu el regordete labio inferior del menor, lamiéndolo y abriéndose paso en su cavidad bucal para que sus lenguas peleasen por una victoria sin ganador.

Jadeó en cuanto se separaron y el iris del Omega brilló repentinamente en azul claro.

— Me encanta tu color de ojos, ¿lo sabías, Jiminie? —Murmuró sobre sus labios, acariciándolos con su pulgar y pulsándolos—. También tus labios, maldición, me pasaría besándote toda una maldita vida.

Jimin volvió a besarle, esta vez con más intensidad y necesidad que la vez anterior. Tirando de su nuca como si pudiera acercarle más y pegándose a él instintivamente. El Alfa sujetó con firmeza su cintura mientras pegaba su cuerpo al del Omega.

— Paremos esto aquí. —Habló entrecortado cuando se separaron y pegó su frente a la de Jimin.

Éste abultó sus labios y jadeó en negación.

— Vamos a comer ahora, hay que reponer fuerzas y energías. —Habló de nuevo—. Tras el almuerzo seré todo tuyo de nuevo, ¿bien? Te haré todo lo que tú quieras y me pidas.

Jimin asintió no muy convencido, pero al fin y al cabo lo hizo. El Alfa se asomó a ver los fideos y enseguida los apartó del fuego para luego servirlos en platos. Buscó unos palillos en los cajones del mueble y los sacó rápidamente. Tomó el primer bocado y sopló segundos antes de ofrecerle al Omega.

— Pruébalo tu primero.

— ¿Para ver que tan bueno está? —Preguntó inocentemente mientras abría su boca y el Alfa adentraba la comida en ella.

— Para que te mueras tú primero si de algún modo he llegado a intoxicarla. —Rió. Jimin golpeó su pecho enfadado, con las mejillas rellenas de comida—. Es broma, nene, no le eché nada raro. Antes me lo comería yo, ya lo sabes.

El peligris tomó los palillos del Alfa gruñendo y se dispuso a comer por el mismo ante la mirada divertida del segundo. No obstante, éste también comenzó a comer.

— ¿Qué película quisieras ver más tarde? —Preguntó.

Park se encogió de hombros.

— Cama, Jungkookie y Jiminie. O sofá.

Jungkook rió.

— ¿Eso era una indirecta?

Flowers Boy ❀ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora