❀ Capítulo 37

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Ambos amantes se besaban con pasión sobre aquel viejo puente, sus labios chocaban con intensidad y sus lenguas peleaban por una victoria húmeda.

Jimin enredaba sus brazos en el cuello del Alfa mientras su espalda chocaba contra el frío metal de seguridad, Jungkook sujetaba su cintura con sus grandes manos como si tuviera miedo de soltarlo.

Cuando ambos despegaron sus labios, suspiraron a la vez.

— ¿E-Esto...? —Empezó Jimin. Jungkook miró hacia otro lado.

— No sé que ha sido esto. —Confesó—. Pero quiero que sepas que no estoy listo para... para una relación formal. Aunque nuestros lobos se busquen y seamos destinados necesito mi tiempo para adaptarme a esto después de meses estando con Omegas y Betas todos los días.

Jimin miró al suelo.

— Entiendo. —Carraspeó, sobando sus brazos por la baja temperatura que hacia a esa hora y se acercó al auto.

Jungkook fue detrás de él hasta atrapar su mano y acercarle a su cuerpo. Anduvo con el Omega pegado a su cuerpo hasta el auto y lo pegó a él mientras apartaba algunos mechones rebeldes de su frente.

— Eso no quiere decir que no tenga exclusividad contigo, nene. —Susurró cerca de sus labios—. Tampoco que solo a ti pueda besarte. Porque eso quieres, ¿verdad, Omega celoso?

— No estoy celoso. —Aclaró mirando los labios brillantes del contrario—. Puedes hacer lo que quieras con tu vida.

— Claro. —Asintió y mantuvo el agarre en su mano. Abrió la puerta del coche—. Entra.

— ¿Qué? ¿Ya nos vamos?

— No, te demostraré que soy solo tuyo.

Jimin no obtuvo opción cuando Jungkook ya lo estaba empujando a los asientos traseros del auto, cerrando a sus espaldas y colocándose sobre él para atacar sus labios de nuevo.

Sus belfos se besaban con las ganas atrasadas de todos los meses anteriores, con pasión y empleaban sus lenguas y succiones para dejarle en claro al otro que se pertenecían a ellos y solo a ellos, a nadie más.

Rápidamente, Jungkook sustituyó sus labios por el cuello y se mantuvo cerca de la zona erógena de aroma, besando y succionando esa parte sensible que hacía a Jimin jadear y agarrar con fuerza sus largos mechones.

— Aquí. —Siseó con el rostro enterrado en su cuello y dejándose controlar por su lobo ante las feromonas de excitación—. Aquí habrá algún día una marca y será mía.

El mayor no pudo evitar lloriquear ante esas palabras. Su lobo lo deseaba con ansias y él no iba a ser menos. Parecía que ellos habían intercambiado los papeles, ahora Jimin era el tímido y avergonzado mientras que Jungkook se contenía por no comérselo entero de una maldita vez.

Sollozó de placer cuando Jeon bajó sus besos y levantó su camiseta para meterse por debajo de ella y buscar sus sensibles pezones con su boca. Una vez encontrados, no dudó en besarlos y succionarlos hasta que se colocaron rojos, húmedos y erectos. Jimin estaba perdiendo la cabeza por el aroma de Jungkook y por como su lengua jugaba con su cordura. Sentía que en cualquier momento entraría en celo por culpa del Alfa, tampoco es que faltara mucho para eso, y parecía que Jungkook lo había notado.

— Tu cuerpo está tan sensible ante mi tacto... —Murmuró tratando de bajar la cremallera de su pantalón—. Tu piel se eriza con mis toques.

— C-Creo que... uhm... en una semana entraré en celo. —Admitió, Jungkook sonrió desde la altura de su ombligo.

— Habrá que disfrutar entonces.

Se desplazó aún más abajo y bajó de golpe la ropa interior del Omega y sus pantalones. Relamió sus labios al ver el miembro erecto que le esperaba frente a él, rojizo y húmedo por el líquido pre-seminal. Miró una última vez a Jimin antes de succionar con ganas el glande y mantener al borde al primero.

— ¡Ahg, mierda! —Jadeó llevando sus manos al cabello contrario—. J-Jungkook...

El nombrado sonrió de lado y lamió el tronco unas cuantas veces antes de meterlo en su boca y ahuecar sus mejillas. Jimin ya era un total descontrol de gemidos para ese entonces, sujetaba su pelo con fuerza aunque no llegaba a doler, acariciándolo y arqueando su espalda ante las succiones del menor en su miembro.

Jungkook miraba desde abajo las muecas suplicantes del Omega, sollozando de placer y tirando de su pelo cuando la cordura se iba de su cuerpo. Tomó sus dedos y los desplazó hasta su entrada, notando al instante como el lubricante natural se esparcía en gran volumen por ella. Gimió con la intimidad de Park en su boca, produciéndole un agudo gemido.

— Voltéate. —Ordenó—. De rodillas y alzando tu trasero.

No hizo falta que se lo dijera dos veces para asentir y obedecer al instante. Jungkook jadeó ante las vistas y le soltó una nalgada que hizo al Omega gemir. No esperó más y hundió su rostro en aquella entrada lubricada solo para él.

Jimin se retorcía buscando un soporte que no encontraba, gimiendo agudamente desde la primera lamida en su interior y como su lubricante natural caía en cuanto Jungkook metía y sacaba su lengua.

— J-Jungkook... —Gimió—. N-No puedo m-más...

Jungkook relamió sus labios y volvió a darle una nalgada.

— Hazlo, córrete mientras ves la Luna y te hago ver las estrellas.

El peligris no pudo soportarlo más, Jungkook siguió profanando su entrada con su lengua y succiones y éste terminó gimiendo y dejando salir su esencia sobre los asientos del auto. Jungkook no paró hasta segundos después, cuando los espasmos en el cuerpo de Jimin acabaron lentamente.

— Maldita s-sea... —Jadeó cansado y con una sonrisa—. Ha sido el mejor oral que me dieron en mucho tiempo...

— Aprendí mucho, nene, esto es solo un prólogo. —Admitió Jungkook con una sonrisa arrogante. Jimin cerró los ojos y se dejó caer en los asientos cansado—. Vamos, te voy a llevar a casa.

Salió de los asientos traseros y se subió al del conductor para encender el auto y llevar al Omega a su apartamento para que pudiera descansar.

Flowers Boy ❀ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora