❀ Capítulo 18

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Cuando ambos habían llegado a la casa del mayor, Jimin le dio paso a Jungkook para que entrara antes que él y seguirle sus pasos. Tomó al mayor de la mano y lo guió hasta una enorme estantería que mantenía en la sala, llena de libros.

Tiró de Jungkook y le acercó hasta coger uno de los libros de ella y mostrárselo.

— 50 sombras de Grey. —Sonrió—. Tienes que leerlo, y cuando termines de hacerlo debes venir por los dos más que te faltan para acabar de leer la saga completa.

Jungkook frunció su entrecejo.

— ¿Es una obligación? —El Omega asintió contento—. Está bien, lo leeré.

Tomó el libro de entre las manos del rubio y ojeó por encima algunas frases sueltas.

— Pero... ¿esto no es doloroso? —Preguntó confundido—. Le está pegando y la tiene amarrada a algo.

— Jungkook. —Le llamó Jimin quitándole el libro de sus manos—. Son... fetiches sexuales. No le está pegando, quizás le duele, pero el placer es mayor, o así lo siente ella.

— ¿Entonces...?

— No sufre. Es solo un fetiche. Es como... no sé, las personas que tienen un fetiche con besar a otra persona con piercings en los labios o con colmillos afilados. —Se encogió de hombros—. ¿Entiendes?

— Oh, si. —Asintió—. ¿De verdad tengo que leerlo?

— Sí, ¿quieres que te lea algunos párrafos? —El Alfa asintió—. Sentémonos en el sofá.

Ya ambos sentados en él, Jimin empezó a ojear el libro y buscar entre sus hojas algunas frases subrayadas.

Un hábito de dañar los libros que solo él tenía.

— «Me gusta el control... de mí mismo y de los que me rodean». —Comenzó—. Ahí puedes entender el por qué del fetiche de Grey en llevar la situación bajo su control.

Jungkook se acercó y casi metió la cabeza dentro del libro para señalar una frase que resaltó a su vista cuando Jimin pasaba las hojas.

— «Te quiero más que la vista, el espacio y la libertad». —Terminó de leer y miró al rubio con las mejillas sonrojadas—. Es una frase muy bonita y no está subrayada.

— Pues tú la puedes subrayar cuando lo leas. —Permitió y siguió buscando—. «Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a mi vida con tus comentarios inteligentes, tu inocencia, tu belleza y tu tranquila temeridad y todo lo que había antes de ti empezó a parecer aburrido, vacío, mediocre... ya no era nada».

Leyó el rubio, nervioso por la mirada del Alfa y su cálida respiración cerca de su hombro.

— «Es solo que a veces me abruma darme cuenta de cuánto te quiero». —Continuó.

Giró su rostro contemplando al Alfa sereno y respirando tranquilo sin apartar su mirada del papel. Suspiró pesadamente y agarró sus mejillas para volver su cara y besar sus labios en un compás lento.

Jungkook le correspondió casi al instante llevando su mano a la nuca del Omega y pegándolo a él lo más que podía. Jimin no tardó en colocarse a horcajadas suyas como aquel día en el apartamento del Alfa, solo que esta vez guiado por su propio impulso y no por su lobo.

Siguieron besándose lento y con amor no expresado en palabras y Jeon le sujetó de su cintura mientras sentía como el mayor sonreía sobre sus labios y luego succionaba el inferior entre los suyos.

— Te quiero, Jimin. —Confesó el Alfa abrumado. Jimin le miró con ojos brillantes sin entender el por qué de ese repentino atrevimiento—. El día de tu celo, cuando dejaste mi apartamento me dijiste que me querías y yo no tuve tiempo de responderte.

Park sonrió encantado y dejó un casto beso en sus labios, escondiéndose más tarde en su cuello y besando cerca de su marca de aroma.

— Yo también te quiero, Jungkook.

Maldición, el corazón del Alfa iba a estallar en cualquier momento. Sonrió feliz y dejó que Jimin le besase como quisiera, todo el tiempo que quisiera. Sin embargo, cuando su cuello fue succionado débilmente, todas sus alarmas saltaron y su timidez volvió a flote a la vez que sus mejillas se tiñeron de rojo.

— C-Creo que es hora de que me vaya a casa. —Logró formular.

— ¿Ya? —Preguntó Jimin confundido—. Es temprano, planeaba hacer la cena ahora y pensaba que te quedarías un rato más. De todas formas, respeto tu decisión.

Si, sería lo mejor salir de ahí cuanto antes si no quería acabar arrepintiéndose al día siguiente.

Tomó valentía y dejó a Jimin sobre el sofá para estirarse y lamentarse en silencio por no poder estar tranquilo por una vez en la vida junto a ese magnífico Omega. Jungkook tenía un temor horrible a fastidiarla o hacer algo mal, así que si podía evitar eso, mejor lo haría.

Se levantó del sofá y dispuesto a irse, Jimin le acompañó a la puerta y besó sus labios una última vez.

— No me beses. —Murmuró cuando se separaron—. Haces que me quiera quedar.

— Quizás es porque quiero que te quedes.

Jungkook se mordía el labio nervioso, sin embargo, besó la frente del Omega y se despidió de él con una sonrisa.

Había hecho bien, ¿verdad?

Se debatía mentalmente con él mismo mientras bajaba las últimos escalones del bloque de apartamentos. Suspiró y estuvo a punto de agarrar el pomo de la puerta cuando sus pensamientos lo pararon a tiempo.

A la mierda.

Subió de nuevo hasta el apartamento del Omega y llamó a la puerta un par de veces, con la respiración agitada por subir los escalones a toda velocidad y el corazón latiendo a mil.

Cuando Jimin abrió con una sonrisa, le mostró el libro que se había dejado sobre el sofá y se lo tendió.

— ¡Lo habías olv-!

Sus palabras fueron selladas por el movimiento torpe en el que el Alfa había llegado hasta él y había capturado sus labios con hambre, empujando su cuerpo hacia dentro y sosteniendo su cintura a la vez que cerraba con el pie la puerta.

— Vas a volverme loco. —Murmuró cuando se separó unos segundos de sus labios—. Y no me importaría cometer una locura por ti.

Si en algún momento mi Soulmate llega a leer esto va a matarme por haber expuesto algunos de sus fetiches xd

Flowers Boy ❀ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora