❀ Capítulo 52

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– Joder, estoy tan mareado. –Habló Jimin adentrándose en la habitación de hotel y saliendo rápidamente hasta la terraza de éste para tomar el aire fresco de la noche.

Jungkook carcajeó a sus espaldas dejando el gorro que el peligris le había hecho comprar sobre la pequeña mesa de la sala para acompañarle afuera.

– Te dije que no sería el único en pasarla mal y tú te reíste de mí.

– ¡Eso es mentira! ¡Nunca te dije nada ni me reí, mentiroso!

El Alfa volvió a reír atrapando sus mejillas para besarle de manera suave, Jimin se dejó hacer, deshaciendo su enfado y relajándose ante los toques del pelinegro en sus mejillas y cuello. Jungkook estaba dispuesto a profundizar el beso cuando un leve empujón de Jimin en su pecho lo hizo separarse de él y ver como éste corría hacia el baño tapándose la boca con urgencia.

No dudó más de dos segundos en ir tras él y ayudarle a que se sintiera mejor. Se apoyó en el lumbral de la puerta sin saber realmente que hacer y le miró con ojos asustados.

– No pensaba que besaba tan mal. –Bromeó. Se acercó a él para arrodillarse a su lado donde descargaba todo el contenido de su estómago y acarició sus cabellos–.Te dije que montarse más tres veces en aquellas endemoniadas tazas giratorias te harían mal tarde o temprano, solías reírte de mí y jugabas conmigo para ver si aguantaba una ronda más sin vomitar y al final acabaste perdiendo tú.

Jimin por fin levantó su cabeza del inodoro con ojos brillosos y con expresión cansada. Agarraba su estómago con dolor y su rostro estaba pálido.

– Me temo que no querrás cenar nada, ¿verdad? –Preguntó el Alfa a su lado, éste negó de inmediato–. Está bien, ¿quieres que te ayude a darte un baño para despejar tu cuerpo?

– Por favor. –Suplicó.

El menor sonrió cálido y lo levantó para desvestirlo con cuidado y aprecio, se acercó a la ducha, pero cuando iba a encenderla, una idea mejor se le vino a la cabeza, así que se aproximó al jacuzzi que la acompañaba y lo empezó a preparar. Park le miraba con ojos curiosos mientras lavaba sus dientes al otro lado de la habitación, señaló la ropa del Alfa y señaló al suelo ordenándole desvestirse para un baño juntos.

Jungkook asintió y pasó por su lado besando su frente antes de despojarse de su ropa y observar de nuevo si el baño ya estaba preparado. Apretó el botón de las burbujas y comprobó la temperatura.

– Esto ya está, nene.

Ambos se acercaron hasta el jacuzzi y se metieron lentamente en él. Jimin no dudó ni un momento en sentarse sobre las piernas del pelinegro cuando éste tomó asiento en el reposadero del aparato. Jungkook lo apretó contra su cuerpo y dejó que su cabeza descansara en su hombro, respirando su aroma, mientras él repartía cariñosas y delicadas caricias por toda su espalda, a la vez que tímidos besos por su cuello y hombro.

El Omega parecía adormilado ante su tacto, esbozando una sonrisa ladeada y apretada contra el hombro del Alfa, sujetándose de su nuca para poder abrazarle por el cuello.

– ¿Te encuentras mejor, Jimin? –Preguntó relajado ante la calmada respiración del nombrado.

– Si, gracias.

– Seguro estás mareado de tantas vueltas, créeme que yo no estoy muy estable aún, quizás pudimos dar alrededor de quinientas vueltas. –Rió–. Mañana te sentirás mejor para irnos a casa y volver a la normalidad, estoy seguro.

Jimin asintió con un sonido afirmativo.

– Tengo sueño. –Murmuró con pesadez.

– Créeme que lo sé. Has estado bostezando desde que te abracé y te acomodaste sobre mí.

– ¿Puedes llevarme a la cama? Yo realmente no me siento bien y solo quiero descansar.

Jeon besó su frente con cariño.

– Está bien. Dormirás mientras yo preparo las maletas y todo lo demás para volver mañana. Duerme sin preocupación, mañana te llamaré temprano para que tengamos el suficientemente tiempo como para no perder el avión y llenarte de besos para comenzar con buen pie el día.

Jimin rozó su nariz con la del Alfa en un beso esquimal.

– Te amo, Jungkook.

La piel del menor se erizó, dejó de respirar y su corazón latió fuertemente contra su caja torácica. No era la primera vez que Jimin le decía algo así, puesto que anteriormente lo había escuchado salir de sus labios un par de veces. Antes de que todo se fastidiara. Ahora se sentía bien, muy bien. Se sentía correcto, verdadero y con amor, y eso llenó al lobo de Jungkook de felicidad y emoción.

Lo sujetó de sus muslos para levantarlo y llevarlo hasta la cama y lo depositó con cuidado en ella, sin importar que tan mojado estuviera. Peinó sus cabellos sonriente y besó sus labios castamente ante la mirada del mayor.

– Yo también te amo, Jimin. –Murmuró sobre ellos, Jimin sonrió adormilado y el Alfa le dejó solo por unos minutos antes de acercarse al baño y recoger el desastre que ambos habían formado.

Cuando terminó con él, se aproximó a empaquetar todas las prendas de ropas y demás y preparó la maleta de nuevo, dejándolas a un lado para por la mañana. Programó la alarma en su teléfono y se acercó hasta la cama para meterse sobre las blancas sábanas, abrazando el cuerpo del peligris y sonriendo en la oscuridad de la habitación.

Jimin le amaba igual o más que él.

Flowers Boy ❀ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora