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Madrid 2016

Ella lo miraba he intentaba contener las lágrimas, sentía los latidos acelerados de su corazón, su cuerpo tembloroso en medio de las sabanas, completamente desnuda, frente a la mirada de Samuel se sentía pequeña y en ese momento más insignificante que nunca.

- ¿Qué... - suspira - por qué?

Samuel no responde, solo se aleja de ella y camina hacia el baño, Carla rápidamente sale de entre las sabanas y empieza a vestirse rápidamente, cuando está abrochando sus zapatillas Samuel aparece nuevamente en la habitación, con el torso desnudo, tapando su desnudez con una toalla.

- Es lo mejor Carla - Samuel se pone la camisa y la mira a los ojos - Me iré a Londres para terminar el semestre... y las relaciones a distancia no funcionan...

Carla sonríe irónicamente y ata su cabello, camina hacia Samuel para mirarlo a los ojos, hace media hora estaban bien, se estaban riendo, besando y acariciando, Samuel acababa de decirle que creía estar enamorado de ella, ella lo había besado con profundidad, y como ya era habitual los besos los llevaron a revolcarse entre las sabanas. Hace media hora todo estaba bien, y ahora todo estaba a punto de formar parte del pasado, lo que acababan de vivir, no sería más que un recuerdo.

- Samuel - Carla dice su nombre de manera lenta y calmada revolviendo el estómago del castaño - nosotros nunca fuimos nada y no te preocupes - de manera tortuosa acaricia su mejilla - te conocí hace cinco minutos, en cinco meses te perderé de vista y en cinco años ni me acordaré de tu nombre

Samuel se hace a un lado y la deja pasar, Carla se apresura a esquivar a toda la servidumbre del castillo para salir lo antes posible de ese lugar, se sube al auto y las lágrimas que tanto se esforzó por seguir conteniendo, caen rebeldes por sus mejillas.

Dos meses después de aquella despedida Carla se sentía un poco mejor, el no tener a Samuel cerca de ella había hecho que el dolor se fuera de manera más rápida, por supuesto que no había sido la única afectada con la partida del príncipe, Guzmán y Ander se encontraban algo enfadados ya que no se habían despedido y Lucrecia se sentía dolida, pues era su mejor amigo y la había dejado sola, ella lo necesitaba mucho más ahora que su compromiso con Guzmán se había hecho público.

-¿Está ocupado? – una voz desconocida hace que Carla deje de mirar hacia la nada y enfoque su mirada en el chico frente a ella - ¿está ocupado? – señala el asiento a su lado

-He no – contesta ella

El chico era guapo, cabello negro y unos despampanantes ojos azules, sonrisa perfecta y una postura correcta, él se dio cuenta de la mirada de Carla así que le volvió a sonreír y a Carla le recordó al príncipe Eric de la Sirenita.

-Soy Leopoldo – se presenta el chico – pero mis amigos me dicen Polo

-Carla - se presenta ella estrechándole la mano que él le había tendido

Esa simple charla había dado pie a que Polo y Carla se fueran acercando poco a poco, Polo era hijo de grandes empresarias, él y sus madres venían desde París, no era poseedor de ningún título, así que fue Carla la que se encargó de integrarlo a su grupo de amigos. Los meses pasaron y se hicieron novios lo cual había vuelto loco a sus padres, pero a Carla no podía ponerla más contenta pues estar con Polo era su pequeño acto de rebeldía.

Polo no era mal chico, sus madres lo habían educado bien, era un chico atento y cariñoso, y tan guapo que más de alguna suspiraba por él, pero Polo solo tenía ojos para Carla, y desde el primer beso entendido que haría cualquier cosa por permanecer junto a ella.

Madrid 2019

Lunes 8:15

La reina recorría los pasillos del castillo con suma rapidez, preguntando por su hijo a cada mucama que se le cruzaba, hoy era el primer día del penúltimo año escolar del príncipe, sin duda su llegada desde París había causado gran revuelo en la nación, Samuel era el gran orgullo de la reina y eso toda Europa lo sabía.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora