69

688 38 27
                                    

Palacio real de Madrid

En el castillo se organizaban dos fiestas de fin de año, la primera fiesta era en víspera de año nuevo, era una celebración intima en donde participaban solo los miembros de la familia real y los amigos cercanos y la segunda celebración era la primera noche del año nuevo, en donde las puertas del castillo se abrían no solo para sus amigos, sino que para todos los miembros de la corte y miembros de la élite española.

Esa noche era treinta y uno de diciembre y Pilar se sentía dichosa de tener a todos los miembros de su familia y amigos esa noche en el comedor principal, a su mente venían imágenes de sus hijos y sus amigos de pequeños y ahora se llenaba de una mezcla de gozo y nostalgia al verlos a todos crecidos y con sus propias familias.

Alicia, Carla y Samuel reían en sus asientos de una anécdota que les contaba Samuel, Nano, Felipe compartían con Aurora, la novia de Nano y nueva integrante a la caótica vida de la familia real española, Ventura y Laura compartían la misma mirada que Pilar, Guzmán y Nadia se encargaban de revisar cada dos por tres a su pequeño Farid como cualquier padre primerizo, Valerio y Lucrecia ayudaban a sus pequeños a comer de la cena, pero no dejaban de mirarse con profundo amor y Rebe y Cayetana no dejaban de susurrarse cosas y hacerse reír mutuamente mientras bebían vino.

- No puedo creer que vivas aquí - dice Alicia mirando aún todo de manera fascinada y asombrada

- ¿Te gustaría que pasáramos aquí una temporada? - le pregunta Carla a su hija quien abre los ojos de par en par

- ¡Me encantaría! - exclama Alicia fascinada con la idea - podría pasar más tiempo con papá y la abuela - dice Alicia mirando a los mencionados y Samuel y Pilar le sonríen entusiasmados

- Me encantaría tenerte por aquí pequeña - le dice su abuela - podríamos pasar tiempo en mi jardín, estoy segura de que te encantará

- ¿Podremos plantar flores? - le pregunta ilusionada Alicia - siempre he querido hacer eso, pero en nuestro piso en New York no hay espacio para un jardín, aunque nuestro balcón sea grande

- Entonces tendremos que ir a comparar semillas para plantar en verano - le dice Pilar a su nieta - ya que Felipe pasa la mayor parte del tiempo en su club de natación - comenta mirando a su nieto mayor quien le regala una sonrisa perfecta

- Sabes que tengo que entrenar mucho abuela - le dice Felipe - ya verás cuando aparezca en televisión representado a España en los juegos olímpicos - dice inflando el pecho a modo de orgullo de la misma manera en que lo hacían su padre y su tío Guzmán

- Y todos nosotros estaremos apoyándote de las gradas - comenta Samuel mirando a su sobrino - yo me encargaré de que Guzmán no te avergüence tanto

- Oye, oye - Guzmán lo mira divertido - que a mí nadie me hará callar, que es mi sobrino favorito

Felipe ríe y Alicia lo mira con una ceja alzada, sin duda alguna a Felipe le gustaba ser el centro de atención, a ella también y era algo que no negaba, estaba acostumbrada a tener la constante atención de su madre y Chiara su nona, pero Alicia era más versátil que Felipe y entendía que era ella quien recién se estaba incorporando a esa familia y que si bien se había defendido de manera inminente en su último encuentro con su primo, entendía como se podía llegar a sentir.

- Alicia - dice Lu llamando la atención de la niña quien la mira enseguida - en navidad me he quedado impresionada con tu talento en el piano - dice y Alicia sonríe complacida - espero me puedas acompañar esta noche

- Sería un placer - responde Alicia sonriendo y mostrando ese hueco ya medio lleno con el diente que venía apareciendo

La cena siguió con normalidad, todos enfrascados en sus propias conversaciones hasta que Rebe se propuso avergonzar a su hermano mayor con su nueva novia, Aurora reía de las anécdotas que le contaba Rebe llenando la mesa de risas.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora