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España - Mansión de Caleruega

Una vez todos sentados en la mesa, se dejó de respirar la tensión en el ambiente, al parecer la deliciosa entrada había hecho su trabajo y ahora el plato principal era el encargado de mantener el buen ánimo entre los invitados de Carla y Samuel, lo cual había relajado de sobremanera a la pequeña princesa quien sentía clavada no solo la mirada de su primo, sino que también la de los tres últimos invitados a quienes había conocido solo en una breve presentación.

- Alicia - la llama Teo - tu abuela Beatriz y yo te hemos comprado un obsequio - dice para no solo tener la atención de la niña, sino que también de todos los presentes

Alicia se queda observando al hombre de canas blancas y ojos verdes, Beatriz quien estaba al lado de Teo, le entrega un libro envuelto en papel marrón con un lazo dorado, Alicia toma el ejemplar en sus manos completamente entusiasmada, al parecer de ahora en adelante ni siquiera tendría que pedir libros para navidad o su cumpleaños.

Bajo la atenta mirada de todos y completamente emocionada Alicia rasga el papel y su emoción se desvanece al leer el nombre de su libro menos favorito en sus manos, intenta ser como su madre y obligarse a sonreír, pero su cambio de humor no pasa desapercibido para nadie.

- ¿No te ha gustado? - pregunta Beatriz completamente disgustada

- Es Romeo y Julieta - apunta Teo - a todas las niñas le gusta la historia - dice esperando a que Alicia se mostrase más animada

- Es el libro favorito de Ari - comenta Mencía teniendo momentáneamente la atención que esperaba sobre ella y su hermana mayor

- ¿Por qué no me sorprende? - murmura Lu rodando los ojos antes de tomar su copa y beber de su vino

Alicia quien seguía analizando la edición de Shakespeare en sus manos, alza la mirada y se encuentra con los ojos de su madre, como pidiéndole disculpas por ser tan obvia y luego mira a sus abuelos.

- Estoy segura de que este regalo ha sido hecho con las mejores intenciones - comenta obteniendo nuevamente la atención de todos sobre ella - es una edición preciosa la verdad, y el olor a libro nuevo siempre me ha gustado - sonríe pero observa en Teo el enojo palpable, así que no se molesta en continuar - sin embargo, no es una de mis historias favoritas

- Pero si a todas las niñas les gusta el romance - dice Beatriz como si su nieta estuviera equivocada

- Ya... - Alicia se muerde el labio - no estoy en contra del romance, pero este libro vende la historia de un hombre de cuarenta obsesionado con una niña de casi mi edad, y romantizar la pedofilia por siglos es algo que simplemente debe cambiar ¿no?

Carla y Samuel miran con completa adoración y admiración a su pequeña, a diferencia de Carla a la edad de su hija, ella era resiliente y obligada a asentir y acatar todas las reglas que sus padres le imponían, sin embargo, ella había criado a Alicia con la capacidad de defender sus ideales y explayarse de la mejor manera posible, cosa que había hecho en ese preciso momento y no se podía sentir más dichosa.

Lucrecia miraba fascinada a la pequeña, sin duda era idéntica a Carla, sin embargo, podía ver en ese momento a Samuel reflejado en Alicia y la manera en que se mantuvo firme para enfrentar a Teo y Beatriz, sin duda alguna Carla había hecho un buen trabajo, así que alzó su copa en el minuto en que sus ojos marrones y los ojos verdes de Carla se toparon y así brindaron a la distancia.

Fue el turno de Ander para llamar la atención de Alicia, esta vez sí se presentó como era debido ante la niña y le empezó a preguntar un sin fin de cosas, su helado favorito, sus cantantes y como era su vida en New York, a lo que Alicia respondio encantada ante la sonrisa encantadora de su tía Rebe, quien junto a Caye no duraron en unirse a la animada conversación.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora